días gatunos.

-22-

Es una mañana de viernes y Soichi dormia placenteramente en su cama  con gesto completamente relajado.

Paso toda la noche investigando y haciendo trabajo de campo junto con Kengo sobre las peleas de perros. La red es extensa y cuidaban celosamente su información así como los asociados. Los más importantes los protegían a cal y canto mientras que los recién llegados (como la tipa de la casa de horror) eran simples piezas desechables. Viéndolo de esa forma, tenían que ingresar como inversionistas o participantes. por supuesto que Kengo prefería perder dinero que arriesgar a su perro Takeru.

Además, no estaban solos en el inmenso proyecto. Emma también se integro como parte del equipo de investigación de datos y otra chica que mantuvo su nombre en anonimato pero tiene una extraña fascinación por usar pelucas, tomó el rol como la compañera de actuación de Kengo.

Esas semanas  habían logrado romper con 3 grupos pequeños sin levantar sospechas. Pero de nada servía si no desmantelaban la raíz de la organización. Por el momento, descanzarian un poco. Por sugerencia de Emma porque seguramente los grupos delictivos estarían muchísimo más alerta. Aún cuando Kengo demostró disconfort al respecto, aceptó que su hermana (Soichi sigue sin creer que son hermanos) tiene razón en buena medida.

Traducción, aprovecharia cada instante en dormir antes de volver a su trabajo de oficinista. Su hermano estaba en la escuela y sus gatos en la casa de Spectre para dejarlo dormir.

Sería paz y tranquilidad.

-meeow- o eso creyó.

Abrió los ojos con pereza y vio al lado de su cama un par de ojos azules como estrellas acompañados de un glamoroso pelaje blanco. Soichi vio a la dueña de las croquetas de Yusaku que le miraba un poco extraño.

-meeow- volvió a maullar mientras movía sus patas para brincar arriba de la cama y acercarse un tanto tímida, el pelimorado agradeció que la gatita no cayera arriba de su estómago o decidiera caminar encima de él.
-¿que sucede Ryoken? Tienes hambre- vio que la gata se acostó junto a él mientras que su cabeza empezó a frotarla con la mano del hombre de cabello morado.
-sabes que a esta hora Yusaku fue a conseguirte algo para ti. Aunque últimamente esta trayendo trozos de carne bastante jugosa. - empezó a acariciar a la felina despacio y la gatita suavemente cerró los ojos.

-meew-
-oh... Te sientes sólita...- Kusanagi mayor sonrió enternecido. Escucho que las embarazadas se sienten frágiles o solas en ciertos momentos de la gestación. Supuso que La gatita de ojos azules seguramente se sentía sola o indefensa debido a su tripa y no poderse mover libremente aumenta el sentimiento, sumándole que no está Spectre ni Yusaku para acompañarla. Así que se arriesgo a buscar a alguien conocido para sentirse bien.

-hey tranquila Ryoken... No pasa nada- empezó a acariciarla con mayor gentileza, sintiendo que la gatita se relaja despacio y empieza a ronronear. Si la felina de ojos azules solo quería eso, podía dormir otro poco.

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Claro hasta que escucho un pequeño chillido. Muy suave que gradualmente se hizo más fuerte.

Se levantó de golpe, cayéndose de la cama y casi se desmaya de la impresión al ver que Ryoken había dado a luz a un gatito, que ahora se encargaba de limpiar frenéticamente mientras este maulla tiernamente moviendo su cabeza tratando de acercarse a su madre. Era un gatito pequeño, apenas del tamaño de su mano de color gris azulado como Yusaku pero se notaba que tendría el pelo más largo. La cama manchada de sangre y líquido amniótico así como la pequeña placenta que ahora la gata se comía.

Se sorprendió el no haberse desmayado.

-¿pero que...? ¡Diablos Ryoken! - la gata le vio aun temerosa después de que terminó de limpiarse y comer. se acomoda para seguir con la labor de parto teniendo al primer bebé con ella.
-Claro... Es tu primer camada... - Soichi entendió que la felina está asustada. Estaba dando a luz a sus bebés y busco ayuda moral para lograrlo, a ausencia de Yusaku o Spectre, recurrió a él.