Capítulo ocho: Tentando a la muerte.

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Leila.

Observaba el combate entre Drake y Gixie, concentrada en cada movimiento que estos hacían. Drake era fuerte y lanzaba ataques potentes pero la velocidad y defensa de Gixie era sobre humana, a mitad de combate Leila decidió analizar las auras de los contrincantes. La de Drake era carente de color, tenía un tono grisáceo y neutro. No era ni luminosa ni oscura, a diferencia del aura de Rahasya que sorprendentemente tenía un aura bastante luminosa, no pudo imaginar jamás que alguien como ella tendría un aura así. Por otra parte el aura de Gixie tuvo un cambio repentino, la oscuridad en ella había desaparecido y la luz crecía cada vez más a medida que el chico usaba su magia astral para potenciar sus ataques.

Todos contemplaban la batalla estupefactos por la energía que desprendían la fuerza de aquellos ataques pero de un momento a otro una expresión de terror se apoderó del rostro de Leila. El cuerpo de Drake se vio envuelto en unas abrasadoras llamas moradas, al tiempo que esto ocurrió su aura se vio afectada. Las llamas comenzaron a contraerse como si estas consumieran el alma de Drake.

—Eso es... —comenzó la oración sin poder terminar de creer lo que estaba viendo— magia corrupta de último grado... El fuego fantasma del dragón oscuro.

Leila contempló la escena asombrada cuando notó otro cambio inexplicable. Las dos auras de Gixie se fusionaron provocando una especie de eclipse alrededor de él al tiempo que impactaba con Drake, la batalla se había vuelto cada vez más agresiva pero fue interrumpida por el grito de alarma de uno de los guardias que anunciaba un ataque rebelde. Los estudiantes fueron dirigidos a la sala de pánico pero Leila... ella tomó sus armas y fue hasta Drake.

—Me ofrezco como defensora voluntaria. Usted ha visto mis habilidades y sabe que estoy preparada para afrontar el combate real —Drake abrió la boca para protestar pero la chica le interrumpió—. Firmaré el documento de voluntaria, igualmente a nadie le importaría si un rebelde me arranca la cabeza.

Drake miró a la chica y le dedicó una sonrisa luego de asentir.

—Venga, no quiero estarle cuidando el trasero a Johnson todo el rato. —dijo Gixie con los brazos cruzados.

—Estoy perfectamente preparada señor Mathews —dijo la chica bastante molesta—, puedo matar a tantos rebeldes como usted —añadió con determinación, Leila jamás había matado a nadie pero si quería iniciar su cruzada de venganza contra quienes la lastimaron debería convertirse en el monstruo que todos decían que era.

—Acepto el reto señorita Johnson —le respondió Gixie tomando su estoque, estaba algo cansado por el reciente enfrentamiento con Drake pero aún podía luchar.

—Deja de coquetearle a la voluntaria Mathews —le gritó Rahasya entre risas y Gixie le sacó el dedo medio.

Las tropas rebeldes estaban avanzando con gran velocidad y la mayoría de las defensas habían caído, lo único que separaba a los rebeldes del campamento estudiantil eran un puñado de soldados liderados por Drake, unos cuantos voluntarios estudiantiles liderados por Gixie y una línea de arqueros y magos guiados por Rahasya. Después de un tiempo bajo la intriga de la espera el primer escuadrón de rebeldes se pudo ver avanzando entre los árboles portando escudos y armamentos listos para dar batalla, Leila observó aquel ejército y se aferró con fuerza a sus espadas, no tenía planes de morir ese día pero no podía negar que tenía miedo. Nunca había visto un grupo armado tan grande en contra de una defensa tan reducida.

—No se asusten —dijo con firmeza Gixie a sus tropas— sé que nunca han estado en una guerra, sé que sus piernas comienzan a temblar y sienten un sabor amargo en la boca. Pero recuerden, hoy todos somos uno, cada soldado y cada espada es familia del otro. Aquí nadie se rinde...

Guerreros de Xión: La llave de SalomónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora