Guerreros de Xión: La llave de Salomón

Capítulo veintiuno: Tiempo de cambio.

Drake.

Habían pasado cuatro semanas desde la batalla de Ilex, Drake había intentado por todos los medios recuperar aquel territorio que había perdido en combate sin tener mucho éxito. Su deseo de pelear y su impulsivo instinto de lucha lo habían cegado en aquel momento y por ello no se dio cuenta de la trampa que Verum le había montado. Resulta que mientras Drake luchaba ferozmente contra Verum y luego Pravum, la orden rebelde rodeó la fortaleza y encontró una brecha en la misma apoderándose de ella. Eso les puso a su disposición armamento pesado y ventaja estratégica y al final Drake y sus tropas tuvieron que retirarse del lugar para evitar más bajas.

Después de pasar la gran frustración causada por su derrota, Drake volvió a la academia y milagrosamente la encontró en perfecto estado. Al parecer a Gixie no se le daba tan mal el lado administrativo. Entró a su oficina bastante mal humorado y extendió sobre el escritorio un mapa del reino, empezó a distribuir pequeñas estatuillas de madera que indicaban los terrenos en posición de los rebeldes y los terrenos oficialistas. Los rebeldes apenas tenían una base de poder militar elevado así que aún tenían tiempo recuperarla, sin embargo mientras estuvieran tan bien posicionados en la fortaleza de Ilex sería muy difícil retomar el control. Drake golpeó la mesa enojado por su ineptitud estratégica, de seguro Gixie y Rahasya ya hubiesen encontrado una forma de penetrar las fuerzas rebeldes y posiblemente a Max se le ocurriría una idea para organizar la misión y reducir los riesgos de la misma. Sin embargo Drake debía aceptar su realidad: Rahasya era ahora del bando enemigo, Gixie y él no tenían la mejor relación y Max... Max no estaba allí para darle algún consejo.

Enojado al no poder encontrar una solución, arrojó todos los objetos que había en su escritorio al suelo. Se tiró sobre la silla y golpeó fuertemente la madera, tuvo que calmarse respirando profundo para no terminar quemando toda la habitación. En medio de aquella frustración abrió un cajón de su escritorio sacando de él una foto enmarcada donde aparecía él junto a Max, Rahasya y Gixie; Drake no pudo evitar sonreír ante el agradable recuerdo de esa foto. La tomaron al finalizar su primera misión de equipo, todos estaban heridos y sucios pero felices, ese mismo día Max nombró a aquel equipo "La sombra de los olvidados", al principio odiaron el nombre pero luego se dieron cuenta del sentido que tenía. Todos los de ese grupo vivían bajo la sombra de alguien: Drake bajo la de su hermano, Rahasya bajo el de su padre y Gixie bajo la de su familia. Al mismo tiempo todos allí habían sido olvidados y desechados, no tenían a nadie en quien apoyarse... pero Drake jamás olvidaría las palabras de Max.

—A partir de ahora somos una familia, nadie más estará solo. Ahora mismo nos une un lazo más fuerte que la misma muerte —dijo Max alzando su copa—, ahora... ¿quién quiere emborracharse?

Drake soltó una risa al recordar esa última etapa solar, se reunieron en Ilex para tomar y reír dentro de la carpa del equipo aún sabiendo que estaba prohibido. Max siempre había sido bastante antisistemista, estaba hablando en todo momento de lo absurdo de muchas reglas decía cosas que a simple vista no tenían sentido pero en realidad, tenía toda la razón.

Flashback: Reunión de "La sombra de los olvidados". Ilex, hora y fecha desconocida.

Estaban todos en la carpa ya un poco ebrios, alrededor de ellos había un montón de botellas vacías y sobre el escritorio de Max había otras más pero llenas. Todos se reían de su tutor quien acariciaba a una pequeña iguana como si se tratase de un cachorro.

—No se rían trío de payasos, las iguanas son los animales más puros y sensibles, pobre reptil incomprendido. —comenzó a hacerle mimos al animal.

—Joder Max, das un jodido miedo haciendo eso por favor para ya –Rahasya comenzó a reír por la actitud del hombre—. Será mejor que elijas entre el reptil o yo, desde que entramos no paras de consentir a esa cosa.