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Alex, después de que vio a su padre, llegar alcoholizado y con unos toques de droga encima, decidió actuar. Su madre se había ido con un tipo equis a un lugar cualquiera. Así que Alex se quedaba con la bestia. 

- ¿¡Dónde estás, maldito niño!? ¡VEN Y SÍRVEME! Para eso estás aquí, engendro...

Claro, siempre eso les ocurría a las mujeres. Pero, hay veces que los papeles se invierten. Ambos géneros sufren por igual.

Alex tomo un cuchillo, pensando en lo que haría.  Lo guardo entre su ropa y salió, fingiendo una cara asustada, y miró a su padre, parado en frente de la mesa de vidrio de la sala.

- A-aquí estoy -tartamudeo Alex. Deseando echarse a reír por aquel acto tan fingido. Lo miró y una mueca de repulsión se formo en su rostro-. ¿Qué paso?

- Hmp...ahí estás -una sonrisa nada sana se formo en los labios de Edward-...acércate, ¿quieres?. Tú padre tiene que decirte algo, Alex.

Alex se acercó sin miedo, sin refutar. Ansioso por lo que pasaría.

- ¿Pa-pasa algo?. ¿Necesitas algo?

- Claro...solo verte rogar -De forma rápida, tiró a Alex al suelo y le lanzó una fuerte patada.

Está vez, Alex no sintió dolor...dejo de sentirlo hace mucho. Solo una sonrisa se formo en sus labios. Edward le restó importancia y le tendió otra patada.

Alex escuchó algo tronar fuertemente, Edward había lanzado la mesa de vidrio hacía un lado equis de la casa. Tomo a Alex fuertemente del cabello y le dio un golpe en la mejilla que dejaría en trance a cualquiera. Alex, lentamente, con su mano derecha sostuvo su mejilla, mientras que la izquierda se escabullía por el cuchillo. 

- Siempre me he preguntado. ¿En qué os he fallado? -artículo Alex una vez que sintió el mango del cuchillo entre sus dedos-...¿qué he hecho para merecerme esto? -suelta una amarga risa-...no me digáis porque soy defectuoso, ni porqué soy una basura...se que ocultáis algo más...pero...¿por qué no sacarlo ahora?. ¿Por qué esperan a que mi muerte, se os haga más larga...les gusta verme sufrir?.

 - Creo que has acertado, niño...

- ¿Crees, enserio crees? -Alex logra levantarse y vuelve a reír, ocultando el cuchillo en su espalda-...¿creerás después de tanta mierda?, eso suena patético, Edward.

- ¡Cállate, inútil! -Edward camino listo para volver a golpearlo, pero Alex saca el cuchillo de una forma rápida y lo entierra en un costado de su abdomen, Edward, abre la boca sorprendido y un pequeño jadeo de dolor sale de sus labios-...¿qu-qué hiciste?

- ¿Enserio te asusta eso? -dijo sacando el cuchillo-. ¿Qué acaso no eres un hombre fuerte, valiente, que tiene todo a sus pies? -le da una patada en el estómago, y Edward retrocede varios pasos, mientras que hace una mueca-. Es más claro que el agua, te he enterrado un cuchillo, genio. Tanta droga a afectado tu cerebro. JAJAJAJA. ¿Acaso siempre pensaste que sería el mismo niño débil, que soportaba todo lo que le hacían?. ¡Tú y yo tenemos el alma igual de manchada, la mente igual de retorcida!

Lo toma del cuello y con una fuerza sorprendente lo estampa contra la pared, deja el cuchillo ensangrentado en un sillón, mientras empieza a golpearlo con fuerza, sacando toda su rabia. Pensó en todo lo sufrido...¿por qué no vengarse?. Sería lo mejor.

Después de tanta cosa previa...Alex mató a Edward con varias apuñaladas...jamás se había sentido tan bien. De hecho, jamás pensó que el matar, era tan genial, según él. Pasaron los minutos, Alex se encargó del cuerpo de Edward, pero dejo todo manchado de sangre, hasta que llegó Sarah. Sarah entró a la casa riendo, mientras se tambaleaba, seguro venía con más copas de lo normal, encima. Alex, la miraba divertido desde la lejanía, en un rincón oscuro de la casa. Sarah no se molesto en prender las luces de la casa, hasta que resbaló y cayó. Alex, mantuvo la risa. Y Sarah soltó un bufido molesto.

- ¿Pero qué...? ¿Qué es esto? -dijo tocando aquel líquido que yacía en el suelo-...que mal huele...-susurro sin dejar de ver sus manos-...¿sa-sangre?

- ¡Hasta que logras acertar! -exclamo Alex, saliendo. Aplaudiendo, con una sonrisa...rara, en su rostro. Sarah al principio lo miró confundida y molesta, pero al verlo lleno de sangre, su rostro se tornó miedoso y preocupado-...¿qué ha pasado?. ¿También tú valentía se ha ido?

- ¿Qué, que h-has hecho?...¿Y Edward?

- Digamos que el...uhm...-hace una mueca-, eso no importa. 

- ¿¡Qué es toda está sangre!? ¿Qué has hecho? 

- Oh, calma...simplemente me vengué de todo el daño hecho. Edward está pudriéndose en el infierno como siempre debió ser -dijo el pelirrojo con cierto odio y burla en su mirada-. Ahora es tú turno, Sarah.

- ¡No! ¡Aléjate monstruo!

- Ahora resulta que yo soy el monstruo, enserio?. Yo no fui quien abuso de alguien inocente durante años, qué fue interesada y se aprovecho de sus bienes para crear males...enserio, Sarah, eres ridícula...tanto que las ganas de asesinarte se me acaban, pero no puedo detenerme, no ahora que lo sabes todo. 

Y bueno, el hilo de vida de Sarah, se esfumo como el polvo con el viento. Fue cortado...como la cordura que habitaba en Alex. Quien por cierto, prefirió ponerse ''Foxy''. Nadie volvió a saber de su nombre real y los que saben, lo han olvidado, pues se han acostumbrado a decirle ''Foxy''.»

[...]

Pov Meg.

Escuché todo, realmente atónita. ¿Entonces, por eso, Foxy se ha vuelto así?. 

- Y-yo...solo mataste dos veces, ¿acaso te gustó?

- Me encanto -admitió el pelirrojo-...tanto que ya no pude detenerme, fue inevitable y seguí causando muertes -dijo sin soltar mi mano-. Pero, no siempre arrebataba vidas inocentes, casi siempre, asesinaba a personas realmente crueles, era como un hobby, donde eliminaba a tanta mierda del planeta, ¿entiendes?

- ¿Y cómo llegaste al hospital psiquiátrico?

Foxy suspira y vuelve a mirar al cielo.

- Una vez mientras mataba, alguien me vio. Yo no me di cuenta, hasta que escuché las sirenas. Huí de ahí. No sentía miedo, solo una enorme adrenalina...pero lograron alcanzarme. No era la primera vez que huía, pero esta vez lograron atraparme. Yo en ese momento, fingí desesperación, incluso lloré -ríe fuertemente-...al principio no me creyeron. Hasta que les comencé a gritar: ¡Yo no quise, ellos me obligaron!. Pensaron que estaba en una especie de mafia, donde me utilizaban, más yo dije que no. Comencé a inventarme lo de las voces, y todo eso...incluso me hicieron varias revisiones, me sometieron a análisis y estuve con psiquiatras, fue muy molesto, pero no me rendí hasta que me metieron al hospital. Ahí recibí medicinas, que la mayoría de veces tiraba, cuando me las tomaba...realmente ahí me ponía loco, como yo carecía de esas enfermedades, las pastillas no eran para mí, así que solo conseguían alborotarme, algo que confundió a los psiquiatras, pensaron que yo tenía esquizofrenia o realmente estaba mal de la cabeza, muy mal. Hasta que un psiquiatra gritó que todo era una mentira, que yo mentía. Tuve que matarlo ese mismo día a escondidas, cuando lo encontraron, no duraron en apuntarme a mi, pero yo solo los miraba sin entender y haciéndome el tonto diciendo: A mi no me gusta asesinar. Pero me obligaban esas voces. ¿Por qué piensas que yo lo mataría, si estoy tan controlado por los medicamentos?. Ya no cometería aquel acto tan atroz...finalmente me creyeron, ya qué hice que la escena del crimen pareciera suicido. Y así pase, hasta que llegaste tú.

- ¿Y qué paso cuando llegue yo?

- Realmente me sentí como un total loco.







Obsesión »FxM«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora