20

1.6K 122 7
                                    

Aclaración: Aquí Foxy tiene familia, aushajsas. ¿Sus nombres?, los inventaré así que no se sorprendan si ven algo raro. Solo lean y disfruten ahre. 

Pov Narradora.

Por unos minutos, Foxy se quedo callado. 

No dijo ninguna palabra, solo miraba su reflejo. Meg trato de calmar aquella terrible tensión y solo logro articular.

- Siempre se empieza por el comienzo -suelta una leve risa-...a menos que quieras empezar por el final, eso sería raro -Foxy la ve de reojo y sonríe-. Es tú decisión. 

El pelirrojo hunde sus manos en el agua cristalina, y una parte de está se tiñe de un leve color rojo, que poco a poco se va disolviendo entre el agua restante. Meg, se queda viendo un largo rato como el tono rojizo se esparce por todo el lago, hasta terminar en nada. 

- Bien. ¿Me prometes algo? -Le pregunta el pelirrojo a la Albina.

- Depende la promesa. 

- ¿Te quedarás callada mientras te cuento todo?, ¿no dirás ni una sola palabra...?

- Si eso quieres, lo haré. 

Foxy sonríe satisfecho, y vuelve a tomar la mano de la peliblanca. Ella se sorprende y un leve rubor tiñe sus mejillas. Desvía la mirada y suspira. La risa del pelirrojo la saca de su nube de vergüenza y regresa su vista a él.

- Bien. Esto no es el típico cuento de hadas, de acuerdo? -Meg asiente con una leve sonrisa-...así que presta atención. No interrumpas. Te será ridículo pero empezaremos con el típico 'Erase una vez'...-advierte el pelirrojo viendo hacía el cielo.

«Erase una vez...en una ciudad cuyo nombre no es importante, donde vivía una familia...la familia ideal ante los ojos de todos. La madre ideal, el padre ideal...las cosas...¿ideales?. Por más tonto que suene, así se mostraba. Pero, aquel 'ideal' no era más que la máscara de lo verdadero que ocultaba esa estúpida familia. El padre, se mostraba como un gran hombre, lo verdadero, es que no era más que un drogadicto con problemas de conducta. La madre...era una mujer interesada, que le importaba poco su marido, siempre pensó que había más hombres en la tierra, ¿por qué preocuparse por uno que se la pasa metido entre drogas y alcohol?. El hijo...uhm, nada importante para ambos. Si el padre le pegaba, a la madre poco le importaba. Es más, la madre aveces lo apoyaba. ¿Por qué?, jamás entendió sus razones. 

Es más, creo que ni lo consideraban su hijo. Mientras que él, estaba harto, cansado...pensando en lo injusto que era la vida con él. Aguantando golpes, regaños, cosas sin sentido que le echaban en cara. Siempre, diciéndole lo defectuoso que era. 

Entre golpizas, sangre derramada, moretones, lágrimas...risas de satisfacción, palabras hirientes. Algo dentro de ese niño se desgarro...no solo su cuerpo, que era el que soportaba tantos golpes. Ni su alma o corazón, que estaban heridos. Fue su mente, en su mente todo cambio, algo se quedo unos segundos en un fuerte trance. Su cabeza comenzó a palpitar tan fuerte y entre los seguidos golpes, una leve risa escapó de sus labios.

- ¡¿De qué te ríes?! -gritó aquel hombre que se hacía llamar su padre-. ¡Deja de reírte, basura! -le dio una patada en el estómago, haciendo que la sonrisa se borrará de inmediato y fuera remplazada por una mueca de dolor-. ¡Muy bien! ¡Sólo debes sentir dolor!

La mamá bajo las escaleras, entre tantos gritos que provenían piso de abajo, había despertado de su siesta. Así es, una madre que no le importaba que estuvieran maltratando a su hijo. Miró con indiferencia la escena y miró a su ''esposo''.

- ¿Qué demonios sucede aquí? -dijo la mujer de brazos cruzados mientras miraba al niño pelirrojo-. Con qué este niño estúpido provocaba tanto ruido-los ojos del 'niño estúpido' reflejaban solo odio...odio a sus progenitores-. ¿Por qué carajos me miras así? Quita tus asquerosos ojos de mí. Y deja de ser tan silencioso, por favor−pidió burlona. 

¿Cómo lograba ser tan descarada y estúpida para pedirle eso?. ¡Claro! como ella era la que casi estaba desangrándose en el suelo, recibiendo golpes.

- Déjalo, Sarah. Ni siquiera merece que le dirijas la palabra, este engendro sólo merece la muerte -dice Edward con una sonrisa perversa-...pero merece sufrir antes de llegar a está.

- Alto ahí, ¿qué dirían todos si de la nada, nuestro querido hijo desaparece? -dice ella con una mueca viendo a Edward-...Usa más la cabeza.

- ¿Un secuestro?, ¡Bah! Lo que sea, hasta el más estúpido sabría como hacerlo.

- Como sea. Solo piénsalo bien, no queremos reporteros detrás de nosotros como perros detrás de la comida, ¿entiendes?. Ahora, si vas a seguir, procura tener más cuidado y un poco más de silencio, hay casas alrededor−rodó los ojos−. Además me molestan a mí también.

Edward bufo mientras la sacaba de ahí. Sarah se fue y Edward se giró hacia su hijo. 

- Vaya, vaya. ¿La basura no soporta más? Que vergüenza, de verdad esperaba más resistencia -lo toma de sus cabellos rojos y los aprieta entre sus repulsivas manos-...pero que podíamos esperar más de un fallo tan repulsivo. 

El joven sonrió de manera lastimera.

- ¿Y tú no lo eres, Edward?

En menos de lo esperado, recibió un rodillazo en la mandíbula por parte de Edward. Alex, ese era el nombre del niño. Ahora, su boca sangraba.

Pero de algo estaba seguro, ese tormento no duraría mucho más.

Cada día, todo cambiaba para Alex. De alguna forma, todo dentro de él, se volvía...raro. Diferente, eran como las rosas con espinas, las tocabas y dolía, les quitabas las espinas y su tacto era suave...delicado. Pero, a una sin espinas, ¿podrían crecerle las espinas?. Porqué eso le ocurría a Alex, claro, el no era una rosa. Pero no tenía espinas...aunque poco a poco, unas se iban formando a su alrededor. Hasta que un día. Un día realmente no lo soporto, su mente había estallado. Jamás podría detenerlos, dudaba que alguien pudiese detenerlos...pero, solo había algo, algo diminuto que detendría todo el caos: Su muerte.

Así es, la muerte de Sarah y Edward Sullivan. A Alex no le desagrado la idea, hasta le agrado. Había aguantado demasiado, visto demasiado. Los problemas se acaban desde la raíz. Así que eso haría Alex, los acabarían para siempre. Teniendo diecisiete años, jamás debió merecer un destino tan cruel...

* * *

>>>>> Continuación.








Obsesión »FxM«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora