Capitulo 22

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{Narras tú}

Tres meses después.

-¿Cómo amaneciste hoy?- preguntó Zayn, oficialmente mi mejor amigo y alma gemela mientras se acercaba a mí.

-Radiante- respondí sincera.
Era mi último día en el instituto, la graduación se realizaría en unos cuantos días. Y daría finalmente concluido mi ciclo escolar.

Los tres meses en esa escuela no habían sido un cuento de hadas. Había llegado un rumor de que yo me había acostado con Harry, el galán del pueblo, y que sólo era una de las cuantas que habían pasado por su cama. Una amiga ocasional. Estúpidas descaradas se acercaban a mi preguntándome si él era bueno en eso. Me sentía repugnante. ¿Cómo diablos todo el mundo se había enterado de aquello? Me arrepentía, pero sobretodo me dolía haber sido tan estúpida como para haber estado con él. ¿En qué fracción de segundo pensé que sería diferente si yo estuviera con él? Fingía no tener el corazón roto, pero los días pasaban y yo estaba aun más dolida.

El odio crecía entre nosotros. Cada mañana aparecía una chica diferente saliendo de su apartamento y se rumoreaba que el salía con alguien de mi misma clase. Yo y mi orgullo cruelmente pisoteado, jamás demostraríamos que en realidad estaba herida. Lo trataba con indiferencia y desprecio. Casi al punto del asco. 

Por su parte, él no se quedaba atrás. Dicho y hecho, me molestaba cada vez que me veía. Y mi tortura sería peor, ya que al siguiente mes entraría a la universidad, dónde conviviría con él, y toda su manada de zorras.
Zayn, era el único que lograba comprenderme. Había llegado a confiar en él, más de lo que confié en nadie en toda mi vida. Incluso más que en mi misma.

Su historia me recordaba a Harry, padres ricos, sueños rotos. Pero él al menos era alguien honesto y puro. Me divertía estar con él, incluso sus padres me caían bien. En tan solo tres meses él se había convertido en la persona más cercana a mí realmente lo amaba, pero ambos sabíamos que sólo era amistad. Lo habíamos aclarado tras rumores de que salíamos.
Mi monótono día cambió al terminar las clases. Me despedí con efusivos abrazos de algunos de los verdaderos amigos que había hecho. Y de Jennifer, una de las chicas que era realmente genial.

Salí contenta rumbo a mi casa, y lo vi.

Harry estaba apoyado contra su auto besuqueándose con Laura, una rubia de largas piernas, y grandes pechos. Alias, cabeza hueca, como le decía todo el mundo. 

Sentí como si me hubiesen clavado un cuchillazo por la espalda. Pero mi odio creció. Él la soltó y me notó.

¿Cómo diablos pasar por allí sin que me jodiera el día?

Con toda mi fuerza de voluntad, bajé los últimos cuatro escalones.

El arqueó una ceja.

-Vaya, vaya, vaya… ¿a quién tenemos aquí?- dijo egocéntrico.

-La zorra del insti- dijo con voz chillona pero melosa la rubia.

-Escucha de quién viene, querida- dije con asco.

Una mueca de fastidio atravesó fugaz por su rostro. Las manos de Harry seguían apretadas a su cintura.

-_________- dijo él- ¿cómo ha ido tu día? ¿algo interesante?- preguntó burlón- ¿a cuántos de tus amigos les haz hecho un oral ésta mañana?

Iba a golpearlo pero me contuve.

-A diferencia de ti, yo no tengo sexo con cada organismo viviente-.
-Uh, bebé, cuida tus palabras.

-Y tu cuida tu rostro, si no quieres que lo haga trizas- apreté los dientes, mientras sentía los brazos de Zayn a mis espaldas conteniéndome.

¿Quien te crees que eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora