Narrado por Rubius
Los rayos del sol no me permitían abrir completamente los ojos. Eran tan fuertes, que la piel me ardía como si se tratara del mismísimo fuego a punto de freírme vivo. Al menos tenía la suerte de tener toda esta cantidad de agua, aunque incómodamente clorada, a mi alrededor.
Era refrescante.
Tenía veinte minutos flotando solo en la tranquilidad de la piscina. Todos mis amigos habían salido para devorar de la barbacoa que se había montado para ese día. Yo simplemente estaba disfrutando de la serenidad que se había instalado en el agua.
Temía quedarme dormido.
—Rubius ¿acaso no vas a comer? —Una voz femenina se hizo escuchar más de cerca que el bullicio que se encontraba por atrás. Abrí levemente mis ojos, incorporándome cuidando de no ahogarme con el agua.
Se trataba de Jennifer, quien me llamaba desde la orilla de la piscina. Ella era muy buena amiga de Eva, la novia de Alex. Es una chica simpática y bastante guapa, aunque en ocasiones me desconcierta su actitud, pues pareciera que se obliga a si misma a conversar conmigo.
Es raro.
Me acerqué a la orilla lo más rápido que el agua me permitió, regalándole una sonrisa amistosa a la chica que me esperaba sonriente.
—No quería arruinar tu momento de paz —Río bajito. —Pero si no vas ahora, terminarás comiendo pasto —En el momento que mencionó lo último, me impulsé con ayuda del borde de la piscina, saliendo de ella por completo. Mi cuerpo se heló al momento.
Reí por su anterior comentario, caminando junto a ella mientras me abrazaba a mí mismo. Odiaba esta parte de salir de una piscina, aparte de estar arrugado como una pasa, los dientes me tiritaban y el pelo mojado estorbaba mi visión. De seguro me veía lamentablemente gracioso.
—Idiota, te enfermaras
Mi cuerpo fue cubierto por una enorme, reconfortarle y calientita toalla, al mismo tiempo que se hizo escuchar su voz. Giré en su dirección topándome con el rostro rojo por la insolación de mi mejor amigo. La comisura de sus labios estaba manchada por salsa barbacoa.
Tragué pesado, sonrojándome al instante por haberme percatado de ello.
—Gracias —Dije, envolviéndome más en la toalla que acaba de recibir. Mangel únicamente asintió, arrastrándome con él a donde suponía, se encontraba devorando todo.
Por un instante giré la mirada hacia donde había venido, y me percaté de que Jennifer nos observaba atenta. Siendo más específico, ella veía como Mangel me llevaba a rastrar de mi brazo. Fruncí el ceño extrañado, pero le di por su lado.
En la siguiente media hora, me dediqué únicamente a comer y comer. Y es que cuando todos decidieron salir para comer, yo dudé si era el momento ya que no moría de hambre. Sin embargo, cuando estuve frente a la mesa junto a las deliciosas carnes cocidas a la perfección que habían preparado, un demonio salvaje se instaló en mi estómago, y desde ese instante no había parado de comer.
La barriga comenzaba a dolerme, y a pesar de ello, era demasiado feliz como para poder detenerme.
—Ni se te vaya a ocurrir meterte al agua de inmediato, que potaras todo —Mencionó Mangel con tono de voz asqueado. Se encontraba a mi lado observando atento como engullía todo lo que se me atravesaba enfrente, y se reía cada que me ahogaba con la comida al reír por las historias contadas por mis amigos.
Explicar el comportamiento de mi mejor amigo desde el "incidente" de su "nariz" me era muy complicado. Pero si que podía asegurar una cosa: Se había convertido en un impulsivo vigilante.
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Ángel de papel - Rubelangel
FanficRubén y Miguel Angel han sido mejores amigos desde los 6 años. Han compartido los momentos más felices de su vida... como también los más frustrantes y dolorosos. Cuando Rubén comienza a percibir un pequeño cambio en su forma de mirar a su mejor ami...