Rabia (editada)

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— Lo siento, lo siento, lo siento —dije mientras veía como Pablo se quejaba del dolor — Sabes que no fue mi intención ¿Verdad? Así que debes aceptar mis disculpas —dije con miedo—.

Su molestia es más que evidente y yo no sé cómo actuar.
Sin duda, hoy no es mi día de suerte. Primero desperté a Pablo con un balde de agua —claro por culpa de la mentira de Miguel —, pero ¿Por qué no le lancé el agua a Estiben? Estiben no es temperamental, cosa que sí lo es Pablo. Segundo, por un calambre que me dio y que ocasionó que me diera el susto de la vida en la piscina, salí peleando con Pablo por su regaño tan grosero y ahora, después de hablar, que llegara su novia y él me siguiera molestando, le partí —sin querer— sus huevos.

Al parecer, tengo que ir a la playa para quitarme esta mala suerte o si no moriré en las manos de Pablo.

— ¡Tú!—grita furioso mientras se recompone del dolor— ¡Vas a morir en mis manos hoy!

Realmente bastó que dijera eso para emprender mi huida, antes de que realmente cumpliera su palabra. Por lo que rápidamente salgo del cuarto mientras cubro mi cuerpo para que en mi plan de huida no muestre más de lo debido.

— ¡Ayuda!, ¡Ayuda!, ¡Pablo me va a matar! —Grito mientras corro hacia donde están todos.

— No huyas cobarde —dice en el umbral de la puerta de mi cuarto, aún agarrando sus partes nobles—.

Corro y corro hasta llegar al grupo en el que se encuentran los demás.

— ¡Mama Mariana! ¡Abuela! —gritó llegando al lugar—.

— ¿Pero que rayos te paso, Paulina? —Pregunta Mamá preocupada—.

— ¡Mamá Mariana, escóndeme de Pablo por favor! —dije con horror, sabía que de esta era difícil salir viva—.

— ¡Cálmate mi niña, Pablo es temperamental, pero de allí a matar a alguien es otra cosa! —dice con tranquilidad en su voz—.

— Ojalá fuera cierto —digo con temor—.


Cualquier persona por muy temperamental y no asesina que sea, mataría a alguien que posiblemente haya causado problemas para orinar por el día de hoy.

— Aquí estas, pequeña sabandija —dice Pablo llegando al lugar—.

— ¡Amor! —dice Daniela al ver a su prometido—.Ahora que no estas jugando con ella, si puedes saludar a tu prometida. Por lo que ven y salúdame como es debido —dice llegando hacia Pablo con los brazos abiertos.


— Es cierto. Ella es tu invitada y debes saludarla apropiadamente — digo tomando como escudo a mamá Mariana para que su hijo  o acabe conmigo, con la esperanza que ello haga que se comparezca de mí o el llamado de su prometida lo desvíe de su objetivo principal, el cual es matarme.

Pablo la rechaza instantáneamente

— Ahora no, tengo que arreglar un asunto con Paulina  —, dice sin dejar de mirarme y eso si que da miedo. — ¿Vienes o voy por ti? —dice amenazante.

— Yo preferiría que te quedaras en un lugar lejos de mí, mientras yo me quedo acá  —digo desde mi lugar—.

Los chicos están en el medio de nosotros por lo que la única forma de llegar al otro es dándose una vuelta. Quizás sea por ello que no viene a mí.

— ¡Ven acá pequeña sabandija! —dice mientras me señala con su mano donde debo estar— si vienes aquí no te castigaré tan fuerte.

— ¿Nos perdimos de algo? —Pregunta Juliana  al ver mi cara de miedo—.

— Si, Paulina me golpeó — dijo Pablo—.

— Vamos Pablo — dice Estiben — ¿ Te vas a poner así, por un pequeño golpe de Paulina? Tu actitud con Paulina te está haciendo quedar mal. Primero la regañaste por estar ahogándose cuando no era su culpa y ahora quieres amenazarla por darte un pequeño golpe que seguramente te merecías. Porque si de algo estoy segura es que si te pego fue porque te pasaste con ella.

— No sabes cuan fuerte pega —dijo mientras daba la vuelta para llegar a mi y yo hacía lo mismo para alejarme de él—.

— Por muy fuerte que sea Paulina , no va a golpearte tan duro —mientras Aidan decía eso Pablo y yo estábamos corriendo como si fuera él el gato y yo el ratón —.

— Pablo, ya deja a Paulina  tranquila y vez a atender a tu novia —dice Mamá Mariana—.

— Exacto —dice Daniela con los brazos cruzados— soy tu prometida y ella es una aparecida.

— ¡Oye, ella no es una aparecida! —dicen los Evans a excepción de Pablo—.


— Es cierto, si queremos hablar de aparecida esa serias tú no nuestra Pau — habla Ismael, acercándose a mí para abrazarme.

Es evidente que él no me defendería, con o sin rabia no lo haría. Sin embargo, me alegra saber que los demás me defienden.

— ¡Pues esa aparecida como la llamas, me pego en las partes nobles, así que debo cobrarle lo que me hizo! —dice mirando a Daniela—.

Es en ese momento como se pudo escuchar de Harry, Fred, Javier y Aidan un “Ouch" mientras se tocaban sus partes nobles.

Mientras que los Evans estaban mirándome asombrados. Sin duda, esa respuesta no se la esperaban.

— Pero él me estaba acosando —dije en modo de defensa — ¡Miren como estoy! — digo recalcando mi vestimenta, la cual es mk salida de baño blanca de rayas rosadas— Apenas estaba saliendo de tomar una ducha y él llegó al cuarto a acosarme y aunque no lo golpee con intención, sin duda se lo merecía.

Mama Mariana se queda mirándome mientras decía mi discurso, para después mirar a Pablo y preguntarle con seguridad.

— ¿Que le estabas haciendo a Paulina?

— Y-yo so-lo esta-ba jugando con ella —dice Pablo defendiéndose —.

— La verdad me gustaría saber ¿Qué juego estabas jugando con Paulina que ella tuvo acceso a tus partes bajas? —dice Juliana  y Aidan al unísono, mientras suben y bajan sus cejas con picardía—.

Realmente no se porqué pero el miedo se fue y la risa llegó. Quizás ello sea un síntoma de temor o ver como ese par es tan loco y a la vez divertido al decir algo con doble sentido.

— ¿¡Y te atreves a reírte!? —pregunta Pablo enojado—.

— Deja en paz a Paulina  —interviene la abuela— ¿Quién te mandó a entrar a su habitación? ¿Quién te mandó a molestarla?, además por como te veo, no te...

— .... No le partió los huevos —dice Aidan muerto de la risa—.

Y todos comenzaron a reírse, mientras que yo sufría al ver una mirada enojada hacia mí—Pablo tan molesto da miedo, mucho miedo—.

Mamá intenta arreglar las cosas y se enfoca en saber la respuesta preguntándome, al haber dado su hijo una respuesta tan vaga.


— ¿Qué fue lo que te hizo Pablo, Paulina?

— Él quiso utilizar sus tácticas de mujeriego conmigo e insinuó que tuviéramos intimidad. De inmediato quise sacarlo del curro con golpes y no sé como hizo para que cayéramos al suelo. Yo quise que se alejará de mí y él quiso tomar ventaja de ello. Así que, en medio del forcejeo porque se quitara de encima de mí sin querer lo golpee.

Mamá Mariana no le pregunta a su hijo, sino que suspira y toma su chancla para lanzársela a su hijo, quien aunque quiso esquivarlo, alcanzó a pegarle en el rostro.


— ¡Mamá! — se queja mientras todos intentan no reírse.



— ¡Mamá nada, te dije que a ella no vas a tratarla como estas acostumbrado a tratar a todas las mujeres y es lo primero que haces, mal hijo! ¡¿Estas loco para utilizar tus “tacticas" con ella?! — grita corriendo hacia él — No te preocupes que si estas loco ya mismo te voy a arreglar con puro golpe — dice corriendo tras él mientras él emprende la huida.

— Contigo arreglo después —dice mientras se aleja más del lugar para que su madre no lo alcance y lo golpee. — ¡Daniela, ven!

Su prometida lo sigue sin siquiera estar molesta por lo que su prometido me intento hacer. Sin duda, ella es muy rara.

— Uffff —sacó el aire que tengo retenido— casi no vivo para contarlo.

— Y vaya que es una historia tan buena —dice Javier con una gran sonrisa—.

— Pero tengo una duda —dice Harry— ¿Que estaban haciendo que terminaron así?

Mi cara se calienta y se que estoy roja hasta las orejas.

— Mmmmm —dice Aidan con burla — será ¿Qué era lo que no estaban haciendo?

— Obviamente no son las cosas sucias que te imaginas, pervertido — digo marchándome para poder ir a cambiarme en paz.

Narra Pablo

— Ahora si —digo soltando la mano de Daniela — ¿Que haces aquí?

— ¡Auch! —dice sobándose la mano— Eres mi prometido, es normal que sepa donde estás o ¿No?
Realmente no se que nivel de enojo tengo, pero se que la presencia de Daniela aquí de uno u otro modo va a hacer que mi enojo aumente. Yo no quería que viniera, solo les hice creer que venía cuando evidentemente no la había invitado.

— Déjame adivinar —digo colocando mi mano en la barbilla— Me estás investigando. — afirmó, porque con todas las cosas que he pasado y me hacen sospechar de ella, lo que dije no es una pregunta, es una afirmación.

— ¡No! —dice indignada— ¿Cómo crees eso? ¿Por qué voy a mandarte a investigar? Eso sería decir que desconfío de ti y eso jamás. — se acerca a mí para acariciarme — Yo solo sabía donde estarías porque escuche comentarios en tu oficina hace pocos días...

— ... ¿Cuando estuviste en la empresa? —la interrumpo—.

— Fue como el miércoles — dice segura, por lo que abro mi boca para hacerle una nueva pregunta pero ella me logra interrumpir— Pero no me viste, porque a pesar de que llegue para sorprenderte, escuche que estabas en una reunión importante con Feschler y se cuan importante es esa ficha para tu negocio, por eso no te interrumpí y me marché...

— Entonces si sabías de este paseo ¿Por qué no me lo dijiste antes y me lo dices hasta ahora? Bueno, no me lo dijiste sino que apareciste aquí de la anda sin notificarme que vendría.

— Estaba esperando a que me invitaras —dice bajando su cabeza— pero esa invitación nunca llegó. Fue por ello que vine aquí sin avisarte como tú viniste aquí sin decirme o invitarme.

Sus últimas palabras las dijo limpiándose la cara, por lo que sé que ya estaba llorando.

— Ya, ya —digo sin importancia— sólo se me olvidó y ya. Toma —le digo extendiéndole una tarjeta de oro—.

Sus ojos se abren como plato y ya no hay lágrimas en sus ojos.

— E-e-s la tarjeta VIP ilimitada —dice asombrada—.

— Sí, —digo — es para ti, compra lo que quieras como regalo por haber olvidado invitarte a este paseo.

Solo ello bastó para que se lanzara hacia mí feliz y que así quedara en el olvido la invitación a este lugar. Sin duda, convencer a esta mujer es fácil. Sólo basta darle dinero y listo, puede encontrarme en la peor situación con cualquier mujer y aunque llora todo se soluciona así, por lo que es genial. Por ser así, ella no me molesta ni yo la molesto. Muchos dirían que somos una pareja libertina pero es mejor a estar limitándose en diversión y estar atado a una persona demasiado seria.

Por ello, ambos pensamos que es preferible ser como un ave, a pesar de volar tanto tienes un nido al que regresar, sin amor de por medio (sin complicaciones) y sin restricciones durante el vuelo. Así se vive mejor y la verdad, a ambos nos funciona.


Sin embargo, hay varias cosas que me están rodando en la cabeza con respecto a ella y debo aclararlas antes de nuevamente cometer los mismos errores. Antes perdí mucho por no pensar las cosas a profundidad e ignorar señales, así que, ahora no puedo hacer lo mismo.  Así que debo estar alerta con ella y también, limitarme con las bromas hacia Paulina o la preocupa vez podría castrarme para que aprenda la lección de que con ella no puedo meterme ni tratarlas como las demás.


Ella es mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora