Capitulo 3-

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Creí que había decidido meterse en su coche y marcharse después de todo –murmuró Niall cuando finalmente regresé a la cocina con una caja de comida.

Dejé la caja sobre la mesa de la cocina antes de responderle.

–Me he parado a admirar lo bonita que estaba la casa en la distancia, con el sol poniéndose detrás.

–¿Mulberry Hall? Asentí.

–¿Es un hotel, o algo?

–O algo –respondió Niall. Se había sentado a la mesa mientras esperaba a que regresara, y estiró la pierna frente a él mientras  me observaba sacar la carne, las patatas, los espárragos y la lechuga de la caja.

–O es un hotel o no lo es –razoné con el ceño fruncido.

–No lo es –contestó él. Al ver la comida fresca sobre la mesa, se acordó de lo mucho que hacía desde la última vez que había comido. El día anterior en algún momento. Quizá. Aparte de eso, no tenía ninguna intención de hablar de Mulberry Hall con una mujer que se marcharía de allí en pocas horas.

–Su hermano Lucan dijo que esta finca era propiedad de la Corporación St Claire.

– ¿Eso le dijo? –preguntó Niall.

–Si no quiere hablar de ello, dígalo y ya está.

Él se encogió de hombros.

–No quiero hablar de ello.

–Sólo intentaba sacar un tema de conversación –dije.

Niall me miró con frialdad.

–He accedido a que me prepare la cena, no a hablar.

Me guardé la respuesta que quería darle y seguí sacando las cosas de la caja.

Tal vez se mostrara un poco más simpático después de comer algo. O tal vez no.

El informe médico decía que los huesos rotos del brazo y de las costillas se habían soldado correctamente, pero la tensión junto a la boca y los ojos evidenciaba el dolor que seguía sufriendo en la cadera y en la pierna, que habían quedado fracturadas y obviamente no se habían curado igual de bien. Ansiaba explorar con los dedos las lesiones, comprobar por mí misma lo que podía hacer para devolverle a aquel hombre toda la movilidad.

O tal vez ansiase simplemente tocar los ciento noventa centímetros del cuerpo de Niall Horan.

Mi hermana se había mostrado incrédula al principio, después sorprendida cuando le había explicado mi situación, y le había quitado importancia a sus dudas sobre tener al cantante como paciente.

Joey también  me había tranquilizado con respecto a mi preocupación por mi implicación involuntaria en el divorcio de los Newman. Su hermana abogada me había aconsejado  que siguiera haciendo lo que mejor se le daba, y que dejase que ella se encargase del tema de los Newman.

– ¿Puede poner la mesa mientras cocino? –pregunté de pronto.

Niall apretó la mandíbula.

–No soy un completo inválido, maldita sea –apretó los dientes mientras se ponía en pie antes de agarrar el bastón para mantener el equilibrio.

–Estaba pidiéndole que la pusiera, no preguntándole si era capaz de hacerlo – respondí.

–Por supuesto –dijo él sarcásticamente.

Lo observé mientras cojeaba por la cocina para abrir el cajón de los cubiertos.

Los músculos de su pierna estaban debilitados por los meses en desuso, pero eso no explicaba el dolor que parecía estar sufriendo. Podría ser buena idea que alguien más lo examinara…

A Dangerous Millionaire (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora