Quince.

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«Capítulo quince.»

Gabriela.

Si Valentín es lindo normalmente, cuando durme pareciera ser la octava maravilla del mundo.

Ahora mismo esta durmiendo a mi lado, no hay contacto pero su respiración choca con mi cara, causandome una linda sensación. Se agarra de la almohada como si se le fuera a caer y eso me parecía tan tierno.

Decidí levantarme, hace rato ya lo estaba mirando y no quiero parecer una loca. Me moví en la cama y giré para salir por el otro lado.

Caminé saliendo de mi pieza y agarrando mi celular de paso, me fije la hora y me sorprendí cuando ya eran las seis de la tarde.

Me dirigí a la cocina para preparar algo y mientras esperaba a que el agua hierva me puse a mirar por la ventana, afuera seguía lloviendo y parecía no querer parar, hice tostadas y cuando ya estaba lista el agua, preparé dos cafés.

No sabía muy bien los gustos de Valentín, así que lo prepare como el mío.

Los puse en la mesa y también puse las tostadas en un plato y al lado la manteca y mermelada.

Subí corriendo las escaleras y entré otra vez a la pieza, Valentín seguía en la misma posición que antes, sonreí y con toda la tranquilidad del mundo me acerqué a el, viendo lo comodo que estaba.

— Eu Valen.—Me senté en el borde de la cama y acaricie su pelo, se movió un poco pero siguió durmiendo.—Valen...—Hablé esta vez más fuerte.

Abrió sus ojos lentamente y me miró un rato, sonrió después de darse cuenta de que seguía acá.

— ¿Qué hora es Gabi?—Preguntó con la voz ronca, mordi mi labio evitando sonreír, esa voz me encantaba.

— Las seis de la tarde.—Respondí y volví a acariciar su pelo, abrió los ojos grandes.—¿Qué ya te tenes que ir?—Pregunté con el ceño fruncido.

Sonrió y negó con la cabeza, se acomodó en la cama después de estirarse y me quedó mirando.

— Dormí re bien.—Habló sonriendo, su cara de recién levantado era hermosa.

— Hice café ¿Bajamos?—Pregunté sonriendo también, estaba despeinado y las ganas de volver a pasar mi mano por su pelo eran inmensas.

— Quiero seguir durmiendo.—Habló.—Pero también tengo hambre, bajemos.—Afirmó, me reí un poco.

Nos paramos de la cama y bajamos juntos mientras él se acomodaba el pelo con sus manos.

Se sentó adelante mio y se comió casi todo, aunque yo también me comí mucho, los dos teniamos mucha hambre.

— Gracias, tenía tremenda hambre.—Habló una vez que terminó de comer, sonreí y negué con la cabeza.

— En realidad yo también tenía hambre y como vos seguías acá te tuve a que hacer también.—Bromeé, rio un poco y me tiró una miga de pan que había quedado en la mesa.

— Pinche pendeja.—Dijo imitando un tipo de acento Mexicano, largue una carcajada.

— Uh, pobres mexicanos.—Llevé mi mano a mi frente y negué con indignación fingida.

— Me sale re cheto el acento mexicano.—Se cruzó de brazos e hizo puchero, dandome mucha ternura.

— ¿Sabes que te sale bien a vos?—Pregunté parandome y camiando a él.

— No ¿Qué?—Habló con una sonrisa mirándome, llevé mis manos a su mejilla y las apreté no tan fuerte.

— Ser tierno.—Hice boca de pato y moví su cara, se puso colorado y sonrió.—Mira lo lindo que te pones con las mejillas así.—Hablé con ternura, no mentía, Valentín se ponía tan lindo así.

— Gabi, me haces poner tonto.—Dijo riendo nerviosamente, solté su cara y él inmediatamente se escondió poniendo sus manos en la cara.

— Bebé.—Murmure y acaricie su pelo.

Me miró y yo saqué sus manos de la cara, cosa que él no se negó.

— ¿En serio crees que soy un nene?—Preguntó un poco raro, tenía su mirada clavada en el piso.

Mordi mi labio y negué con la cabeza.

— Creo que sos hermoso.—Dije levantando su mentón, negó con la cabeza y largó un suspiro.

— ¿Por qué sos tan buena conmigo Gabi? ¿Por qué me tratas tan bien?—Sus ojos estaban brillosos y al darme cuenta de lo que se trataba me partió el corazón en mi pedazos.

El hecho de pensar en que él no se merecía eso me dolía un montón, él era un amor de persona y se merecía todo lo bueno del mundo.

Valentín era completamente hermoso.

— Porque sos buena persona Valen y mereces tantas cosas lindas.—Lo agarré de la mano e hice que se pare, tenía tantas ganas de abrazarlo y convencerlo de que lo que decía era verdad.

— Vos mereces cosas lindas Gabi.—Respondió llevando su mano a mi mejilla y acariciandola, sacando el pelo que se interponia.

Sonreí y lo tiroñe de los brazos para que me abracé y yo también, apoyé mi nariz en su cuello parandome de puntitas así llegaba a la altura de él.

— Nunca creas lo contrario Valen.—Susurre negando con la cabeza, sus manos me apretaron más a su cuerpo, eliminando cualquier tipo de distancia entre nosotros.

Estar en sus brazos se estaba convirtiendo en una de mis cosas favoritas, el calor agradable que transmitía me encantaba pero mucho más me gustaba su perfume.

— No se que hice para que llegaras a mi vida.—Habló después de un rato.—Si te digo que sos la única que me trato tan bien ¿Me crees?—Preguntó haciendo que yo me separe de él un poco así lo miraba.

Sus ojos azules parecían querer decirme algo.

— Valen sos hermoso, no te tires abajo por algunos pelotudos que te quieren ver mal.—Mis manos que anteriormente estaban en su nuca fueron a su cara para acunarla y acercarlo más a mi.—Vales el doble que cualquier persona.—Mi corazón latio rápido cuando lo vi sonreír y mirarme con las mejillas rojas.

Apoyé mi frente con la de él y me quedé ahí, su tibio aliento chocaba contra mis labios y las cosquillas que sentía en mi panza aumentaban cuando los dedos de Valentín se movían para acariciar levemente mi cintura, casi timido.

Sus ojos estaban cerrados y podía sentir como estaba disfrutando el momento que se había formado.

— Me haces bien Gabi.—Soltó después de unos minutos, abrió sus ojos formando otra vez el contacto visual conmigo.

Sus ojos hermosos brillaban más que cualquier luz, y ver ese azul intenso provocaba que todo mi funcionamiento se altere sin ningún motivo.

— Me haces bien.—Repitió susurrando, dejando un beso en mi mejilla, me apretó más a él escondiéndose en mi cuello y abrazandome todavía de esa forma especial.

Acaricie su nuca y sonreí, sin preocuparme de que escuchara el ritmo de mi corazón, porque tal vez, solo tal vez... por primera vez alguien lograba causar esto en mi.

Y Valentín era ese tal vez.

























🏵🏵🏵

Una chabona me escribió por privado diciendome que mis novelas eran un asco y que no entendía porque había gente que leía esa asquerosidad, entre otras cosas más.

Posta que no entiendo porque se toman el trabajo de mandar mensajes tan negativos y mucho menos tirar tan abajo lo que escribo.

Por eso tardé en subir el capítulo, me sentía un poco bajón porque soy re insegura con esos temas y leer esos mensajes tan negativos me hizo mal, necesitaba pensar un toque las cosas.

Pero bueno, acá esta el capítulo.

¿Adivinen qué? Otro capítulo que no me gustó jjejeje.

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora