Capítulo XVII

39 4 1
                                    

Entré a mi aburrida y monocromática habitación, no había ninguna diferencia eran idénticas, muebles grises aburridos y la camilla.

Mis ojos azules miraban la habitación con cierto desinterés.

— ¿Es en serio? Esperaba algo mejor — me quejé en mi mente.

—Te dejamos para que descanses, te bañes y desayunes. Nos vemos luego — expresó Moisés mientras se retiraba de la alcoba.

—Ni crean que me quedaré aquí encerrado — dije una vez se fueron.

Me levanté y salí a recorrer los pasillos o más bien a volver a aquella puerta.

Estaba frente a la puerta e intenté abrirla, pero al parecer estaba cerrada con llave.

— ¡Maldición! — grité.

— ¡Hey! Que vocabulario — se quejó una voz.

Volví mi cabeza para ver de quien se trataba. Una sonrisa estaba detrás de mí y un pálido rostro me sorprendió.

— ¡Henry! — grité al ver su rostro —. Me asustaste estúpido bastardo.

—Alguien no está de humor el día de hoy — expresó en tono de burla.

—Lo siento.

— ¿Qué hacías ahí? — preguntó al ver mi mano en la perilla.

—Nada — dije alejando mi mano de la puerta.

— ¿Quieres hablar un rato? —preguntó.

—Está bien piel de vampiro— bromeé.

— ¡Oye! — se quejó.

Caminamos hacia la cafetería, nos sentamos en una mesa y comenzamos a platicar.

— ¿Por qué te escapaste?

— ¿Vamos a hablar o me vas a interrogar? — pregunté sarcástico.

—Ambas — respondió burlón.

—Muy chistoso el vampiro.

— ¿Me vas a decir sí o no? — preguntó rompiendo el cómico ambiente que había en ese momento.

—Ariana.

— ¿Ariana Grande? — preguntó bromeando.

—No le veo el chiste — Lo miré serio.

— ¿Ves cómo se siente?

—Psicología inversa ¿eh? — pensé. Él sí que sabía cómo ponerme a pensar un rato.

—Hace mucho una horrible imagen de Ariana... Gonzales — Aclaré. No quería confusiones con la cantante pop —. Me persigue, una imagen de su rostro lleno de dolor y odio, esa imagen se apareció el de la boda. Me aturdió mucho así que huí.

—Entiendo, no es fácil ver la cara de decepción y odio de las demás personas que amas. Créeme, lo viví — respondió desviando la mirada.

— ¿Ah sí? — Me di cuenta que su pasado era tan diferente al mío pero a la vez tan idéntico.

—Sí. ¿Recuerdas lo que te comenté sobre mi otra personalidad? — Asentí con la cabeza —. Bueno pues esa personalidad hizo mucho daño... A personas que amo. Cómo a mi hija.

— ¿Tu hija? — pregunté. Me intrigaba saber lo que diría.

—Mi otra personalidad... La violó — Una lágrima se deslizó por su rostro —. Y no sabes lo que me dolió despertar y no saber nada de lo ocurrido, despertar y ver el rostro de tu mujer, amigos, hermanos y seres que amas juzgándote sin conocer lo que estás sintiendo.

CATARSIS: La vida es un cúmulo de crueles recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora