Capitulo XXVI Abriendo el Corazon

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A la mañana siguiente, la vecina de Candy la visitó, su nombre era Daisy —.Candy no entendía como una joven tan linda y encantadora como ella podía estar de novia con un patan como Niel.

Daisy traía con ella  una jaula de mascota y se agachó un poco para tomar una bolsa con cosas. Candy escuchó los gruñidos de Klint que le decían que lo sacara de ese encierro.
Lo hizo de inmediato, estaba feliz de verlo. —Después, Daisy le entregó la bolsa que traía muchas cosas de Klint, incluso latas de comida.

—Terry me pidió de favor que te regresara a tu coatí.

—¿Mi...? —Candy Cayó... Entendió en ese momento que el  "nuestro" que usó Terry siempre, se refería a él, ella y a su novia; y que el "tú" de ahora, significaba que no quería nada a lado de él que le recordara a ella.

—Por cierto, quiero explicarte que Terry y yo solo somos conocidos. Mi novio, Daniel y  Anthony se conocen desde la infancia, no sé exactamente desde cuando conoce a Terry

—¡Ah, sí! No te preocupes. Él ya me lo ha aclarado —dijo Candy fingiendo calma. Daisy sonrió. —Dime Daisy, ¿Terry estaba enojado cuando te dejó a Klint? —Se aventuró a preguntar Candy.

—¡No!, no creo.

—¿Gustas pasar y tomar algo? —Candy le ofreció un café con la esperanza de que se quedara un rato más para poder sacarle más información acerca de Terry.

—No, gracias. —Tengo que regresar a tender a mi novio, anoche fue víctima de un asalto dentro de su propio departamento., pero ¿qué te parece si nos lo tomamos en la semana?

《¡Ja! Con que víctima de un asalto》 —pensó Candy. Después le dirigió una sonrisa a Daisy.

—Me parece perfecto.

—¡Muy bien!. —Entonces, te dejo. Que tengas un bonito día —dijo la chica con una sonrisa amigable.

—Gracias, igualmente.

—Espero que pronto te des cuenta de la basura que es tu novio —susurró Candy cuando acompaño a Daisy hasta la salida, pero ella no la escuchó. Cerró la puerta con llave y fue a su recamara. Klint ya estaba echado ahí muy a gusto.

—¿Arañaste a tu dueño, de nuevo? —le preguntó en lo que se recostaba a su lado.

Klint solo la miró entrecerrando los ojos, se estaba quedando dormido. —Candy lo atrajo hacia ella  para que su cabecita descansara sobre su pecho. —La caricia que le hizo le dio la paz que necesitaba en ese momento, o tal vez era la tímida esencia de Terry que se había impregnado en él.

Al poco rato, Klint se movió un poco y algo la lastimó, era la pequeña campanita que tintineaba siempre que caminaba. —Giró el collar y se encontró con la placa que era una tierna huella con su nombre . —La volteo para ver que decia :T. G. seguido por el número telefónico de él.—Acarició el número telefónico, deseó marcarle para tan siquiera escuchar su voz, pero se contuvo, porque Terry tenía su número y no quería que pensara que lo estaba acosando. Regresó su mirada a Klint y le preguntó:

—¿Por qué no me ayudaste con Terry?

—Sí lo hice. ¡Todo el tiempo! ¿Por qué crees que lo he rasguñado tanto? ¡Quiero que estén juntos! —se respondió Candy con una voz especial para Klint. —eso era lo que ella quería escuchar.

Klint pestañó con pereza, como si con eso le dijera que ya estaba cansado de escucharla hablar de Terry. Candy sonrió mientras lo abrazaba.

El triste remordimiento regresó a ella y siguió lamentando haber echado a perder las cosas con Terry. —Se prohibió llorar, porque una sola lágrima la llevaría a la realidad definitiva, en donde ya no tendría esperanzas para estar con él.

 Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora