Norman.
En los últimos dos días no ha pasado nada realmente nuevo, a excepción de dos cosas;
• Nuestro profesor a renunciado.
• Emma finalmente se ha acercado a preguntar que es lo que me ha pasado.
—¡Norman! ¿Entiendes que me preocupo por ti? ¿Por qué no puedes decirme lo que pasa? ¡Yo te he confiado muchas cosas!
Ella está a mi lado, viéndome cabizbaja mientras me súplica e implora el saber por qué de mis ojeras y preocupación tan obvia.
—No sé si deba decírtelo...— Digo, dudoso de mis palabras.—. Es un tema un poco privado...
—Vamos... Juró que no le diré a nadie.— Ruega una vez más, está vez juntando ambas palmas de sus manos y poniendo un ceño de perrito abandonado.
—Te lo digo... No sé si deba...
—¿Acaso te enamoraste y no me quieres decir?
—¡¿Qué?! ¡No!
—¿Entonces qué pasa?
Y por error, observó la silla que Ray ha dejado.
Intentó hacerlo poco obvio, pero al parecer, fallo cruelmente en el intentó.
—Tiene que ver con ese chico, ¿No es así?— Argumenta ella en un susurró. Yo, exaltado volteó hacía ella.
—No, no...
—No me puedes mentir, lo puedo ver en tu rostro.
—¿Tan obvió soy?— Pregunto bajando mi cabeza un tanto avergonzado.
—Se te nota hasta en tu respirar.— Ríe levemente.—. Todos los días ves su silla como si esperarás a que llegará en algún momento.
“Es porque eso hago.
Espero a que él vuelva.”No tengo el valor de mirarla, y debido a la pena que siento en estos momentos, sólo puedo cambiar de tema drásticamente como un cobarde para evitar la realidad de los hechos.
Emma se distrae fácilmente así como puede captar cosas de inmediato.
Por ello aprovechó esa pequeña brecha mientras en mi mente programo la tarea de ir a ver a Isabella una vez que las clases acaben.
Aunque ciertamente falta todavía mucho para ello.
...Y tristemente, las horas pasan más lento de lo esperado, hasta que el receso llega.
Como todos los días, veo a todos los niños salir mientras yo me dirijo al último.
Emma me ha querido acompañar estos últimos días, pero no puedo aceptarla y hacerla cargar un peso que yo sólo me he puesto ante todo.
No sería justo, me estaría comportando de forma agosta. Y es lo que más odió.
Sin embargo, al llegar al patio de la escuela notó a todos los alumnos un poco asustados murmurando cosas que no entiendo.
Algunos se ven perplejos y otros haciendo bromas tales como;
—Mierda, nos han descubierto, hay que huir de aquí rápido.
—La policía descubrió que robamos el banco.
Seguido de risas, unas que para nada causaban humor.
Pero es como dicen ellos, dos policías pasan frente a nosotros poco después.
Al principio me dio igual, luego noté ciertas características que no pude evitar ver.
Y aunque el miedo me recorrió en un inicio, pude reconocer que esos dos policías eran los mismos que vi aquella vez en casa de la señora Isabella.
Deben de estar aquí por algo, ¿Ray, tal vez? ¡¿Habrá alguna noticia sobre él?!
...No pude evitar emocionarme de más.
.
.
.
.
Ray.
Él me ignora.
Es lo único que puedo decir. Una luna completa ha pasado y desde que llegamos aquí, aquel viejo no hace más que ignorarme.Aunque a veces me mira, refunfuña por lo bajo y luego se va.
No sé a dónde, pero lo hace.No suele llegar hasta la noche, curiosamente, llega hecho polvo y con madera entre sus manos.
Después de todo no hay mucho que hacer en un lugar tan desolado como este en pleno bosque.
Y aunque no pasaron muchas cosas desde entonces; Hay algo que llamó mi atención desde que llegué aquí.
Ese viejo me ha descuidado tanto, que ni siquiera se fija en el amarre de mis manos para asegurarse que sigue bien afirmado.
Tampoco me ha tocado ni a besado... Afortunadamente.
Pero lo primero es lo que hace que brote un poco de esperanza en mí.
Pues el amarre lentamente se ha ido aflojando y no puedo evitar sonreír por ello.
Suspiró hondamente.Aquel día es uno nuevo que avanza con lentitud, pero es uno diferente, pues sólo mantengo mis manos detrás de mí para dar la ilusión de que siguen atadas.
Veo como ese hombre se larga a quién sabe donde y me deja ahí nuevamente en total soledad.
Una que por supuesto, aprovechó.
Me levantó, me estiró y miro mis manos con aquellas marcas tan horribles plasmadas gracias al lazo.
Espero que no sean permanentes...
Sin más, observó a los lados, luego hacía las ventanas para asegurarme de que ese hombre ya está lo suficientemente lejos.
Luego me acercó a la mesa donde tiene todos aquellos cuchillos. Tomó el que mejor me parece y sonrió ampliamente.
Observó una vez más mis manos sin poder creerlo.
Contempló el desgastado lugar una última vez y finalmente mis ojos caen en una de las ventanas traseras de la cabaña.
Abrirla no es complicado, aunque si me lleva unos segundos debido a que se hallaba atascada.
Sonrió para mí mismo.
—Estoy libre...— Murmuró, como si se tratase de un sueño el hecho de sentir la cálida brisa en mi rostro.
Pero sé que no es así, y que no hay tiempo que perder.
Ah... A veces, un simple momento cualquiera puede llevar a muchas cosas.
A mí por ejemplo, a la libertad.
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Past.© [Ray x Norman]
FanfictionJamás intentes buscarme. Nunca me encontrarás. No me mires con lástima. No la necesitó. Guarda esas palabras y llantos de dolor. Yo no lo valgo. Deja de tratar. No vas a entender el dolor por el que pase. Sié...