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Mangle.

Aún no podía creerlo. Me ponía sumamente feliz y ansiosa al recordar su mensaje. Era él. Me había contestado y ahora más que nada deseaba volver a su lado, pero era jodido no poder, ni siquiera sabía donde estaba con exactitud.

“¿Cómo estás?”, había escrito después de su respuesta, pero ya no contestó, lo que hizo que mis nervios salieran a flote.

–Mañana vendrá Freddy, de nuevo.–anuncia Joy.

Pero no le prestaba atención, mis pensamientos eran dirigidos al chico pelirrojo de ojos aniquiladores cómo dos bellos soles.

–Claro.–respondí de forma desinteresada.

–Vaya, creí que te molestarías–murmura, yo no contestó–. Bien Mangle, ¿qué es lo qué tienes? No es normal esa actitud en ti.

–¿Yo?–preguntó bobamente.

–Eres la única Mangle que conozco–replica viéndome extrañada.

–Ah sí, perdón. No tengo nada–aclaró.

–Ajá. Sabes que puedes confiar en mí…creo que ya me has ocultado muchas cosas.

Una punzada de arrepentimiento me llegó.

–Perdóname, Joy.
No de mi intención.

–Lo sé–sonríe con pesadez–. Sólo quiero que tengas claro que siempre puedes contar conmigo. Estoy cansada de tanto misterio entre ambas, quiero que todo vuelva cómo antes.

Frunzo el ceño.
–¿Cuándo estaba secuestrada?–Joy niega.

–¿Qué?, no. Tú sabes a que me refiero

Sonrió sutilmente.
–Sí, ya sé.

El silencio perdura por unos momentos, la voz de Joy lo rompe, sonando frágil y arrepentida.

–Ojalá jamás te hubiera dicho sobre ese trabajo.

¿Bromea?, si no hubiera sido por eso, nunca habría conocido a Foxy y seguiría con mi patética rutina de no hacer nada que me hiciera sentir diferente.
Estoy tremendamente agradecida con Joy por ello, me ayudó mucho aunque ella crea lo contrario.

–Las cosas pasan por algo.

—Sí, pero, te hubiera evitado tanto sufrimiento–susurra.

–Tranquilizate–me acerqué a ella y besé su coronilla–, yo estoy más que bien.

Ella me mira con sus ojos cristalizados. No me cree del todo cuando digo eso.

–¿Cómo están tus heridas?–pregunta.

¿Las externas o las internas? me veo tentada a decirle, pero se de sobra cuáles, las externas.

–Sanando, cómo lo hacen todas las heridas.
–contestó.

–Me siento culpable.

–Vamos Joy, no tienes la culpa de nada–digo.

Ella suspira suavemente, me da una sonrisa antes de caminar al perchero y tomar su abrigo.

–Iré a visitar la tumba de Bonbon, nos vemos, cuídate–pide.

–Todo estará bien.

Ella hace un atisbo de sonrisa que se produce más cómo una mueca y sale del apartamento. Me quedo sola y reviso nuevamente mi celular; sin respuesta. 

Espero unos minutos antes de salir yo también de aquí. El pasillo está vacío, bajo por las escaleras con rapidez, la recepcionista no me ve, salgo con calma y el frío de la calle me recibe. Comienzo a andar sin rumbo. Tal vez esperando a la llegada de ese chico para hacerle mi propuesta, después de todo siempre va detrás mío.

Me detengo cerca de una librería, apoyándome sobre la pared, metó las manos en mi chaqueta y espero. Pasan varios minutos, hasta que oigo su voz, por un momento quiero sonreír pero no lo hago.

–¿A quién esperas?, llevas casi una hora parada como idiota ahí–dice.

–A ti–sonrió mientras miró fijamente sus orbes grises.

—¿Ah, sí?, ¿para qué?
–pregunta extrañado.

–Quería pedirte algo.

Springtrap da un rápido vistazo a nuestro alrededor, notó sus hombros tensos a la vez que la pupila en sus ojos se achica.

–En otro lado, hay mucha gente aquí–dice serio.

–¿Por que te molesta?

Él sonríe canalla.

–Mangle, además de que estoy siendo buscado, soy un problema para estas pobres personas–se acerca un poco más a mi, la gorra de su sudadera tapando gran parte de su rostro, leves mechones de pelo se escapan desordenados–, su carne me tienta mucho.

Tragó saliva. Lo estaba olvidando, su enfermedad -o fetiche-, sigue ahí, esperando a manifestarse.

Repugnante.
Me sorprendía que a mi no me hiciese nada…aún.
Ojalá nunca lo haga, no me imagino morir devorada por una persona.

–Bien, vámonos.

Empezamos a caminar, alejándonos de la multitud poco a poco, finalmente llegamos a un barrio de mala pinta, las casas eran pequeñas y descuidadas, había basura esparcida por cualquier lado y una que otra persona borracha y hasta drogada. El lugar es desagradable pero a Spring parece no importarle. Llegamos a una casa y por un segundo pienso que ahí está Foxy pero desechó la idea cuando entramos y las únicas presencias somos Spring y yo.

La casa es pequeña, pero no luce tan maltratada, aunque tampoco es muy hogareña. Los sillones ya están muy usados y la alfombra sobre el suelo se nota polvosa y áspera. La puerta que da a la diminuta cocina es de madera y los muebles son viejos, pero eso me da igual, sólo voy de visita.

–Vives aquí.–afirmó, él confirma con un raro sonido gutural.

–¿Se te apetece algo de beber?–pregunta abriendo el frigorífico.

–Ah…no, gracias–miró con curiosidad el interior del frigorífico–, ¿Qué es eso?–señaló un par de bolsas que guardan masas extrañas y de colores oscuros.

–Eso son hígados–todo normal, hasta que agrega–: de humanos.

–Joder…–suelto con un poco de asco.

Érase de esperar.

–También tengo riñones, un corazón–se encoge de hombros–, planeo ir mañana de cacería–se lame los labios, con la mirada perdida, tal vez imaginándose su particular cacería–, ¿quieres probar?

–Dios, no. Así estoy bien.

Él carcajea.

–Okey, okey. Toma asiento, disculpa lo mal que luce todo, no siempre consigo buen dinero.

–Podrías vender órganos, ya ves, en algún mercado ilegal–recomiendo.

–Claro, pero por el momento no, primero necesito desaparecer por completo del radar–explica con voz neutral–. ¿Qué querías pedirme?

Doy un hondo suspiro antes de decirlo.

–Quiero verlo.

Él no contesta, sólo se limita a mirarme. Enarca una ceja y una suave sonrisa danza sus labios.

–No sé. La policía continua, no serás capaz de soportar otra bala, ¿o sí?

–Soportaré las necesarias, sólo quiero estar de nuevo con él, por favor.

Spring hace una mueca.

–Él no quiere ponerte en peligro.

–Lo sé, pero, ¿crees que la policía se detendrá?, no lo hará, él siempre será un fugitivo–Spring no dice nada–, quiero verlo aunque sea una vez. Será mi decisión si decido quedarme y vivir ocultos–valdrá la pena, deseo añadir, pero no lo hago.

–Bien. Te llevaré con él.

* * *

Perdón por tanta demora, voy a tratar de lanzar el siguiente capítulo pronto.
Gracias por esperar :')

Obsesión »FxM«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora