Mi primera vez

Capitulo III Empate

Narrado Por Candy...

—Mamá, voy con Albert —le dije a mi madre cuando entré a la cocina.

—¿Por qué vas a ir a verlo? —me preguntó sin dejar de mover la cuchara dentro de una olla.

—Para que me ayude con el trabajo final de Historia. —Tengo que entregarlo el viernes.

Mi madre volteó a verme de inmediato, estaba sorprendida.

—¿Tan difícil es que tienes que pedir ayuda a Albert? —preguntó. —Noté su tono irónico.

—Lo es para mí. —Además, ya sabes que le gusta todo eso de las guerras, algo debió haber aprendido cuando jugaba Call of Duty —dije.

Mi madre soltó una risita de añoranza, seguramente recordó cuánto le costaba separar a Albert de la consola de video juegos.

—¿Entonces no vas a comer aquí?

—Mmm, creo que no.

—Bien, ve con cuidado y me lo saludas... También a Terry

Asentí con una sonrisa y salí de la cocina.—Ya no me emocionaba por ver a Terry; por el contrario, ahora pensaba dos veces estar frente a él. —Ya estaba harta de sus juegos.

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Toqué la puerta después de que di un largo respiro. —Me estaba preparando para entrar a los terrenos del enemigo.—La puerta se abrió, mostrándome a un sorprendido Terry.
—¿Está Albert? —pregunté seria.

—No, salió hace rato. —No me dijo a dónde iba.

Bufé con fastidio. Miré a ambos lados de la calle con la esperanza de ver a mi hermano llegando por casualidad.

—Pasa —me dijo Terry haciéndose a un lado.

Decidí entrar para llamar a Albert en un lugar más silencioso.—Antes de dejar mis cosas en el sofá, saqué el celular. —Terry me rondó un poco hasta que finalmente fue a sentarse al sillón.—Marqué dos veces el número de  mi hermano, pero nunca me respondió. —Eché el celular al bolso mientras hacía una mueca indecisa. —No sabía qué hacer.

—Espéralo, ya no ha de tardar —dijo Terry.

Acepté su sugerencia y fui a sentarme en otro sillón.

—¿Te interrumpí en algo? Porque si es así, no hay problema que me dejes aquí. —Prendo la televisión y me entretengo sola —sugerí al verlo tan calmado.

—No, estaba por ver una película.

—¡Ah!

Saqué un dulce de fresa para calmar mis nervios, también le ofrecí uno pero lo rechazó con una sonrisa.—Se estiró por el control remoto y encendió la televisión. —Me tenía hipnotizada el tronido que hacía con la boca cuando cambiaba de canales, buscando algo que le llamara la atención. —Finalmente no encontró nada y la apagó, entonces fue a su celular que estaba conectado a unas bocinas y puso una canción.

—Es Newborn de Elbow —respondió a mis gestos que le preguntaban quiénes eran.

Me gustó mucho y supe de inmediato que me haría recordar este momento incómodo siempre que la escuchara.

Los dos guardamos silencio mientras seguíamos escuchando la tranquila canción. Terry miraba a todos lados, haciendo un paseo casual que siempre terminaba en mí. Pestañeaba muy conquistador y desviaba la mirada. —Sus dedos no dejaron de jugar con sus labios, en una caricia que parecía asegurarme que jamás lo besaría.

Era desesperante que me prohibiera algo que deseaba tanto. —Y la canción no ayudó tampoco, ya que conforme se hacía más rápida y algo agresiva, me dieron ganas de arrojarme a él para demostrarle a esos dedos que sí podía besar esos labios.