Capitulo 21: Nunca.

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Kotake Tetsuya.

Quería desaparecer...

Como las gotas de lluvia que se resbalan entre mis dedos...

Ser invisible como el viento....

Ser extinto...

Así me sentí cuando ella me descubrió.

— ¿Dónde estabas? — dijo Viento.

Las brujas me descubrieron porque me dejaste atrás.

— No me dijiste que Doremi era la princesa del mundo de las brujas.

— ¿A no?— fingió confusión. — ¡Ups! ¡lo olvidé!

Eso me hizo enojar.

— ¡Me dijiste que era una humana! ¡Me mentiste! — le reclamé.

— Stop, stop, alto allí.— puso su mano cerca de mi rostro.— Yo no recuerdo haberte dicho que era una humana, simplemente te dije "¿No es una bruja no?", por lo tanto nunca afirmé nada.

Maldito.

— Además, tienes cosas más importantes por las qué preocuparte. — me mostró una vez más el cristal en donde mi madre estaba encerrada.

Apreté los puños. Estaba entre la espada y la pared, si liberaba a Onpu para ganarme la confianza de las brujas probablemente mi padre se enteraría, me dejaría de entrenar
y mandaría a mi madre a la próxima vida...

Tenía que ser ingenioso...

Si él creía que estaba de su lado y me entrenaba, cuando fuera lo suficientemente fuerte podría liberar a Onpu, salvar a mi madre y oponerme a su mandato. Pero por ahora sigo siendo débil, y no creo que las brujas tengan tanta paciencia, en especial Aiko.

— No te conviene dejar de seguir mis ordenes.

— Prometiste que no tocarías un solo cabello de Doremi.

— Y cumpliré mi palabra.

— Bien.

Finalizó nuestra conversación y me dirigí a la sala de entrenamientos.

(...)

Doremi Harukaze.

La reina dejó ir a Tetsuya con la condición de que nos ayudaría con Onpu, Aiko y las brujas del consejo la riñeron por su actitud tan doblegada ante los castigos y su confianza hacia los demás.

Nadie en el mundo de las brujas comprendía como un demonio se había dejado capturar. Creían que era un plan del demonio llamado "Viento" para reunir información sobre nosotras. Sin embargo algo dentro de mí presiente que Tetsuya está en lo cierto, por más sin corazón que sea un demonio.

Yo no había dormido nada en toda la noche. Primero porque estaba preocupada por Hanna, segundo porque no podía quitarme de la cabeza la imagen de Tetsuya.

— ¡Eres una tonta! — dijo un Tetsuya de cinco años.

Doremi 16 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora