Capitulo I -La Sorpresa y El Juego

4.5K 207 59
                                    

Tras subir al autobús, Candy vio docenas de rostros a su alrededor, como todos los días; caras a que las miraba por un segundo o dos. —Algunas la admiraban, otras la ignoraban, Pero no le importaba lo que pensaban de ella, al fin y al cabo serían personas que no volvería a ver, o al menos eso creía antes de subir a ese autobús.

Después de tambalear para llegar a la parte trasera, se acomodó en el asiento que encontró vacío; —tomó el iPod y seleccionó su canción favorita. —Aquella que escuchaba todos los días para iniciar su día de escuela, la única canción que la animaba, incluso en un día lluvioso.

Al ritmo de la canción, las personas a su alrededor desaparecieron mágicamente hasta que pudo concentrarme en el paisaje que corría velozmente al paso del autobús ansioso por ser admirado un segundo más; al menos por otros porque ella lo ignoró. —Tenía tantas ganas de faltar a clases y regresar a su cama para seguir durmiendo.

Estaba bostezando cuando el autobús hizo el siguiente stop obligatorio y las puertas se abrieron estruendosamente, tratando de interferir en las conversaciones indiferentes a su llamado. —Rara vez volteaba a ver a quien subía, pero ahora fue una reacción innata que le paralizó en cuanto vio a un chico que cautivó su corazón y sus hormonas de inmediato.

¿Amor a primera vista? ¡Claro! —A sus dieciocho años, todos lo eran. —O al menos eso era lo que le decía su padre.—No quería estar de acuerdo con él, pero creyó que él tenía razón.

Por la ropa casual, pero moderna que vestía el chico, el portafolio que colgaba de su hombro izquierdo, los libros y el café que traía en mano, era un estudiante; quizás un universitario.

《Un sexy universitario》—pensó la rubia.

El chico pagó su pasaje y trató de abrirse paso hacia atrás sin derramar su café sobre él.

¡Por Dios! Tenía los ojos azules más lindos que había visto en su vida. —Y esa boca sexy de seguro sabía delicioso.

Candy respiró con dificultad cuando se detuvo a su lado. —Un poeta diría que el universo confabuló por millones de años para que este momento se diera, pero la verdad es que no había nada poético, solo era pura y llana casualidad. —No había otro hueco en donde pudiera colocarse.

Aún era muy joven para tener un momento romántico como en las películas. —Y tenía claro que no lo tendría hasta muchos años después, cuando los hombres llenos de hormonas que conocía, dejaran de comportarse como idiotas que se levantaban de la cama con una sola idea en la cabeza:

¿Encontraré a la tonta que se deje meter mano hoy?

Guardó el iPod en la mochila y miró discretamente al galán a su lado, mientras se enderezaba y tomaba una pose femeninamente delicada. —Había entrado en modo 《no-me-gustas.》 —Eso siempre atraía a los chicos. —Al menos esa táctica le funcionaba a Elisa.

El autobús avanzó sin esperarlo y él trató de sostenerse como pudo, por suerte alguien alcanzó a sujetarlo. —En seguida hizo gestos de que no sabía cómo guardar sus cosas con las manos ocupadas.

—¿Quieres que sostenga tu café? —le preguntó la rubia sin pensarlo.

¡Candy no sabia cómo se atrevió a hablarle! Ella era prácticamente una tortuga escondida en su caparazón cuando tenía un chico guapo en frente. —Solo sacaba la cabeza cuando ya no hubiere peligro de hacer el ridículo; —generalmente era cuando el chico se iba.

—Sí, gracias —respondió él. Le entregó su vaso. —El delicioso aroma del café relajó inmediatamente a Candy, y quiso darle un sorbo. —De paso, sabría indirectamente a qué sabían sus labios. —El chico también le pidió que le sostuviera sus libros para meterlos en su portafolio.

 Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora