Prólogo

5.5K 232 32
                                    

Dicen que el primer amor no se olvida. —No solemos prestar atención a recuerdos tan lejanos como el primer amor de juventud, pero si pensamos en esa persona, seguramente encontremos que sigue presente, —tanto en nuestra mente consciente, como en nuestra memoria sentimental. —¿Qué quiere decir esto? —Que el amor mancha, siempre. —Y el primer amor y la primera vez mancha como tinta de calamar.

¡Ahh! —El amor de juventud, ese que suele aparecer en la adolescencia, tiene mucho de romántico. —¡Es la primera experiencia! —y cuando pega, pega fuerte.

La primera experiencia se acaba, sea por lo que sea. —Pero ahí queda. —Lo más curioso es que que las parejas que nos reencontramos después de ciertos años establecemos relaciones duraderas y exitosas con más facilidad que las otras. ¿El motivo? Obviamente, nadie va a encajar mejor en esa marca de tu corazón que la persona que la talló.

Al mismo tiempo, lo que hizo fracasar la relación en su momento ya ha pasado; evolucionamos, maduramos, cambiamos y corregimos los errores. —Si lo bueno permanece y las dificultades del principio han desaparecido, es normal que la relación recuperada funcione mejor.; tal y como me sucedió a mi.

**********

—Candice Ardley conoció un chico guapo en un autobús mientras se dirigía como cada mañana al colegio, —por su aspecto, se dio cuenta que era un universitario, tal vez de mente abierta, acostumbrado a una vida de desenfrenos y relaciones libres sin compromisos.

Ella vestía su uniforme de colegio, al estilo Harry Potter, pensando que era lo más deslumbrante del momento... ¡Puf!

Su vida dio un giro inesperado, el día que sin esperarlo, aquel chico se apareció en su casa, y su fastidioso hermano los presentó. Jamás imaginó que aquel apuesto joven era el mejor amigo de su hermano mayor, y, que un estúpido pacto de amistad se interpondría entre ellos.

《¡Bendita suerte la suya!》

 Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora