22. Declaraciones II

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Se llevaron a Harry  a la comisaría para declarar.  Yo estaba muy nerviosa no entendía nada de lo que estaba pasando. Los seguí hasta la comisaría, llamé a Paige para contarle todo y que no se preocupara.

Mientras tanto... Harry narraba todo lo sucedido desde la noche de la muerte de Damián hasta hoy...

-HARRY-


Ese día fuí al centro comercial con Louis, me llamó un número privado y lo cogí, pueden mirar mi movil, está grabada la llamada. Era Damián, me citó cara a cara en mi azotea. Subí y no había nadie, esperé y noté como alguien pasaba por detrás de mí, me giré y vi a Damián apuntándome con una pistola.

-flahsback-

-Damián baja el arma. 

-¿Qué pasa? ya no eres tan valiente... Esto es para que sepas que Bella es mía, y si no te alejas de ella te mataré.

-Vale Damián... tu ganas. Me alejaré de ella, pero sólo si bajas el arma, vamos a hablar tranquilamente tu y yo.

-¡No quiero hablar contigo!

-Vale.. vale.. pero tranquilizate, tu ganas, ya has ganado. T e has quedado con Bella, yo no me voy a meter en medio de esa relación.

-Ves Harrito qué fácil ha sido... estaba claro que iba a ganar yo, porque yo la conozco antes que tú y la quiero muchisimo más que tú. -Comenzó a relajarse y bajó el arma, momento que aproveché para darle una patada en la mano y el arma cayó al suelo.

Forcejeamos, rodamos por el suelo y Damián logró recuperar la pistola. En ese momento levanté las manos rendido.

-No dispares Damián, por favor...

-¡Quietos los dos!

Aparecieron de la nada, dos personas. Iban vestidas de negro y la chica también iba armada, cuando se acercaron les vi la cara, la chica era morena bajita y otro era un chico alto castaño.

-Mona ¿Qué haces aqui? te dije que salieras si se complicaban las cosas, pero lo tengo todo bajo control. Dijo Damián.

-¿Bajo control? He escuchado todo lo que le has dicho, estás enamorado de ella. Me dijiste que estabas enamorado de mí. ¿Acaso estás jugando conmigo? Conmigo nadie juega y esto te costará la muerte. Si no vas a estar conmigo tampoco vas a estar con ella.

 Yo aproveché el momento en el que la chica comenzó a recriminarle a su novio o lo que fuera y empecé a dar pequeños pasos hacia atrás donde estaba la puerta. Cuando ya estaba a punto de tocar la puerta el chico castaño vestido de negro me vió.

-Eh! el ricitos se escapa!

Abrí la puerta y la cerré con llave y comencé a bajar las escaleras. En ese momento oí un disparo. No me dí la vuelta, lo único que hice fué correr. Me monté en mi coche y me dirigía a la casa de Bella, quería contarle todo. Pero cuando iba a mitad vi que un coche me seguía, entonces decidí dar rodeos para despistarlo y me encerré en mi casa.

Esa noche Bella me dejó muchos mensajes, por eso me enteré de la muerte de Damián, le dije que nos veriamos en el entierro y le contaría. Todavía no me sentía a salvo.

El día del entierro, cuando salí de la iglesia en la puerta lo vi. Vi al castaño alto que estaba en la azotea. Empecé a correr pero el me siguió y me tiró al suelo. Me raptó y me llevó a mi casa. Me ataron a una silla y me taparon la boca.

-¿Qué quieres hacer con él Mona? -le preguntó el castaño.

-Nada, él es el cebo hasta la tal Bella esa... La voy a matar. Ella vendrá aquí a por él y será el momento de actuar.

Ese mísmo dia por la noche, me dejaron atado a la silla y salieron a por comida. Mis nervios se pusieron a mil cuando escuché que llamaron a la puerta.

-¿Harry? ¿Estás ahí? Soy yo... Ábreme.

Esto no podía estar pasando, si volvían y la veían allí la matarían.

-Harry por favor... ¿Podrías decirme que no es lo que parece?

-¡Por favor! - gritó dando un golpe a la puerta-.

No Bella cariño... no hagas ruido, marchate.

 -Sólo dime que hay algo más sobre esta historia… 

-Que hay algo que no se…

Comenzó a llorar desesperadamente. Y mis lágrimas comenzaron a caer. Me sentía tan impotente.

-Por favor, por favor Harry. 

La escuchaba llorar pegada a la puerta, me estaba matando. No podía escucharla sufrir así de esa manera y a la vez me iba a dar un infarto, tenía el corazón que se me iba a salir del pecho, en cualquier momento llegarían y la escucharían y no podré defenderla aquí atado.

De repente dejé de escucharla llorar. Se había ido.

-Hasta esta mañana que los policías irrumpieron en mi casa y los detuvieron, gracias a Dios.

-Gracias a Dios y a Bella, ella fué la que vino aquí esta mañana y si no llega a ser por ella, no habríamos ido a su casa. Bueno Harry ya tenemos todo lo que necesitamos, puede irse a descansar. Gracias por su colaboración.

-De nada.

Salí de aquella habitación y allí estaba ella sentada en la silla comiéndose las uñas, mi razón de ser,  mi chica de rojo. La abracé fuerte y ella me devolvió el abrazo con la misma intensidad y le dije al oído:

-Ya podemos irnos cariño, todo ha terminado.

Ese dichoso día...     (HS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora