Treinta y nueve.

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«Capítulo treinta y nueve.»

Valentín.

— Si Valen.—Dijo solamente, asentí con la cabeza y volví a acomodarme en su cuello, no le quería insistir, pero quería que me cuente como habían salido las cosas aunque me daba un poco de vergüenza preguntarle.

Conté hasta diez y largue un suspiro, volví a mirarla otra vez, sonreí un poco y llevé mi mano a su mejilla para acariciarla, es hermosa.

— ¿Podemos cambiar de posición?—Pedí observando los pequeños detalles de su carita, ya había tenido el tiempo de mirarla y aprenderme esos detalles, pero siempre encontraba algo nuevo que me fascinaba.

— Mmm... ¿En cuatro?—Dijo divertida, subiendo las cejas y moviendolas repetidas veces, cerré los ojos y negué cuando largó una carcajada, siempre lograba ponerme rojo.

Aunque me hubiese gustado decirle que si, pero no puedo, todavía no.

— No Gabi.—Me reí un poco y negué con la cabeza, dejé un beso en sus labios y después salí de arriba de ella para empezar a moverme hasta el respaldo de mi cama, sentándome ahí y apoyando mi espalda.

Ella también se levantó y me miró antes de subirse, como pidiendo permiso, palmeé mis piernas así se sentaba y con una sonrisa se subió, con cada pierna al costado de mi cadera. Sonreí y bajé mis manos a su cintura para apegarla más a mi, me encantaba que se siente de esta forma, porque podía verla y agarrarla mejor.

— Ah, no sos ningún tonto.—Habló largando una risita, frunci el ceño sin entender y antes de que pueda preguntarle algo, ella hizo un movimiento con su cadera moviéndose arriba de mi entrepierna, mordí mi labio evitando largar un jadeo, pero no pude, porque se siguió moviendo arriba mio.

Dándome las ganas suficiente para hacerle de todo, cerré los ojos y respire agitado, no se me puede parar ahora que le tengo que preguntar como le había ido.

— N-no es por eso...—Dije con la voz temblorosa, largue un suspiro y la miré a los ojo.—Me gusta verte arriba mio, así.—Hablé tratando de no ponerme nervioso ni rojo, pero eso no lo puedo controlar.

Cuando vi su sonrisa mi corazón empezó a latir rápido, y me tuve que esconder otra vez en su cuello, tratando de recuperar la respiración y de que se me vaya lo caliente, literalmente, que estaba.

— Sos hermoso Valen.—Susurró empezando a acariciar mi pelo con suavidad, con una sonrisa empecé a pasar la punta de mi nariz por su cuello dejando caricias y oliendo su perfume rico.

— Vos sos demasiado hermosa.—Murmure, dejé dos besitos en su piel sintiendo como se le erizaba y me separé para verla a los ojos.—Gabi ¿Como te fue con, eh, con Mauro?—Pregunté nervioso, tenía miedo que se enoje y me diga que no me tenía que meter, pero necesitaba saber si estaba todo bien.

Hizo una mueca y largó un suspiro.

— Básicamente lo volví a mandar a la mierda.—Dijo tranquila, y cuando le iba a preguntar porque, volvió a hablar.—Me dijo que vos no eras con quien tendría que estar y que me amaba, no entiendo que le pasa, creí que me iba a pedir perdón por todo lo que te hizo pero dijo que lo merecías ¿Podes creer eso? No entiendo.—Largó un suspiro de frustración.—No entiendo como puede llegar a cambiar tanto una persona.

— Nunca terminas de conocer a las personas.—Dije acariciando su mejilla para que se calme, hizo una mueca y asintió.

— ¿Sabes lo que es lo que mas me duele?—Preguntó mirándome, como si quisiera que yo sepa la bronca que cargaba, negué con la cabeza y la quedé escuchando.—Que me haya dicho que vos no lo valías, perder una amistad así por vos.—Soltó indignada, mordí mi labio y bajé la mirada, pensando en que tal vez, Mauro, tenía razón.

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora