Capítulo veintisiete: Venantis.

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Gixie.

El tiempo que había estado en este universo había aprendido mucho. Resulta que las cajas mágicas donde podía ver imágenes graciosas se llamaban "televisiones" y no tenía nada que ver con magia; además de eso también había otros artefactos bastante útiles llamados "teléfonos móviles". Al parecer tenían la misma utilidad que los cristales de Xion con la diferencia de que estos no explotaban, aunque Nat le había dicho que unas tales copias chinas si explotaban a menudo. Gixie había pasado todo ese tiempo entrenando y aprendiendo sobre este nuevo mundo, echaba de menos a Xion. El aire de esta dimensión olía a gases químicos y humo. En definitiva lo que más le gustaba a Gixie de ese lugar eran los reproductores musicales y las películas, pasaba horas enteras apreciando aquellas artes. Sin embargo a pesar de todo el tiempo transcurrido el chico solo había salido del bunker para ir a comprar ropa y buscar pistas acerca de la condición de Natasha, la chica estaba trabajando para una especie de guardianes interdimensionales que se encargan de evitar el paso ilegal a su dimensión. Según Natasha, en todas las dimensiones hay de estos guardianes y a pesar de ello Gixie nunca había escuchado hablar de semejantes sujetos.

—Somos como la patrulla de migraciones en el multiverso, incluso tenemos un jefe que podría ser el presidente de los estados unidos interdimensional. —esas fueron las palabras de Nat cuando le explicó a Gixie de qué iba la organización.

"Venanti", ese era el nombre de los encargados de proteger a su dimensión, cazadores expertos que debían estar atentos cuando se abriera una brecha espacio—tiempo y cruzaran las posibles amenazas. Según lo que Natasha explicó, cada cierto tiempo en el universo se crea una anomalía dimensional que abre un agujero de gusano entre todas las dimensiones existentes permitiendo que todo aquel que se encontrase cerca de ese agujero pudiese cruzar a cualquier dimensión que quisiera. En el caso de Gixie fue eso lo que ocurrió, Natasha aprovechó esa brecha interdimensional para reclutar y solicitar su ayuda en este mundo. Cuando por fin todo esto había quedado claro, él se dedicó a aprender a usar todos los artilugios que le pudieran servir de ayuda en la investigación.

—Natasha, llevo semanas aquí contigo y aún no me terminas de contar qué es lo que tienes. He estudiado todas las enfermedades que experimentan los Xioneses y las personas de este mundo y son bastante diferentes pero sigo sin entender cuál es el punto de memorizar todo el libro de medicina si no me dirás qué tienes.

—La situación es más complicada de lo que parece Gixie... lo que tengo se escapa de los diagnósticos médicos de ambos mundos.

—Entonces necesito que me expliques detalladamente para poder entenderlo Nat, no vine a este lugar para verte morir.

Natasha suspiró ante las demandas del sujeto y se sentó dándose un masaje en las sienes. Intentaba encontrar las palabras apropiadas para contar lo que se venía a continuación.

—Hace unos meses Sam y yo detectamos una brecha interdimensional poco común, enseguida fuimos a investigarla y cuando llegamos allí nos topamos con la sorpresa de que el portal había sido abierto desde Xion —Natasha parecía estar sufriendo por contar esa parte de la historia—. En un comienzo pensé que eras tú, tenía unas alas gigantes y por ello lo confundí... pero cuando vi su rostro me di cuenta que esa bestia jamás podría ser tú.

La chica estaba temblando, como si aquella imagen la estuviese atormentando en ese preciso momento. Gixie no terminaba de entender qué podía ser tan horrible como para perturbar a alguien tan fuerte como Natasha.

—No puedo describir lo que vi, puedo jurar que era un demonio Xiones —la voz de la chica se había quebrado, tomó bastante tiempo que ella pudiese recuperarse y seguir contando lo sucedido—. El punto es que Sam y yo intentamos detenerla pero nada sirvió, esa cosa se abalanzó encima de mí y mordió mi hombro derecho, luego saltó al portal y desapareció... Desde ese día comencé a experimentar los síntomas. Investigamos para saber qué tenía y descubrimos que tengo una maldición conocida coloquialmente como "La marca de la Bestia", seré drenada poco a poco hasta que mi alma se quiebre y yo muera.

Guerreros de Xión: La llave de SalomónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora