SOY UN IDIOTA INSPORTABLE Y ESO ESTÁ PERFECTAMENTE BIEN

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Conozco sumamente bien mis debilidades, esa de hecho es una de mis fortalezas, sé que soy difícil de tratar porque mi maldición más la sociedad me ha convertido en alguien así, he hecho lo suficiente para sobrevivir en un mundo superficial como este.

Por eso no había como quitar la sorpresa de mi rostro cuando recibí una notificación de amistad en esa red social popular, una notificación de la mismísima Marina Soto, dos semanas después de nuestro turbulento encuentro, estaba ya de vacaciones de verano y las fechas se acercaban peligrosamente a navidad y aquí estaba observando la solicitud de amistad de una chica a la que había intentado humillar hace un tiempo.

Y eso no fue todo, claro que no, porque segundos pasaron y una solicitud de mensaje apareció.

Marina Soto: ¿Me recuerdas? Soy la chica de la convención del libro, estaba viendo unas publicaciones de concursos literarios en la página de la editorial de tu familia, y luego tu perfil me apareció como sugerido, sé que cuando nos vimos el asunto no terminó muy bien, pero ¿qué te parece hablar?

Marina Soto: No sé si te diste cuenta, pero no soy de esas personas que se dan mil vueltas para decir las cosas, me interesa saber mas de tu editorial, y en efecto colateral mas sobre ti, ¿fui lo suficientemente honesta para ti?

Marina Soto: ¡Ah! Y si por casualidades de la vida no eres ese Tomás Echeverría, ignora todo lo anterior y por favor hazle un favor a las demás personas y pon una foto real en tu perfil, que una foto de fondo negro con unas letras en blanco no ayuda a nadie a reconocerte.

Lo primero que me llamó la atención de los mensajes, es que, si que escribía mucho en un solo mensaje, usualmente estaba acostumbrado a que las personas escribieran una línea y lo enviasen, aunque claro, no era como si hubiese interactuado con muchas personas de mi edad a parte de hacer trabajos para el colegio.

Marina de hecho era la primera chica que se contactaba conmigo por motivos extracurriculares.

Revise su perfil, en mi tiempo de no saber como responder a sus mensajes, y lo primero que supe era que, si bien era un año mayor que yo, estaba en el mismo nivel curricular que yo, que asistía a un colegio público denominado con números y que su mejor amigo era Matías.

Tomás Echeverría: Soy "ese Tomás".

Fue todo lo que me digne a escribir luego de diez minutos.

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