OH, Dios! – di un grito y oculté mis mejillas sonrojadas contra el pecho de
Niall tras mirar hacia el otro lado de la habitación y ver al hombre guapo de pelo rubio y ojos oscuros que se encontraba en la puerta, mirándola con una expresión cínica.
–Supongo que estaban demasiado… ocupados para oír el aterrizaje del helicóptero hace quince minutos –dijo Gideon.
–Supongo que sí –contestó Niall–. ¿Significa eso que Lucan también está aquí?
–He venido yo solo.
–¿Por qué?
Hubo una pausa corta y significativa.
–Preferiría que hablásemos en privado, Niall.
–Aún no –respondió Niall sin soltarme–. ¿Y si nos das unos minutos de
privacidad, Gideon?
–Por supuesto –murmuró el otro–. ¿Quieres que siga esperando en la cocina o…?
–¿Quieres largarte de una vez, Gid? –insistió Niall bruscamente.
Quería morirme de vergüenza. Jamás había tenido tantas ganas de que me
tragase la tierra. Había hecho algunas cosas estúpidas en mi vida, pero sin duda nada tan estúpido como esto.
No sólo me había dejado llevar por los besos y las caricias de Niall, sino que además
había un testigo de aquel momento. Y no cualquier testigo, sino el hermano gemelo de Niall.
–No pasa nada, Jane. Se ha ido, ya puedes incorporarte –bromeó Niall.
Tal vez Gideon St Claire hubiera abandonado la habitación, pero Niall no. Y
tampoco me atrevía a mirarlo a la cara después de lo que había ocurrido.
¿Qué diablos se me había metido en la cabeza para comportarse de un modo tan
terrible?
¡Con Niall Horan!
Ya no me quedaba otra opción; no tenía más argumentos. Tenía que marcharme de inmediato. No podía quedarme allí un minuto más.
–¡Jane, cálmate! –me ordenó Niall cuando me incorporé y empezé a luchar
por liberarme de sus brazos–. Ambos somos adultos y… Maldita sea, Jane, no hemos hecho nada malo.
Dejé de forcejear el tiempo justo para mirarlo con odio.
–¡Puede que tú no, pero yo sí! Tengo que marcharme ahora mismo, Niall.
–¿Por qué? Gideon nunca se queda mucho tiempo.
–¡Por lo que a mí respecta, ya ha estado aquí demasiado tiempo! Ahora suéltame –le rogué mientras intentaba ponerme en pie.
–No hasta que no te calmes.
Estaba calmada. Al menos todo lo calmada que podía estar después de
quedar como una idiota. No sólo con Niall, sino delante de su hermano.
Me estremecí al pensar en la intimidad con la que Niall me había tocado. Al pensar en como me había dejado llevar por la influencia de aquellas caricias. En que mi cuerpo y mis pechos seguían tan sensibles que podía sentir el roce de la ropa sobre la piel. Y los muslos aún me temblaban tras un clímax tan impresionante.
Niall se encogió de hombros.
–Reconozco que ha sido un pequeño inconveniente que Gideon entrara de esa manera, pero…
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A Dangerous Millionaire (Niall Horan)
FanficÉl se comportaba como una fiera, pero ella se sentía desfallecer en sus brazos. La fisioterapeuta Janine McKinley se quedó de piedra al ver que su último cliente era el cantante Niall Horan, al que siempre había admirado. Ahora ella tenía que enfre...