Diez.

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«Capítulo diez.»

Gabriela.

Cuando llegamos a la joda note lo nervioso que estaba Valentin, había gente en todos lado y lo normal era no verlo a él en estos ambientes por eso casi todas las miradas se posaban en nosotros dos.

Busqué con la mirada a mi grupo de amigos, no se me hizo muy difícil encontrarlos ya que Mauro estaba arriba de un sillón bailando con Ignacio mientras tomaban cerveza y Flor los grababa.

— Vamos, estan allá.—Grité por arriba de la música, la cual era cumbia, sonreí cuando me di cuenta que la canción había cambiado por una del Apache Ness.

— ¿Por qué todos me miran?—Preguntó Valen agachado la mirada cuando un par de pibas se le había quedado mirando.

— Porque estas de re chupete.—Llevé una mano a mi boca y le di un beso en forma de "buenísimo", él se río y negó con la cabeza.—¿Qué onda gente?—Saludé interrumpiendo el baile sensual de los chicos y la grabación de Flor.

Los tres me sonrieron y después dejaron su vista en Valen, quién miraba igual de nervioso que recién.

— Miren, traje a Valen.—Hablé apuntandolo, Flor se acercó y nos saludó a los dos.

— Que bueno que viniste Valen.—Dijo ella llevándose una botella de cerveza a la boca.

— Veni bro, ¿Queres algo?—Le preguntó Ignacio sentándose en el sillón seguido de Mauro.

Adelanté de ellos había una mesita llena de bebidas, era tan común en ellos que no me sorprendía ver algunos fasos a medio armar también.

— Ehh...—Dijo él mirándome, me hundi de hombros y me senté tironeandolo del brazo para que se siente a mi lado.

— Recién llegamos.—Lo interrumpi yo, porque sabía que nunca había tomado o al menos eso suponía.

Ellos asintieron con la cabeza y Mauro aprovecho para agarrar un porro y prenderlo. Valentín miraba atento todo lo que hacían ellos, cosa que me dio mucha ternura, sabía que no le daba asco, sino curiosidad y yo iba a enseñarle todo lo que el quisiera.

Yo agarré una caja de vino que se me hacía muy tentadora en ese momento, tome un tragó y lo miré a Valen por si él quería.

— ¿Queres?—Pregunté pasandole la caja, fruncio el ceño y la miró.—Es rico.—Acote dandole confianza.

De primero lo probó, saborenadolo un poco y cuando me miró, sonrió de lado.

— ¿Te gustó?—Pregunté elevando las cejas, asintió con la cabeza y volvió a tomar, esta vez un trago más largo.

Miré a los chicos, y reí un poco por la acción de Valen.

— Es de los nuestros.—Acotó Mauro sonriendo, me pasó el porro y yo lo recibí contenta, hace banda no fumaba flores.

En un momento Ignacio y Flor se pararon para ir al tumulto de gente y empezar a bailar.

— Un desubicado total, me dejó solo.—Dijo Mauro refiriéndose a Ignacio, lo miró con bronca fingida y después él también se paro.—Me voy a conseguir una wacha.—Avisó agarrándose una botella de cerveza.

— Te cuidas Monzón.—Advertí a lo que asintió con la cabeza rápidamente, antes de irse lo miró a Valen y le dio una mirada amenazadora.

— Cuida a Gabi.

Y antes de que yo lo pueda retar o que Valen le pueda responder ya se había ido, desapareciendo entre la gente.

— ¿Qué es eso?—Escuché a Valen, lo miré y al darme cuenta de que se refería al porro que tenía en mi mano sonreí.

Le di una calada tragando el humo y después de un rato se lo tiré en la cara, provocando que el largue un tosido tierno.

A esta altura, todo lo que provenía de él me parecía tierno.

— Faso.—Respondí, lo quedó mirando con intriga y cada vez que yo lo llevaba a mi boca para aspirar el humo él me seguía con la mirada.

Pasaba su lengua por sus labios, humedeciendolos y tragando el vino que no lo soltaba más.

— ¿Qué queres probar, el faso o mis labios?—Pregunté en un instinto de chamuyo, sus ojos se clavaron en los míos.

Transmitiendo la serenidad que cargaba su personalidad, las luces de colores que había marcaban muy poco sus mejillas rojas, pero sus ojos seguían brillando como siempre. Sonreí y me acerqué a él un poco, mirándolo con una serie de sensaciones horribles y lindas a la vez.

— Eso.—Soltó nervioso, apuntando con su dedo el faso que tenía en mis manos, sonreí y suspire.

Se lo pasé y él lo agarró mirándolo.

— Así mira...—Apoyé mis labios en el faso, le di una calada y después solté el humo.—No aspires mucho, vas a empezar a toser.—Aconseje devolviendolo.

Me hizo caso, lo llevó a su boca y le dio una calada, me miró tratando de saber que tenía que hacer y yo le susurre un "tragalo".

Después de un rato soltó todo el humo que tenía por la boca, repitiendo la misma acción que yo recién había tenido, de tirarme el humo en la cara, sonreí y le saqué el porro.

— No te vuelvas adicto, solo pido eso.—Dije mirándolo, asintió con una sonrisa.

Compartimos el faso, aunque me lo terminé yo, porque quedaba poco.

— Mira esto.—Reí un poco antes de darle la última calada y contenerlo en mi boca.

Puse mis dos manos al costado de su cara y antes de que pueda decir algo, le abrí la boca con mi dedo pulgar y le solté todo el humo, dejando que él lo llevé a sus pulmones.

Soltó el humo después de un rato y sonrió de una forma que me parecio extremadamente linda, encerrandome en una burbuja con él y su sonrisa, con esos ojos azules que brillaban más que las luces de acá.

Pero todo ese momento, toda esa burbuja fue desvaneciendo cuando la misma voz de hoy a la manaña nos interrumpió.

— Hola Valen.—Saludó la chica parada en frente de nosotros dos, los ojos de él fueron a ella.

— Hola Pao.—Sonrió y saludó con su mano, la chica se agachó y dejó un beso en su mejilla seguido de mi.

— ¿Queres ir a bailar?—Le preguntó así de una, Valen me miró nervioso.

Y yo como buena amiga le respondí:

— Seh, sacalo a bailar.

Y le guiñe un ojo antes de dejarlos solos, bailando.

Con una sonrisa, totalmente sincera agarré una botella de vodka y después de desaparecer, me fui a tomarla sola por un rincón con cara de culo.

Me cagaron la noche, o capaz que me la cague yo sola.

















Maratón 2|3

🏵🏵🏵

Esta Gabriela que no se decide ndeah.

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