24- Problemas de pareja

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Punto de vista de Diane

Tanto King como yo estamos muy emocionados con nuestro hijo. He de confesar que el pequeño no llora casi, únicamente es habitual que lo haga una vez al día, y sinceramente es cuando más molesta, que es por la noche, encima cuando estás en el sueño más placentero. He llegado a pensar que el bebé lo hace aposta.
King se comprometió a levantarse siempre que esto sucediera y traerme a nuestro hijo para que le amamantara. Se quedaba embobado viendo como lo hacía, sus palabras fueron: "que eso era una maravilla de la vida, ver a una madre dando de comer a su pequeño". Siempre que decía este tipo de cosas hacia que yo me sonrojara.

King decidió que yo me quedara trabajando y que él se encargaba de estar con nuestro hijo en casa, así podía sentarse siempre que lo necesitara por su estado de salud. Pero hubo un inconveniente, y es que Meliodas me despidió, dijo que con la taberna ha intentado pagar un sueldo para todos, pero que ya no hay tantos clientes y no podemos subsistir todos de esta. Por lo cual me tocó buscar nuevo trabajo, había perdido ser reportera, había perdido poder trabajar en el Boar hat, y no conocía a nadie más que tuviera trabajo para mí.

Estaba muy estresada por esto, salía todos los días a buscar un nuevo empleo, y volvía a casa con las manos vacías. Necesitábamos pagar el piso, sus gastos y la comida, nuestro hijo lo necesitaba.
Pero siempre que llegaba a casa la frustración del día se me pasaba cuando King y Arlek me recibían con una sonrisa. El pequeño parecía muy inteligente, claro, es que es mi hijo, además que yo creo que será muy guapo, seguro que sale a su padre.
Cuando acostábamos al chiquitín, King y yo hablábamos sobre cosas de diferente índole. Ya sea sobre que no encuentro trabajo, o sobre que mi esposo se esta dedicando a continuar escribiendo la historia que habíamos empezado. He de decir que el hecho de que King esté en casa con Arlek ayuda mucho, ya que si ambos estuviéramos trabajando no sabía con quien lo podría dejar, todos los que conozco están ocupados y contratar a un canguro pues no me parecía lo más sensato, ya que el bebé a King más de una vez le ha pegado algún que otro golpe, ya que tiene la fuerza de un gigante aunque estos porrazos eran débiles, King los sentía bastante fuertes, provocando en mi esposo moratones, que luego me tocaba curar.

Las semanas pasaban y seguía sin conseguir trabajo, esto me enfurecía y había veces que lo pagaba con King, echándole las culpas, pero después de un tiempo me arrepentía de lo dicho.
Mi esposo se manejaba bastante bien con la crianza del pequeño, investigaba cosas por lnternet, y las intentaba poner en práctica. También me ayudaba con mi estado anímico, ya no era yo la que le apoyaba, sino que era él.
(Ahí fue cuando, varios años después, comprendí lo que significaba de verdad el matrimonio, era ayudar a tu pareja en las buenas y en las malas. Por esto no pude evitar enamorarme más de King, si eso era posible.)

Punto de vista de King

Diane, desde que Meliodas la despidió, lleva unas semanas bastante distante conmigo, entiendo que pueda estar irritada ya que no encuentra empleo, pero ni yo ni Arlek merecemos la forma con la que se comporta a veces, ha llegado incluso a gritarme. Sabía que tenía que hacer algo, buscar yo también algo de trabajo, pero no podía hacer trabajos físicos así que el abanico de posibilidades se reducía. Intente buscar pero sin éxito.

Cinco meses después mientras Diane y yo estábamos jugando con Arlek, le llamaron por teléfono sugiriendole un trabajo como secretaria de un ejecutivo jefe de una empresa de construcción. Obviamente, Diane aceptó ya que sus ahorros que estábamos usando para el piso estaban en las últimas, aunque el salario que ofrecían no fuera demasiado grande, pero el horario la permitiría poder pasar tiempo con nuestro hijo.
Pero esto no mejoró mucho mi relación con Diane, creo que incluso la empeoró a pasos agigantados.

Después de varios días en su nuevo trabajo esta no me paraba de hablar de su jefe, decía que era muy amable y amistoso. Ante sus palabras no pude evitar ponerme celoso, me molestaba que pensara de esa manera sobre otros hombre. Aunque si he de decir que estaba más animada, y eso me gustaba, en este tiempo Arlek tenía que comer potitos, habitualmente le comprábamos los de verduras, por si acaso le sentaba mal la carne. Se me había olvidado comentar que el pequeño también necesitaba tomarse la pastilla de Diane, sino se volvía un bebé gigante.

Documentando la verdad [Kiane]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora