Sipnosis-

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Creo que debería advertirla señora McKinley; en este momento mi hermano se está comportando como un patán arrogante-. Debía ser cosa de familia pensé irónicamente mientras miraba a Lucan St Claire. Alto, de piel blanca y con un atractivo impactante, con un aire de lejanía que rozaba la frialdad, no me parecía patán en lo absoluto; pero aquel hombre debía de ser epítome de la arrogancia.

El hecho de que no muestre ningún interés en mí como mujer debía de tener algo que ver con los pensamientos pocos amables de mi parte; pero una chica siempre podía soñar que la perseguía un hombre guapo, alto y rico ¿verdad? Que Lucan St Claire tuviera más dinero que algunos países pequeños, y que saliese solo con rubias de piernas interminables, completamente opuestas a mí, con mi altura media y mi cabellera castaña, probablemente tuviera que ver con su falta de interés. Además, si no hubiera ya suficientes cosas en mi contra, yo era una simple fisioterapeuta que aquel hombre pensaba contratar, con suerte, para ayudar a la recuperación de su hermano pequeño.

Le devolví la oscuridad penetrante de su mirada.

-Casi todas las personas con dolores tienden a volverse... un poco agresivas en su comportamiento, señor St Claire.

Él sonrió secamente.

-Creo que descubrirá que Niall es muy agresivo.

Repasé mentalmente los hechos relevantes que ya tenía sobre el hombre que iba ser mi próximo paciente. En el terreno personal, sabía que Niall Horan tenía treinta y cuatro años, y que era el menor de tres hermanos. En el terreno médico, sabía que Niall había estado implicado en algún tipo de accidente seis meses atrás, que había resultado en la rotura de casi todos los huesos del lado derecho de su cuerpo. Numerosas operaciones más tarde, su movilidad aún era reducida y él se había retirado del mundo a su casa de campo en Inglaterra, sin duda con la intención de lamer sus heridas en privado.

Hasta el momento, no veía nada raro en su comportamiento.

-Estoy segura de que no será nada que no haya visto en otros pacientes, señor St Claire- dije con determinación

Lucan St Claire apoyo los codos en su escritorio y me miro por encima de sus dedos entrecruzados

-Lo que trato de explicarle es que posiblemente Niall no se muestre muy entusiasta, por así decirlo, ante la idea de que otra fisioterapeuta más trabaje con él.

Dado a que nunca me había considerado "una fisioterapeuta más", el comentario no me resulto muy halagador. Estaba orgullosa del éxito que había logrado en mi clínica privada durante los últimos tres años. Hasta el punto de que la mayoría de sus clientes acudían por recomendación de sus médicos o de otros pacientes satisfechos.

Por lo que había leído en el informe médico que estaba sobre el escritorio de Lucan St Claire, un informe confidencial al que probablemente no debería tener acceso, los cirujanos habían hecho su trabajo y ahora dependía de Niall Horan hacer el resto. Algo que no parecía muy dispuesto a hacer...

Entorné los ojos mientras observaba el rostro altivo que tenía delante.

-¿Qué es lo que me está ocultando, señor St Claire?- pregunté finalmente.

El me dedico una breve sonrisa.

-Veo que su reputación de profesional directa hace honor a la verdad.

Era muy consciente de que mi actitud era brusca y su apariencia, seria. Aquel día llevaba el pelo recogido en una trenza y llevaba solo un poco de rímel en las pestañas, que rodeaban mis ojos marrones y fríos. Sabía que esa apariencia daba siempre la impresión de que no se implicaba emocionalmente, lo cual no era cierto, por supuesto, pero empatizar con sus pacientes era una cosa y permitirles ver esa empatía era otra bien distinta.

En cuanto a mi reputación como profesional...

Gracia a Dios, Lucan St Claire no dio muestras de haber oído rumores en relación con la reciente acusación de Rosalinda Newman; según decía, yo había tenido una aventura con su marido, Daniel; mientras era su fisioterapeuta. De haber oído los rumores, era improbable que quisiera contratarla.

-Nunca le he encontrado el sentido a no ser sincera-contesté-. Sobre todo en lo referente a mis pacientes.

Lucan asintió convencido.

-Niall no aceptaría nada menos- se recostó en su asiento de cuero negro.

-¿Y...?- lo atravesé con la mirada. Si voy a trabajar con el hermano de aquel hombre, tenía que saber todo lo que hubiese que saber sobre él; no solo su historial médico.

-Y Niall no sabe nada sobre mi intención de contratarla a usted- contesto el con un suspiro.

Ya sospechaba que ese podía ser el caso. Resultaba una complicación para mi trabajo que el paciente se mostrara hostil hacia mí incluso antes de haber empezado a trabajar con él, pero ya había trabajado antes con pacientes difíciles. De hecho casi todos sus pacientes eran difíciles; mi reputación de ser capaz de tratar con pacientes poco colaboradores era la razón por la que no había faltado trabajo desde que abrí la clínica.

-¿Debo interpretar por su comentario que tiene intención de presentármelo como un hecho casual?

-En cualquier caso, es probable que le diga que se vaya, y de manera poco amable.

Apreté los labios.

-Si me contratara, tendríamos que conseguir que fuera imposible que pudiera decirme que me marchara, amablemente o no. Según creo, ha dicho que la casa en la que está alojado en Gloucestershire es suya, ¿verdad?

Lucan me miró con desconfianza

-Es parte de una finca propiedad de la corporación St Claire, sí.

-Entonces, como director de la corporación, usted tiene derecho a decidir quién se queda y quién se va.

-¿No le importaría presentarse allí sin más y enfrentarse a las consecuencias?

-Si mi paciente no me deja de otra opción, no. No me importaría- le aseguré.

-Tengo la impresión de que Niall encontrara la horma en su zapato.

-¿Entonces ha decidido elegirme para trabajar con su hermano?

-Trabajar con Niall puede ser una exageración- explico Lucan- Niall ha dejado muy claro que no quiere que la gente lo trate y lo mire como si fuera un insecto en un frasco.

-Yo nunca hago eso señor St Claire- contesté secamente. Su interés por el caso aumentaba mientras pensaba en el duro trabajo que tenía por delante-. Puedo empezar la semana que viene, si le parece bien- o tenía la intención de dejarle ver a ese hombre lo aliviada que me sentía ante la posibilidad de poder abandonar Londres por un tiempo

Y alejarse de las falsas acusaciones de Rosalinda Newman sobre la supuesta aventura con su marido.

-Me parece perfecto- contesto él. Parecía aliviado de ver que nada de lo que había dicho sobre su hermano hubiese logrado disuadirme.

Comprendí ese alivio demasiado bien; a menudo la incapacidad de los pacientes de afrontar su enfermedad afectaba a la familia casi tanto como a ellos. A veces más. Y por mucho que Luan St Claire fuese conocido por su frialdad y arrogancia, obviamente quería mucho a su hermano.

Necesitare una llave de la casa donde se aloja, e indicaciones para llegar hasta ahí-dije- Lo que ocurra después déjemelo a mí...

A Dangerous Millionaire (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora