51. Un reinado impuesto.

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Tetsuya Kotake.

El mundo de los demonios era muy caluroso, además estaba bajo tierra.

El joven se sentía asfixiado en él. Todos los demonios que lo veían pasar podían diferenciarlo de entre todos debido a que Kotake no era pálido, no tenía alas de demonio u orejas puntiagudas. Parecía un humano.

Todos hacen una reverencia ante aquél medio humano.

Luna los había convencido anteriormente para que la aceptaran como reina. Y ahora, detestaban el solo hecho de estar respirando el mismo aire que ese traidor medio humano.

Sin embargo, ¿qué podrían hacer? Si no lo veneraban, su mundo sería destruido.

El chico ignoró a todos esos demonios y al llegar al castillo encaró a los del consejo de demonios.

— Bien, ya estoy aquí. Justo como querían.

Ellos sonrieron y escanearon al chico de arriba a abajo.

— ¿Te  llegó  nuestra invitación? — preguntó uno de ellos.

Tetsuya rodó los ojos.

— Claro, me encantó sobre todo la parte en la que estrellaron mi cabeza contra los vidrios del baño. — hablo habló con sarcasmo.

Ellos carcajean.

— Espero te haya quedado claro lo que tienes que hacer.

Kotake frunce el ceño.

— Gobernarás. Y te casarás con Luna quien será la nueva reina. — habló.

En ese momento la sangre del chico empieza a hervir de la ira.

¡¿Casarse?!

El chico empezó a hervir por fuera. Sus ojos se enrojecieron, su cabello empezó a llamear.

Los demonios se estremecieron. El chico se subió a la mesa y caminó sobre ella hasta que llegó donde estaba el líder del consejo de demonios.

Lo tomó por el cuello de la blusa y gruñó mostrando los colmillos que acababan de aparecer en su boca.

— Si quieren que mantenga este mundo a flote a partir de ahora yo soy quien da las ordenes.  — gruñó dejando sonar un enorme eco por toda la oscura habitación. — Y si su dichosa Luna cree que puede manipularme, están equivocados.

¿Cómo un humano podía ser tan intimidante? No... no era solo un chico con sangre humana. También era el hijo de un rey.

[…]

Tetsuya fue llevado a la sala del trono, en donde Luna yacía en el enorme asiento de piedra, recostada descaradamente como lo había estado en el castillo del mundo humano de su padre.

— Miren a quien tenemos aquí. El traidor ha vuelto con la cola entre las patas. — habló la mujer.

Los dos demonios al lado de Tetsuya levantan sus lanzas contra Luna.

Tetsuya sonrió con el ceño fruncido.

— ¿También  vendrás a imponerme la dichosa boda?

— Los demonios del consejo te han informado bien. — habló complacida.

Entonces el chico de 16 años camina hacia la chica con lentitud pero seguro.

— Sin embargo, ya me encargué. — habló sin eliminar su sonrisa.— No voy a volver a dejar que me manipules por ser un adolescente. Lunita.

Doremi 16 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora