Veintiséis.

23.5K 1.2K 431
                                    

«Capítulo veintiséis.»

Gabriela.

Entramos a la pieza de Valen, cerró la puerta con llave y recosto su espalda en esta largando un suspiro. Me reí un poco al ver su nerviosismo.

Y cuando me miró con vergüenza mi corazón se lleno de ternura.

— No te rías.—Se quejó cruzandose de brazos, mordi mi labio y camine a él, cuando ya estuve cerca lo agarré de las mejillas e hice que me miré.

— Mira como te pones.—Sonreí al ver sus mejillas rojas, lo agarré de los cachetes y me acerqué para rozar nuestros labios.

Dandome ganas de llenarlo a besos, me reí cuando se acercó rápido a mi para atrapar mis labios y unirlos en un suave beso, deslice mis manos hasta su nuca cuando el agarró mi cintura y me apego a él, mordi su labio y lo estire un poco.

Me causaba tantas emociones sentir como sus labios se movian arriba de los mios, y como sus manos acariciaban con delicadeza mi cintura que era imposible no engacharse más con él.

— Bebé.—Dije divertida cuando se separó dejando besos en mis labios, sus mejillas se pusieron rojas y enseguida se escondió en mi cuello.

— No te burles.—Habló bajito, como si fuera un secreto, me aleje de él para ver su cara y sonreí cuando lo vi haciendo puchero.

— ¿No te gusta?—Pregunté agarrandolo de la mano y guiandolo hasta su cama para que se siente en el borde y yo poder sentarme arriba de él.

Lo agarré de la nuca para que me miré a los ojos, solo porque quería apreciar su azul intenso y brilloso, ese azul me encantaba, estaba enamorada de sus ojos.

Aunque de Valentín también.

— No.—Negó con la cabeza.—No sé porque lo dice si sabe que no me gusta.—Dijo mordiendo su labio, sonreí y bajé mi miranda a su boca.

Esos labios gruesos me llamaban.

Sin perder tiempo lo volví a besar, esta vez más fuerte, tocando su lengua con la mía y mordiendo sus labios salvajemente, se enderezo un poco y se acercó más a mi para que lo siga besando.

Moví mis caderas arriba de él cuando me agarró fuerte de la cintura y la apretó en sus manos.

Quería que se le pare, necesitaba sentirlo adentro mio.

— ¿Y si alguien más lo dice?—Pregunté mordiendo sus labios y rozandolos, tragó saliva nervioso y me miró.

Llevé mis labios a su oreja para morder el lóbulo y susurrar ahí.

— Bebé.—Murmure moviendo mis caderas sobre su entrepierna, largó un jadeo y aseguró más su agarre.

Extrañaba escuchar sus suaves jadeos chocar contra mi piel, y como sus tímidas manos agarraban mi cintura.

— M-me gusta...—Susurró con las mejillas rojas, largo un suspiró cuando lo miré a los ojos y me moví otra vez arriba de él, ya estaba duro y por lo tanto me hacía mojar a mi, sentir como su bulto chocaba contra mi zona.—Me gusta que vos me lo digas.—Dijo cuando pasó un tiempo.

Cuando lo veía así de tímido me daban ganas de hacerle todo.

Lo besé, mientras el tocaba mi espalda por debajo de la remera y subía hasta el borde de mi corpiño para bajar otra vez. Empecé a dejar besos en su cuello escuchandolo largar jadeos, mientras me movía arriba de él.

— Sacala.—Dije cuando me di cuenta de que no se animaba a sacarme la remera, mordió su labio y me miró.

— ¿Segura?—Preguntó para confirmar, asenti con una sonrisa para dejarlo tranquilo.

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora