Obsesión »FxM«

27

Narra Meg.

El doctor hizo varias preguntas. Respondí cada una, se sorprendió cuando le dije que si había logrado recordar algo. Me preguntó que había recordado pero por la mirada seria que le dirigí dijo que no era necesario el contar.

−Muy bien. Como veo que ya vas reaccionando lo único que te recomiendo será reposo, no te esfuerces en recordar, ya ves que sin necesidad, vas haciéndolo sola−deje de prestarle atención viendo mis manos. 

Finalmente pasaron unos segundos y nos dejó ir. Estar fuera del frío hospital era un alivio. El aire en mi rostro me hizo sonreír. Foxy me hizo señas para que lo siguiera, lo seguí y nos subimos a un auto. Foxy estaba en el asiento de piloto y yo del copiloto, se volteo a mi con el ceño fruncido y dijo sin más:

−¿Qué recordaste?

Su pregunta me tomo por desprevenida. Evité mirarlo y suspiré fuertemente.

−¿Realmente importa?

−Lo digo porqué te ves rara−lo miré y se veía preocupado y nervioso, como si esto no me afectara a mi, si no a él. 

−¿Ah si?−me hice hacía delante, nuestras respiraciones chocaron y a pesar de que eso me puso nerviosa, no me aparté−. ¿Y porqué te preocupa? ¿Acaso hay algo que no quieres que recuerde?

Sus ojos no mostraban nada pero pude ver como apretó la mandíbula. Vaya, entonces hay algo que él no quiere que recuerde, me preguntó que será.

−Recordé el asesinato de mi familia−el frunció el ceño mientras yo me alejaba−. A si es Foxy, resulta que mataron a mi familia cuando yo solo tenía catorce años.

−¿Enserio?−dijo con voz suave. Pero veía como estaba pensado algo seriamente.

−No mentiría con eso. 

−¿No sabes quién fue?

Apreté los puños.

−No. Cuando lo recordé, solo pude ver la sombra de un hombre y ya. Jamás se mostró, pero vaya que no fue falta el hacerlo para destruirme−aplané los labios y después pedí:− Quiero irme.

−Está bien.

El carro se puso en marcha y en 30 minutos ya estábamos nuevamente en aquella casa. Baje del carro y camine a paso apresurado a la casa, quería pedirle algo a Foxy, realmente no sé como se lo tomará, pero era necesario.

Foxy entro poco después y dijo:

−Estás demasiado rara. ¿Ya me dirás que tienes? ¿Fue tu recuerdo?

−Quería pedirte algo−solté, confundiéndole más.

−¿Y qué es?

Suspiré para después decirle

−Quiero irme. 

−¿Eh?−se confundió más−, ¿qué quieres decir?

−Quiero irme de aquí, yo sola. 

Me miró como si tuviera dos cabezas.

−Tú no puedes irte.

−¡Pues quiero irme! ¡No puedes detenerme! 

−¡No! Estás mal todavía−gruñó molesto.

−Oh, ahora resulta que estoy mal, solo perdí la memoria, ya oíste al doctor, la recuperaré, pero quiero irme−dije entre dientes.

−¿Y porqué carajos quieres irte?

Para vengar a mi familia. Pensé pero no lo dije.