Treinta y ocho.

15.1K 1.1K 309
                                    

«Capítulo treinta y ocho.»

Valentín.

Moví mi pie en el piso y cambié de canal impaciente, como hace medía hora estaba así, cambiando de canal e inquieto pensando en Gabriela. Ya eran las nueve de la noche y todavía no me respondía el mensaje que le había escrito preguntándole si estaba todo bien. Estaba preocupado, muy preocupado, sabía que se iba a ver con Mauro, pero no sabía si las cosas habían salido bien.

No quería que le pase nada, además todo lo que esta pasando en Argentina es horrible y no te da nada de seguridad.

Me paré del sillón, todavía inquieto y caminé hasta la cocina para servirme un vaso de agua para tranquilizarme un poco, pero no podía, las manos me temblaban y era horrible que me pase eso.

— ¿Qué pasa hijo?—Escuché la voz de mi mamá, y rápido me giré a verla, le dediqué una sonrisa y bajé la mirada.

— Nada, todo bien.—Hablé, pero ella me conocía, y era obvio que sabía que nada estaba bien en mi cabeza. Hizo un ruido con su boca y caminó a mi para hacer que la miré.

— ¿Qué pasa hijo?—Preguntó otra vez, con su tono de voz tranquilizante, largue un suspiro y la miré igual de nervioso.

— Gabriela no me responde y se iba a juntar con un amigo para arreglar unas cosas, y tengo miedo de que le haya pasado algo, no sé que hago si algo le pa...—No me dejó terminar que me interrumpió hablando ella ahora.

— Respira y habla despacio Valen... ¿Gabriela es tu amiga o algo más?—Preguntó subiendo una ceja, tragué saliva y miré para abajo, me daba algo de nervios decirle que era algo más, Gabriela era la primer novia que tenía.

— Gabi es mi novia.—Hablé en voz baja, rápido para que no me escuche, pero me escuchó, y una sonrisa se formó en su cara, si, estaba emocionada.

— ¡Ay Valen! ¿Tenes novia? ¡Dios, si al fin! Quiero que la invites a comer y a dormir a lo que sea...—Empezó a decir demasiado emocionada, cada vez que hablaba sobre ella, yo me preocupaba más y se ve que lo notó, porque dejó de hablar y me sonrió otra vez.—¿Querés que te prepare un te de tilo?

— Todo lo queres solucionar con un te de tilo ma.—Hablé negando con la cabeza y antes de empezar a caminar para ir a encerrarme a mi pieza, escuché el timbre de la casa.

Rápido, corrí hasta la puerta y la abrí, esperando que sea Gabriela, y todo un alivio recorrió mi cuerpo cuando la vi parada en la puerta, creo que estuvo llorando, pero estaba acá y eso era lo importante.

— Gabi...—Murmure, y no dejé que responda, que ya la tenía en mis brazos, abrazándola contra mi pecho y con fuerza, sin hacerle daño, necesitaba saber que estaba bien.

— Hola Valen.—Escuché su voz con su risita, y mi corazón latió con fuerza, estaba acá y no le había pasado nada.

No le pasó nada.

— Veni.—Me separé para mirarla y hacerla entrar a la casa, hacía frío y no quería que se enferme, aunque si se enfermaba yo la iba a cuidar, siempre la voy a cuidar.

— ¿Qué pasó? ¿Me extrañaste?—Preguntó riendo y envolviendo mi cara con sus manos, me acerqué a ella y asentí con la cabeza, acunandome mas en sus manos.

— Estaba preocupado, te escribí y no me respondiste, creí que te había pasado algo.—Hablé despacio, ahora si estaba tranquilo y calmado, me sonrió con ternura acercandome y rozando nuestros labios, cerré los ojos para unirlos.

Pero antes de poder tocarlos, la voz de mi mamá se escuchó en la casa, me separé rápido y la miré, a veces me caía mal.

— Viste Valen, te dije que Gabi estaba bien.—Dijo sonriendo y caminando hacía nosotros para saludarla, estaba feliz, se le podía ver en la cara.

— No me dijiste eso, me querías hacer un te de tilo.—Hablé suspirando, bajé mi mano a la de Gabi y las entrelace con suavidad, para que mi mamá no se de cuenta de eso.

— ¿Como anda señora?—Saludó con una sonrisa, y quise reirme, ¿Desde cuando tan formal? Se trataba de Gabriela, siempre dice cosas con doble sentido hasta para ponerme incómodo.

— Ay nena, decime Inés o suegri.—Le guiño un ojo sacándole una carcajada, abrí grande los ojos y sentí mis mejillas arder cuando Gabi me miró divertida.

— Bueno, ¿Vamos arriba?—Pregunté esquivando el tema, no quería que mi mamá se ponga densa con ese tema, aunque conociéndola es capaz de agarrar a Gabi y hacer que se siente en el sillón mientras le hace preguntas estúpidas.

— Mmm... si vamos.—Susurró con diversión, y bueno, ahí estaba la Gabriela zarpada de doble sentido.

Con las mejillas completamente rojas, empezamos a subir las escaleras, con mi mamá y ella hablándose a los gritos. Giré los ojos mientras abría la puerta y entraba con Gabi riéndose de lo que había dicho mi mamá segundos antes.

— Una capa la suegri.—Habló tirándose en mi cama boca arriba así me miraba, negué con la cabeza y cerré la puerta con llave así no nos molestaba.—Epa... ¿Qué me queres hacer que cerras la puerta?—Sonrió subiendo las cejas divertida.

Quiero hacerte de todo, pensé en responderle, pero no pude y como siempre mis mejillas ardieron.

— Nada Gabi.—Me reí bajando la mirada, caminé hasta la cama y me subí con cuidado arriba de ella, con mi cuerpo en frente del suyo, sin aplastarla.

Sonrió y me tomó de la nuca para acercarme a su cara, pero antes de que haga algo, yo la agarré de la cintura así la abrazaba y me escondía en su cuello, oliendo su perfume rico.

— Ay Valen, quería chapar.—Habló riendo un poco, mordí mi labio sin salir de su cuello, no quería que me viera rojo, odiaba que me pase eso.

— Es que me preocupé.—Dije abrazándola más fuerte, era verdad, estaba demasiado preocupado y tenerla ahora conmigo era un mimo al alma.

— Estoy bien Valen, te amo demasiado amor.—Habló con suavidad, sonreí y salí de mi escondite para mirarla y dejar un beso en la punta de su nariz con todos esas sensaciones raras moviéndose en mi panza y en mi cuerpo.

— Yo también te amo Gabi.—Susurré rozando nuestros labios, y al fin, pude besarla otra vez.

Movía sus labios con suavidad, y yo también, nunca pude saber que eran las emociones en un beso, pero ahora que puedo sentirlo, entiendo como es estar perdidamente enamorado de alguien. Llevé mis manos un poco mas abajo de su cintura y casi inconscientemente agarré sus piernas para que las enriede en mi cadera.

Me separé de sus labios, pero no lo suficientemente, dejé un camino de besos hasta llegar a su cuello y hacer un chupón, me encantaba verla al otro día y saber que yo fui quién hizo eso.

— Valen...—Murmuró en voz baja, me separé para verla y sonreí apoyando mi frente con la de ella, mirándola a los ojos.

— ¿Qué?

— Me encanta que me des besos en el cuello.—Sonrió también, empezando a acariciar mi pelo con suavidad, mordí su labio y largue una risita, a mi me encantaba ella.

La quedé mirando, es hermosa por donde la mires, no tiene defectos, y si los tiene también son hermosos. Dejé otro beso en sus labios y cerré los ojos metiendo mi cabeza en el medio de su cuello y hombro, pensando en si tenía que preguntarle por Mauro. Largue un suspiro y me separé para mirarla otra vez.

— ¿Gabi?—Hablé, abrió los ojos y me miró también a los ojos, regalándome una sonrisa, de esas que me tenían loco.

— ¿Qué?

— ¿Hablaste con Mauro?





















🏵🏵🏵
asi es gente, ante último capítulo :(

mañana o algunos de estos días subo el último :'/ voy a llorar perdón.

y en otras noticias, la lokita si borró la novela, gracias por los comentarios y la tropa q se habia armado ahre, ls ammoo <3

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora