Capítulo veinticuatro: Mi lealtad está donde esté la libertad.

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Rahasya/Pravum.

El tiempo había favorecido a Rahasya quien con los cuidados de Constantine ya había comenzado a ver mejoría en sus heridas, comenzaba a poder moverse con más libertad e incluso ya había vuelto a entrenar como si no hubiese un mañana. Sin embargo, sabía que se acercaba el momento de darle una respuesta a Harvy y eso la hacía cuestionarse, ¿de verdad estaría dispuesta a traicionar a Gixie solo para recuperar a Max? ¿En serio Gixie era el asesino a sangre fría que Constantine había narrado en su historia? ¿O solo estaban jugando con su mente y emociones?, Las preguntas fluían por su mente como el río afluente que desemboca en el mar, Rahasya no sabía con exactitud qué decisión tomar pero algo sí tenía claro... necesitaba esa llave, con aquel poder podría simplemente alterar el curso de la historia y hacer de Xion un lugar libre. Sin embargo también tenía el deseo egoísta de salvar a Max, de sacarlo de aquella explosión antes de que fuera consumido. La puerta sonó sacándole de sus pensamientos, la chica permitió que la persona tras la puerta entrase a la habitación... era Constantine.

—Ya está lista la cena, baja rápido antes que se enfríe. —apenas terminó de decir aquella frase salió de la habitación tan rápido como entró.

Era un sujeto extraño, siempre andaba callado y de vez en cuando lanzaba un gruñido. Para ser tan joven estaba bastante demacrado y siempre andaba de mal humor, eso sin contar su obsesión con la hora de las comidas. Rahasya ignoró el particular comportamiento de Constantine y descendió por las escaleras en dirección al comedor, extrañamente Harvy estaba comiendo en la mesa, en todo el tiempo que la chica había estado allí no había visto al falso muerto comer con ellos pero al parecer esta vez sería la excepción. Apenas se sentó, Constantine le pasó un plato con un filete bastante jugoso y puré de patatas. Rahasya comenzó a engullir el contenido del plato ignorando la presencia de sus otros dos compañeros de mesa, había un tenso silencio en la habitación que solo se veía afectado por el sonido de los cubiertos rozando los platos.

— ¿Van a hablar o seguirán arruinando mi deliciosa comida con un silencio que amenaza con que uno va a matar al otro? —preguntó Constantine lanzando un gruñido.

—Está deliciosa la cena, John. —la mirada amenazante de Harvy seguía posada en Rahasya.

—Si tratas de intimidarme no lo estás logrando Mathews, incluso Gixie da más miedo que tú. —se burló Rahasya y un fuerte sonido de algo rompiéndose se escuchó repentinamente. Harvy acababa de lanzar su plato a la pared.

— ¡ESE NOMBRE NO SE PRONUNCIA!

— ¡Maldición! ¡Deja de romper los putos platos! Ella no tiene la culpa que estés acomplejado por vivir bajo la sombra de tu hermano. —bramó Constantine molesto porque habían arruinado su perfecta cena.

Harvy se lanzó sobre Constantine tomándolo del cuello y golpeándolo contra la pared, los ojos del hombre estaban inyectados en rabia y la presión que ejercía sobre el cuello de Constantine era tan grande que amenazaba con romperlo.

—No vuelvas a decir eso en tu miserable vida John.

—Tu ira... solo confirma mi afirmación —Harvy lo soltó y Constantine comenzó a toser mientras se acariciaba su garganta— todos los que estamos aquí odiamos a Gixie pero eso no significa que su nombre no se deba pronunciar. Yo lo digo a diario, digo muchas veces: "Maldito seas Gixie" y me siento ligero cuando lo digo, no es mi culpa que a ti te tiemble la vagina cuando nombran a tu hermano. —gruñó recogiendo los platos.

—Primero, yo no odio a Gixie y segundo, si vuelves a hacer algún comentario que insinúe que las mujeres somos débiles voy a romperte las costillas y colgarte de los testículos John.

— ¿Lo ves Harvy? Incluso la chica tiene más huevos que tú.

—Vaya... no odias a Gixie, así que supongo que ya tomaste tu decisión Rahasya ¿De qué lado estás? —se acercó amenazantemente a la chica.

Guerreros de Xión: La llave de SalomónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora