Doremi 16

52. La busqueda.

Habían pasado dos semanas desde la desaparición de Kotake. Todos se preguntaban donde podría estar, y porqué no habían podido comunicarse con él.

Las clases estaban llegando a su ultimo mes debido a las vacaciones de invierno y por las navidades.

Así que solo tenían noviembre.

El año había pasado rápido... Las chicas no podían creer todo lo que habían enfrentado durante estos meses. 

La madre de Tetsuya reportó al chico a la policía al cumplir las 72 horas de desaparición, sin embargo la madre de Doremi presentía que ellos no podrían encontrarlo. Esto iba más allá de una simple desaparición.

Las brujas iniciaron su propia búsqueda.

Las chicas usaron su magia estelar, pero no lograban dar con él. La madre de cabellera azulada lloraba desconsoladamente en casa de los Harukaze sin saber que hacer.

Entonces, todos decidieron reunirse en el Mahoo doo para hablar mejor. Pues no podrían ir al mundo de las brujas y llevar a una humana.

— ¡Esto es ridículo! — gruñe Mayorika. — ese chico es un atolondrado. De seguro quiso huir por ahí de sus problemas.

Doremi y la madre del joven golpean la larga mesa.

— ¡No! ¡Él no actuaría de esa forma! — lo defienden de manera simultánea.

Todos suspiraron.

— Ellas tienen razón Mayorika. Ese estúpido demonio de segunda jamás actuaría así. — habló Akatsuki.

La reina observó al consejo esperando a que a alguna se le ocurriera algo que decir.

— ¿Quién fue la última persona que estuvo con él? — se le ocurrió decir a Fujio.

Entonces todos bajaron la mirada y se sumieron en sus pensamientos, hasta que Doremi lo recordó.

— ¡Yada-kun! — gritó. — ¡Él fue la última persona que habló con él antes de su desaparición!

Aiko asintió.

— Ahora que lo pienso, Yada se esfuerza ahora en pasar más tiempo con nosotros, sin embargo se muestra distante. Más de lo común, incluso con Hazuki.

— Todo desde...— Prosiguió Onpu analizando.

— La fiesta de Halloween.— añadió Momoko.

La castaña entró en desesperación.

— ¡¿Insinúan que Masaru tiene algo que ver?!

— No digamos que tenga algo que ver pero quizás sepa en donde está. — responde Fujio.

— ¡No! ¡Si lo supiera ya nos lo hubiera dicho!, él sabe que lo estamos buscando. Está perdido.

— Es verdad. — habla Doremi.— pero...

— Pero es mejor dejar las cosas como están. — interviene la hermana de la bruja Molroe. — él es un demonio y tú Doremi, una princesa bruja.

— ¡También es un humano!— se defendió.

— ¡Una reina debe ser pura! — gruñó Corazón.

— ¡¿Y porque se niegan a aceptar que ella esté junto a mi hijo lo dejarán perdido en dónde quiera que esté?! — gritó desesperada la humana.— ¡Allí solo! ¡puede que esté en peligro y ustedes discutiendo sobre cosas que no importan tanto como una vida!

Las brujas miraron al suelo apenadas.

— Voy a ayudar a buscar a papá.— habló Hanna, quien ya había vuelto a ser una niña.