Capitulo 13: Una nueva amenaza

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Me encontraba en clases. Estaba durmiendome sobre la mesa.

Anoche no había dormido mucho, me quedé despierta hasta muy tarde. El sueño también era notorio en Aiko, quién tenía una libreta abierta en la cabeza para ocultar su sonambulismo.

Al salón, entra el chico que pisoteó mi corazón. Él lucía mucho peor que nosotras dos, estaba demacrado, como si no tuviera fuerzas. Sin decir nada bostezó y se sentó frente a mí.

Entró la profesora de química y presentó a Momoko como nueva estudiante, quien se sentó junto a Tetsuya delante de Aiko.

Momoko no estaba cansada, se debía a las diferencias horarias entre Estados Unidos y Japón.

Ella había vuelto debido a que su padre había sido trasladado a Misora nuevamente.

Me acurruqué en algo muy blando sin fijarme que era y terminé perdiendo la noción del tiempo.

~~~

- ¡Harukaze! - oí un grito.

Me levanté de golpe.

- Disfruta dormir en horas de clase ¿eh?

Ya había pasado un tiempo desde que no me regañaban.

"Ojalá se callara." - pensé.

En ese momento mi cristal brilla en mi cuello y ella queda muda. Por más que abriera la boca para pronunciar palabras, no salía ni una.

Oh no, esa no fue mi intensión.

Ella se tocó su cuello atemorizada.

- ¡Sensei! - Hoshimiya levanta la mano. - Puedo acompañarla a la enfermería.

Ella me miró por unos instantes y luego decidió rendirse e ir con él. Lo peor es que no tenía idea de como eliminar el hechizo sin que todos se dieran cuenta. ¿cómo es que solo un pensamiento pudo causar tanto?

Llegó la hora del receso. Me dirigí con Momoko y Aiko a los casilleros.

- Entonces gracias a ti tuvimos horas libres extras.- dijo Aiko. - Quien diría que la magia nos salvaría de ese examen de química.
- ¡¿Había examen?! - volteé desesperada a verle el rostro.

Ella suspiró.

- Por más princesa que seas aún sigues siendo despistada.

Infle mis cachetes.

Momoko es la primera en encontrar su casillero. Entonces nos fijamos en que estábamos en la misma fila, que suerte.

Ella abre su casillero y saca un pequeño termo, luego sirve dos tazas de café.

- Aquí tienen, es café mágico. Tiene el mismo polvo mágico que le echábamos a los dulces, así tendrán la energía que tendrían si hubiesen dormido mucho tiempo.

Sonreí tomando la taza.

- Muchas gracias Momoko.- respondí y tomé un sorbo.

Sentí de pronto que todas mis energías volvían de golpe. Este café sin duda era mágico.

- Por cierto...- Aiko me miró con curiosidad. - ¿cómo te fue en tu primera noche en el castillo?

Doremi 16 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora