Capitulo 39: Una pijamada mágica.

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Onpu Sewaga.

Te odio.

Me repetí a mi misma viéndome en el espejo.

Eres un asco.

Desde el momento en que Viento profanó mi cuerpo he sido un completo asco. Desde el momento en el dejé de ser una niña, una dulce y hermosa niña pre-adolescente aspirando a ser una estrella.

Si. Aún tengo a mis amigas conmigo y son lo mejor que me ha podido pasar. Pues cada una me demostró que tan grande es su amistad hacia mí cargando también con el peso de las heridas de mi cuerpo y mi mente usando la magia prohibida.

Momoko se llevó mis miedos.

Pero aún conservo mis recuerdos, y cada día recuerdo más y más cosas. Recuerdos que parecían lejanos, difusos y borrosos vuelven a mí y hacen que mi cicatriz duela más y más.

— ¡Te detesto! ¡Te odio! — gruñí un poco más fuerte.

Alguien tocó la puerta de la habitación.

— ¿Onpu-chan?— era la voz de Poppu.

En ese momento, pongo una sonrisa actuada y me dirijo con el corazón estrujado hacia la puerta.

Pongo mi mano en la perilla y la giro para abrirla.

— Hola Poppu, buen día.

Ella sonríe.

— Buen día Onpu. Tu alegría es muy contagiosa. — dijo.

Es actuación ¿qué no lo ves?, la verdadera Onpu está atrapada en lo más profundo. ¡Sácame de aquí!

— Una ídolo siempre debe estar sonriente. Además, planeó volver a Estados Unidos a buscar mis padres.

En ese momento, Poppu baja la mirada.

— Venía a hablarte sobre ello. — suspiró. — La reina y yo hemos localizado a tu madre y a tu padre.

Mi rostro se llenó emoción verdadera. ¿Mamá sobrevivió gracias a mi sacrificio?

— Puedes... encontrar más sobre el tema en internet. — ella sacó una laptop de mochila y la abrió frente a mí.

Leí toda la información expresada e aquella página. Mis piernas empezaron a temblar incapaz de seguir manteniendo esta mentira.

— No... — susurré.

— Tenía que decírtelo, tenias que se consciente de que de ese modo ya no podría volver tu solo a América. — dijo la niña de doce años.

Yo seguía atónita viendo la pantalla. Por lo que ella la cerró.

— Lo siento, Onpu... sé que eres muy fuerte. Podrás salir de esta...

Entonces no quise seguir escuchando sus palabras y me dirigí al espejo para plantar un puñetazo en él. Mi puño se llenó de sangre y el espejo se rompió en pedazos, pero yo continuaba golpeando los pedazos con más y más fuerza.

— ¡Onpu! ¡Cálmate! ¡Onpu! — gritó Poppu desesperada. — ¡Mamá! ¡Papá!

Pero yo no me detuve.

[…]

Doremi Harukaze.

Doremi 16 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora