Ya no estaba en aquel extraño lugar, ya no podía ver el cielo estrellado de las verdades; ahora estaba en un lugar lleno de paredes blancas y muchas maquinas, y fue ahí, cuando comprendí, que ya había cruzado el puente, que si bien, para mí no fue más que un breve instante, para los que estaban aquí fue mucho. Recorrí todo el lugar con mis pupilas azules, vi esa pequeña pantallita que tiene esas líneas que suben y bajan; en toda mi vida había visto bastantes, de repente mi sentido del oído se encendió y pude escuchar ese molesto y constante sonidito agudo.
Traté de recordar todo lo que había pasado, no tenía nada en mi mente, todo estaba en blanco, me forcé a recordar y poco a poco comenzaron a llegar los recuerdos a mi mente. La cárcel, el tiempo, el tic tac, las bestias, muchos Richards, el tiempo otra vez, las voces en mi cabeza, la ciudad, la puerta, la tumba, las palabras.
— ¡El puente! — exclamé. Mi respiración era agitada —. Moisés, Lucero... ¿Moisés? ¡Lucero!
Mi ritmo cardiaco se aceleraba cada vez más, moví mis pupilas rápidamente hacia todos lados, arriba, abajo, a un lado y al otro lado. No veía a nadie, no venía nadie...
Tic, toc, tic, toc, tic, toc, tic, toc... Se escuchó otra vez. Tic, toc, toc, tic, tic, toc, toc. Se escuchó una vez más, tic, tic, tic, tac, tac, tac, tic, tic, tic... Otra vez.
— ¿Quién está ahí? — pregunté un tanto asustado.
—Soy yo, tu amigo el tiempo. Quiero decirte que a partir de ahora, seré para ti lo que soy para los demás; un enemigo.
— ¿Por qué?
—Porque yo correré...
— ¿Y eso qué?
—Tienes una misión y yo soy tu contratiempo.
—Eso es irónico ¿Eres el tiempo y serás mi contratiempo?
—En esta vida muchas cosas suelen ser una ironía.
—Tic, toc, tic, toc. Es tarde... Adiós — dijo el tiempo —. No lo olvides...
— ¿Qué no he de olvidar?
—Con el tiempo lo sabrás.
Mis respiración era agitada, mis pupilas dilatadas seguía recorriendo todo el lugar; arriba, abajo, y en todas las direcciones.
— ¡Richard! — Se escuchó una voz que provenía de la puerta —. ¡Despertaste!
Era Lucero.
— ¡Moisés! — gritó.
Moisés entró por la puerta, ambos estaban asombrados, estaban emocionados, se veía en sus rostros, se notaba la felicidad; la alegría les brotaba por los poros.
Aclaré mi garganta.
—Hola. — Sonreí de costado.
—Nos alegra tanto escucharte — dijo tomando la mano de Moisés —. Nos hacías falta en el hospital.
—Richard... — Moisés sonrió. Se acercó a mí y con mucho cuidado me abrazó —.Chico, jamás vuelvas a hacernos eso...
Yo solo los miraba y sonreía.
—...La puerta...La tumba... — susurré.
— ¿Eh? — Se miraron extrañados.
...La puerta... La tumba...
Se repetía una y otra vez en mi mente.
...Abrir la puerta... Sepultar...
Me decía una voz. Miré al techo mientras aquella voz me hablaba sin parar.
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CATARSIS: La vida es un cúmulo de crueles recuerdos
Mystery / Thriller"Convierte tu pasado en mil razones para vivir. Convierte tu presente en un agente de cambio para que tu incierto futuro no sea un clon de tu pasado, es decir, para qe tu vida no sea un cúmulo de crueles recuerdos" Conoce a Richard y conoce su mundo...