Capitulo VI Mi Primer Beso de Amor

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Narrado Por Terry...

Una semana ha pasado de la que considero mis mejores vacaciones de primavera, Albert ha salido a no se donde, la verdad que desde que cupido me flechó me la paso en las nubes como un adolescente enamorado, a pesar de estar próximo a cumplir veintidós años, jamás habia sentido mariposas revoloteando en mi estomago..—Sé que suena estúpido que a mi edad me sienta como un chiquillo idiotizado, ¡jajajaja ! Porque así es el estado en el que esa chiquilla me tiene; Un idiota cursi enamorado, si, ese es mi verdadero estado, increíble, ¿cierto?...—Me fajo a cuanta chica se ponga enfrente, soy directo para decir lo que pienso, muy macho frente a los demás, pero cuando tengo a Candice frente a mi, esa chiquilla me desarma, me transforma de un macho alfa a un tierno minino, si, así me siento, aunque me comporte como un patan frente a ella, la verdad es que, aunque suene estúpido es parte de mi plan para volverla loca por mi, no sé como ser romántico, así que, seguiré a mi manera el consejo de mi madre y seré yo mismo, solo espero poder hacer todo con tacto y que las cosas no se salgan de mis manos. Primero tengo que asegurarme que Candice siente lo mismo por mi, y luego pondré en marcha mi siguiente plan..—Esperaré a que cumpla sus dieciocho años, que cumpla sus metas, que disfrute su juventud como yo lo he echo, no quiero privarla de nada, quiero que ella viva la experiencia y la adrenalina que te regala la libertad..—Si eso haré, la esperaré, —seré paciente.

Suspiro como un tonto al ver su imagen...—Sé que no estuvo bien el haber hecho lo que hice, pero no me pude resistir... —Si, si lo sé, es vergonzoso, y que tal vez me estoy comportando como un pervertido, pero no pude resistirme y me robé una fotografía de Candy del álbum familiar. Duermo con ella, y antes de marcharme a la universidad, me despido de ella y le doy un beso, imaginando que la beso a ella.

Desde que mi madre supo por mis labios que estaba estúpidamente enamorado, me llama todos los días para preguntarme como va todo, por supuesto que nunca le diré que algunas noche he tenido sueños húmedos gracias a mi angel pecoso, y otras veces he tenido que invocar su nombre al aire cuando he usado mis manos para saciar mi necesidad de ella. Vergonzoso estado ¿cierto?

—Candy, Candy me estas volviendo loco, que voy hacer contigo, Pequeña Pecosa

—¡Demonios!, quien es tan loco para tocar de esa manera..—voy, --grito. Juro que mataré al idiota que ha osado en interrumpir mis deliciosos pensamientos.

Cuando abro la puerta me quedo frío, es ella—hace unos segundos juré que mataría a idiota que osaba interrumpir mis ... ¡Oh Dios! Retiro mi juramento —pienso al instante —ni Candy es una idiota y de la única manera que deseo matarla es de una deliciosa y placentera manera.—Me quedo como un palo, de pie, embobado y pasmado de la impresión que me causa tenerla frente, es como si la hubiese invocado con el pensamiento.

Mi pobre mente me traiciona y mi amigo de entrepierna casi me delata, puedo sentir un pequeño palpitar dentro de mis pantalones...—<<calma amigo, no tan a prisa>> le envío un mensaje mental y el muy terco me desobedece, muerdo ligeramente mis labios y paso mi lengua lentamente saboreando la imagen que mi pecaminosa mente me envía. Cuando Candy me habla preguntando por Albert, vuelvo al mundo real y como puedo me hago a un lado para que pase, —¡Santo Cielo! Mi entrepierna se levanta un poco mas cuando me da la espalda mientras entra, aprieto los dientes para ahogar un gemido de placer...—¡Por Dios del cielo! Esta niña me va matar de pura anticipación cualquier día de estos y ella ni por enterada.

Cuando se sienta en el sofá, como un lobo que ronda su presa, camino alrededor de este, para calmar mi lado fiero, o me le lanzaría allí mismo. Ella se ve nerviosa, ¿sentirá lo mismo que yo?, mi amigo de entrepierna da un pequeño salto y se vuelve más duro. ¡Demonios! Si sigue por ese camino, en cualquier momento rasgará mis pantalones. Sacudo mentalmente mi cabeza para alejarse esos pensamientos y cuento mentalmente hasta diez, aunque la verdad en este momento lo qye necesito es una buena ducha con agua lo suficientemente fría para que apague este fue que esta quemádome internamente. Observo como Candy saca su celular y hace unas llamadas y al no recibir respuesta guarda nuevamente este; aún cuando estoy liberando la peor de las batallas conmigo mismo, me las arreglo para sonar tranquilo y sugerirle que espere a Albert, no quiero que se vaya, desde que la vi frente a la puerta y sabiendo que estábamos solos, me propuse a disfrutar el momento, la retendré la mayor cantidad de tiempo posible, no dejaré ir la oportunidad que el destino está ofreciéndome... o no, eso si que no.

 Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora