Capitulo XIII Desiciones

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Candy interrumpió a Terry con un típico ¡Ah! mientras se detenía en una luz roja.

—Creí que iba a levantar mi ego, pero la verdad es que me siento...

—¿Arrepentido? —Volvió a interrumpir Candy.

—¡No, no, no! ¡Nunca pienses eso! —dijo Terry tomando su mano.

—¿Entonces?

—Presionado. —Respondió él.

—¿Por qué? —Quiso saber la rubia.

—Porque es demasiada presión hacer el amor con alguien virgen, tal vez más que ser el virgen es hacer el amor con alguien que es ....

—No entiendo —interrumpió Candy nuevamente.

—Lo que quiero decir primeramente es que implicó tener mucho cuidado en no lastimarte más de lo obvio. -No hacer cosas que te traumen para toda tu vida sexual. Tuve que esforzarme en un cien por ciento para que tu experiencia fuera..., bueno..., inolvidable. —La presión que sentí fue porque no quiero ser recordado por ti como el bastardo que no le importó que te arrancaba la virginidad y que ni siquiera te trató bien. Ya tengo suficiente con ser el bastardo que te trató mal para que cayeras sobre mis labios y...

Candy rió entre dientes nerviosa, interrumpiendo de esa manera a Terry que la veía con ojos ensoñadores.

—No pensarías lo mismo si mi hermano no te hubiera dicho que era virgen.

—No, —me habría dado cuenta. -Te hubiesen delatado tus Aush sexis.

Candy siempre supuso que el hombre al que le diera su virginidad se jactaría de ser el primero, de ser el ganador de una cuantiosa lotería; Archie lo hubiera hecho, pero veía que estaba equivocada. —Terry aparentaba ser un rompecorazones y ella no quería que le rompieran el suyo.-Entendió en ese momento que era por eso que a Terry le gustaban las relaciones que podía terminar antes de adentrarse en algo que lo haría sufrir tarde o temprano.

—Terry —lo llamó Candy mirándolo tímidamente.

—¿Si?

—Fue mágico, perfecto e inolvidable. —Y si no tuviéramos que regresar, me hubiera gustado hacerlo de nuevo... contigo.

La piel de Candy se le erizó cuando Terry con una sonrisa apenada le agradeció el cumplido. Él no tenía el ego levantado ni nada por el estilo. —Candy creyó que en verdad a Terry le daba gusto saber que ella no se arrepentía de haberle permitido amarla de la forma como lo hizo minutos atrás.

Candy iba a preguntarle qué iba a suceder ahora, era obvio que ella le atraía mucho más de lo que él deseaba admitir. —Quizás si seguía tocando el tema, tal vez terminaría siendo su novio...-Sí, sería muy feliz... ¡Inmensamente feliz! Pero ¿por cuánto tiempo? —Él estudiaba en New York y ella en Harvard. —La universidad era conocida por la dedicación de su alumnado, y ella ya estaba entrando en esa etapa. —Su madre era graduada de ahí y no le había mentido cuando le dijo que apenas tendría tiempo para respirar.

Regresando a su vida de universitaria, no tendría tiempo para Terry. —La distancia los haría romper tarde o temprano. —No quería alejarlo de ella para siempre solo por su desespero de que fuera su novio ahora. —Quería pasar toda la vida a su lado, no solo unos meses.

Ese era otro de esos momentos en donde tenía que pensar con un poco de madurez. Pensar en su futuro, como le repitió su padre durante todo el proceso de ingreso a la universidad. Respiró profundamente y tras llenarse de valor comenzó a decir:

—Estaba pensando; no sé cómo me ves ahora, pero no te sientas obligado a estar conmigo solo por lo que hicimos -le dijo con la vista en el camino.

—No me siento obligado de ninguna manera, me siento....

 Mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora