Diecisiete.

21.2K 1.4K 428
                                    

«Capítulo diecisiete.»

Gabriela.

— Volvemos la semana que viene.—Sonrió mi mamá y dejó un beso en mi frente, recordandome cuando era chiquita y no me podía quedar dormida.

Que lástima que todo cambió.

Sonreí sin ganas cuando mi papá se despidió con un solo "chau" y ambos salieron por la puerta con sus maletas, largue un suspiró y me tiré al sillón.

Hace como tres días no iba a la escuela y no tenía ganas de ir tampoco, mi estado anímico no era el mejor de todos y para ir y bancarme a treinta pelotudos era mejor quedarme en mi casa, durmiendo y mirando Netflix.

Como ahora, con diferencia de que estaba en el sillón con mi celular y la tele prendida al pedo.

— Gorda.—Escuché la voz de Mauro cuando atendi la llamada, sonreí y me acomode en el sillón agarrando el control y empezando a hacer zaping.

— Maurito.—Sonreí y escuché su risa.

— Te extraño.—Soltó antes de que le pueda preguntar el porque de su llamada.—¿Por qué faltaste? Me estuve sentando solo.—Aunque no lo viera sabía que estaba haciendo puchero.

— También te extraño.—Sonreí.—Y falte porque ni ganas de ir, igual mañana voy tranqui.

— Te iba a invitar a una joda ¿Venis?—Preguntó y antes de que yo le responda agregó:—Así nos vemos.

— No tengo ni ganas.—Hice una mueca y suspire, hace banda no salía a jodas, pero tampoco extrañaba ese ambiente.

— Uh aburrida.—Se burló, me reí un poco.—Bueno reina ¿Queres que vaya y miremos películas mientras comemos helado?—Preguntó, y aunque quisiera decirle que sí, dije lo contrario.

— No, salí vos y disfruta.

— ¿Segura? Mira que no tengo problema en...—Lo interrumpi antes de que siga.

— Segura Mau, pasala lindo, nos vemos mañana.—Escuché como largó un suspiró.

— Bueno, pero si necesitas algo llamame.—Habló, sonreí y asenti con la cabeza aunque no me viera.—Nos vemos, cuidate.

— Te quiero Mau, besos.—Saludé y cuando escuché su respuesta colgué la llamada.

No sabía si necesitaba estar sola o acompañada de alguien que me de abrazos y me diga cosas lindas, creo que era la segunda porque el vacío que venía sintiendo estos tres días eran incomparables.

Me sentía sola pero no tenía ganas de llamar a nadie para contarle todo lo que pasaba por mi cabeza, ni siquiera a Mauro, Flor o Ignacio.

Ni a Valentín.

Aunque este último era con el que más dudaba y las ganas de verlo me llenaban.

Salí de todos mis pensamientos cuando escuché el timbre de mi casa, un poco extrañada me paré del sillón y caminé hacía la puerta para abrirla, sin antes fijarme quien era.

Y al ver esos ojitos azules en la entrada, mi corazón latío rápido.

Sonreí cuando vi que acomodó su pelo con una sonrisa tímida en la cara.

— ¿Qué haces Oliva?—Saludé con todas esas sensaciones raras moviéndose adentró mío.

Sin decir nada se acercó a mi y antes de que pueda hablar, me abrazó, apoyando su cabeza en mi hombro y respirando profundamente, poniéndome los pelos de punta al instante.

— Hola Gabi.—Saludó cuándo se separó de mi, mirandone a los ojos y moviendome todo.

Dejé un beso en su mejilla y sin borrar mi sonrisa lo tiroñe del brazo para hacerlo pasar a mi casa.

Dejó su mochila al lado del sillón y después nos sentamos, bastante cerca. Giré mi vista a él y al ver que tenía su mirada en mi, sonreí.

Sus ojos no parecían querer salir de los míos, y eso no me molestaba, amaba con la intesidad que brillaban esos ojos azules.

— ¿Qué?—Dije divertida, sonreí cuando sus mejillas se pusieron rojas y si o si tuve que llevar una mano así la acariciaba y lograba que otra vez me mirará.

— Nada...—Susurró bajando un poco la mirada, una de sus manos se posicionó arriba de la mía y la acarició levemente, transmitiendo esa serenidad.—Te extrañé.—Completó volviendome a mirar a los ojos.

Esa molestia en mi panza apareció otra vez al escuchar eso.

— Yo también Valen.—Sonreí y dejé un beso en la punta de su nariz, causando que él cierre los ojos y los vuelva a abrir rápidamente.

— ¿Por qué no fuiste a la escuela?—Preguntó una vez que ya había sacado mi mano de su mejilla, lo mire y sonreí al ver su ceño fruncido.

— No tenía ganas.—Levanté mis hombros con desinterés.

— Que chica rebelde.—Se burló, causando una risa de mi parte, lo empuje suavemente.

— Eu, soy re rebelde.—Me queje, río un poco y después asintió con la cabeza.—Y vos un chico bueno.—Me burle ahora yo.

— Hey.—Se quejó.

— Veni, vamos arriba.—Sonreí y me paré del sillón, agarrandolo de la mano y haciendo que me siga hasta mi pieza.—Mi casa es tu casa.—Dije divertida, sonrió y se sentó en mi cama agarrando un almohada chiquita de Mike Wazowki que tenía.

Yo prendí mi computadora y puse música, una del Apache Ness.

— Veni, vamos a bailar.—Hablé bailando como una loca y tratando de que me haga caso.

Largó una carcajada y negó con la cabeza.

— Bailo horrible.—Dijo cruzando sus brazos y mordiendo sus labios para que no se le escapé otra risa.

Que wacho lindo.

— No me obligues a que vaya y te traiga Valentín.—Lo señalé con el dedo y me sacó la lengua.

— No quiero te dije.—Sonrió, levanté las manos como liberandome de cualquier cosa que vaya a pasar y corrí hasta donde estaba y tirarme encima de él.

Me agarró de la cintura para que no me caiga al piso, pero cuando me quise acordar nos habíamos caído los dos, yo arriba de él.

Me reí cuando se quejó y me acomode mejor así lo veía.

— Auch.—Dijo llevando una mano a su nuca y al darse cuenta en la posición que estabamos tragó saliva nervioso y me miró con las mejillas rojas.

Sonreí y llevé mis manos a su mejilla para acariciarlo.

Él por otra parte llevo sus manos a mi cintura y empezó a dar leves caricias por arriba de mi remera, un cosquilleo subió por mi espalda al sentirlo, no decíamos nada pero ver sus ojos brillosos era lo mejor del mundo.

— Hola.—Murmuró largando un suspiro, mi corazón latía tan rápido que podía sentir que en cualquier momento ronperian mis huesos.

— Hola.—Susurre mordiendo mi labio con una sonrisa.

Sus mejillas estaban más rojas que de costumbre acompañadas de sus labios carnosos.

Esos labios lindos.





















🏵🏵🏵

No hubo chape jejeje no me peguen.

Perdón ok?, perdón ahre.

Mi hora favorita para actualizar es esta lo sé ahre.

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora