Past.© [Ray x Norman]

04 | Castle.

          Su corazón late fuertemente, está sorprendido y su cuerpo es incapaz de moverse.

Mira aquella hoja de papel en sus manos, es un examen aplicado hace un día mostrando una calificación reprobatoria.

—Eres realmente tonto.

—Ni siquiera puedes pasar un simple examen, ¿Qué caso tiene que sigas aquí entonces?

—Eres un inútil.

—Sencillamente que alguien como tú este en el mismo salón que yo me da vergüenza.

No, Ray se había esforzado. Había tratado de leer todo con detenimiento y él fácilmente lo había entendido.

¿Por qué reprobó?

Estaba seguro de que sus respuestas eran las correctas, lo revisó dos veces antes de entregar aquella hoja porque, por una vez, quería ser reconocido.

Por su maestro, al demostrarle que si entendía sus clases, con sus compañeros, sólo para poder decir que no era lo que ellos decían, y por él mismo, para saber de lo que era capaz.

Pero se había equivocado.

Entonces, recuerda con tristeza las horas que paso sentado al borde de su cama leyendo libros de texto que explicaban los temas y algunas preguntas realizadas en la prueba.

Todo estaba mal...

Está frustrado y la poca confianza que había logrado recaudar, huye de sus manos hasta finalmente perderse en el infinito.

No sabe que hacer, se queda sentado, viendo a los demonios rodearle para comenzar a atormentarlo.

Su mente lentamente se dispersa, queda en un blanco exacto debido a la lejanía que en esos momentos tiene con la realidad. Pierde consciencia lentamente.

          El frío cala sus huesos al saber que sus esfuerzos son casi tirados por el borde.

Su invierno lentamente se dispersa, dejándole en medio de un soleado día en donde el sol toma potencia hasta casi cocinar lo más profundo de su alma.

Deshace su piel, derrite sus huesos, lleva su ser hasta el mero infierno.

No hace más que aceptarlo...

...Ya que sabe el cuanto lo merece...

          A la distancia, Norman le ve odiándose por dentro. Pues no tiene el suficiente valor para acercarse a ese pequeño que tanto lo necesita.

Grita internamente, casi puede sentir aquel mismo dolor.

Mira la nota de su examen, una calificación perfecta corre por sus ojos hasta colarse en su pecho y hacerle doler.

Tenía que alegrarse, ¿Por qué no se sentía bien aún después de ver su resultado bien merecido?

Él quiere compartirlo, quiere compartir aquella calificación con la persona que más le ha llamado silenciosamente en ese entonces.