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Un largo suspiro abandonó mis labios. La tristeza me carcomía y quería llorar, vaya que quería llorar. Mordí mi labio inferior y busqué entre mi misma razones para no desmoronarme más y hacer un jodido berrinche. Porqué así lo sentía. Como unos estúpidos berrinches de un corazón herido y ciego. De una mente inútil y vulnerable. Pero lo único que pasaba por mi mente una y otra vez era su rostro. Su simple recuerdo.

Quizá...si estaba mal. Quizá si estaba jodidamente enferma.

Síndrome de Estocolmo. Esas tres palabras sonaron por mi mente, dando vueltas, como burlándose de mi debilidad, de mi estupidez. Necesitaba ese psicólogo.

Lo necesitaba ya. Y necesitaba olvidarlo a él.

Lo que suena sencillo suele ser lo que más trabajo nos cuesta una vez que decidimos hacerlo realidad...

Me levante de inmediato y sin decir nada salí de ahí dando un portazo, caminé por la calle tratando de buscar un lugar donde sentirme menos aprisionada. Caminé por horas durante las calles de está ciudad. Empezaba a oscurecer, el sol se ocultaba y por más que caminará no me sentía cansada, a lo lejos divisé una discoteca, medité el entrar y al final me abstuve, realmente no necesitaba esos lugares para distraerme, continúe caminando y no me di cuenta de lo oscuro que estaban ya las calles hasta que...

¿Ya la viste?−escuché un suave murmullo en un callejón. Era como si la persona que estuviese hablando no quisiese que me diera cuenta.

Y la razón; hablaban de mi.

En ese momento empecé a sentir pasos detrás de mi. No me giré, pensé que era una persona equis y no tenía porqué ponerme paranoica, o eso creía. Hasta que alguien bruscamente me tomo del brazo y me giró hacía su dirección. La impresión fue bastante y reaccioné igual de forma brusca tratando de zafarme, pero fue en vano.

El tipo que me agarraba era uno cualquiera, no lo conocía, pero tenía ese toque de maldad y perversión en sus ojos.

−¿Nos hemos ganado la lotería, no crees?−dijo el tipo que me tenía agarrada, mi respiración se comenzó a acelerar. ¿A quién le hablaba? ¿qué quería?.

−Me da igual. Haz lo que quieras−la voz del otro era rasposa, gruesa, como la de alguien que estuvo gritando por horas...Miré hacía él, estaba en una parte de la calle la cual estaba sumida en oscuridad. No lo podía distinguir muy bien, pero sabía que sus ojos eran muy claros...casi grises−. No son mi juego.

−¡Que aburrido! ¿por qué jamás aceptas?−parecía molesto el tipo que me tenía agarrada.

Pude notar como el otro sonreía.

−Porqué yo no soy violador.

El rodó los ojos más molesto cada vez.

−Suéltame−pedí. No, ordené, el tipo soltó una carcajada y sin más empezó a jalarme, obviamente yo puse resistencia−. ¡He dicho que me sueltes!

El tipo siguió burlándose, me movía desesperada para soltarme de su agarre, pero no podía. Finalmente vi como me llevaba al callejón donde lo había escuchado.

−¡No! ¿Qué mierda quieres?−exclamé cuando por fin pude soltarme de su agarre, pero me había mandado hasta el fondo del callejón, así que no sabía como escapar sin que volviera a agarrarme...extrañamente, no tenía miedo.

−A ti, linda...−se acercó con una sonrisa horrenda, desde el rabillo del ojo podía notar como el otro tipo, observaba todo en silencio, analizando, sentía que estaba debatiendo el si ayudarme o no. Sus ojos se me hacían familiares...tenían algo que...yo ya había visto.

De un momento a otro un cuerpo me hizo chocar contra la pared, mi desesperación volvió a despertar y empecé a golpear con fuerza al idiota que me había traído hasta aquí, el gruño y me dijo algo de: ''Estate quieta, perra'', pero eso solo hizo que mi desesperación y furia aumentará y lo golpeará con más fuerza, el se separo molesto y sin más me dio una bofetada. Eso fue lo que derramo el vaso, sentí como algo dentro mío se desconectaba, me sentí desorientada y una energía que no conocía se empezó a disipar en mi interior...

Era tan asombrosa. El tipo me agarro por los codos y sin previo aviso me lanzo contra el piso, la caída dolió pero no fue nada que no pudiera soportar. Vi como con rapidez y enojo empezaba a desabotonar su pantalón, el asco que sentí fue tan grande e inexplicable pero me quede quieta, no quería ser...violada, pero algo dentro de mi me hacía quedarme quieta como diciendo: ''Ya verás lo que ocurrirá. No será malo''. Él se agacho para ponerse encima de mi, el ardor en mi mejilla hizo que un pensamiento raro cruzará por mi cabeza: Acabalo...Cuando sentí sus repugnantes labios en mi cuello reaccioné, mis manos se movieron inquietas a los lados por el piso, y entonces mis dedos rozaron algo...Era filoso...Una de mis piernas se alzo para golpearlo, el gruño separándose.

−¡No entiendes!−entonces, otra bofetada−. ¡Dije que te quedarás quieta!−agarro mi cuello con violencia, casi asfixiándome−, pensaba hacerlo delicado, ya ves, eres muy bonita como para ser tratada con violencia, pero no pones de tu parte así que será por las malas...

−¿Debo...sentirme asustada?−pregunté con una sonrisa canalla. Mi mano tomando por fin esa cosa filosa, por el tacto sentí que era una botella rota−. Estás equivocado, maldito hijo de puta−noté como el estaba listo para abofetearme otra vez pero fui más rápida y alcé la botella rota y sin más, la incrusté en su cuello.

El tipo abrió sus ojos sorprendido, obviamente no se lo esperaba, una de sus manos se dirigió lentamente a su cuello, donde la sangre salía ansiosa. Mis ojos no dejaban de observar la sangre caer, por mi cara, mi cuerpo...El tipo cayó hacía un lado, tosiendo y respirando aceleradamente, pude ver el terror en sus ojos, saqué la botella rota y más sangre salió, en cantidades inimaginables. Agarré nuevamente la botella rota con precisión y sin más la clavé en su pecho.

Dios, el terror en sus ojos fue tan satisfactorio...

Te gané. No pude evitar sonreír. Solté la botella como si de repente está quemará, mi respiración era descontrolada y ahora si me encontraba asustada. ¿Qué hice?

¿Lo maté?. No me había dado cuenta de la gravedad del asunto...Había matado a alguien.




Obsesión »FxM«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora