ESE DÍA

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Santiago no era perfecto, lo sabía, pero eso se vio vívidamente el ultimo día que le vi con vida.

Era un fin de semana de mayo, faltaban pocos días para que el mes terminara, yo estaba en mi habitación, escribiendo en mi notebook con audífonos puestos bloqueando el sonido de cualquier otra cosa, alguien de repente tocó mi hombro y me volteé esperando ver a Angélica, que seguramente venía a señalarme que quería realizar la limpieza de mi habitación, para mi sorpresa, se trataba de Santiago, quien con una sonrisa algo nerviosa jugaba con los cordones de su polerón.

—Tom... Necesito tu ayuda— Recuerdo que dijo para poner las manos en sus bolsillos y retomar de paso su imagen de hermano mayor responsable.

—¿Qué necesitas? — Estaba intrigado, porque él nunca me había pedido algo así, no estando tan extraño y nervioso.

—Cómo hoy es sábado, los chicos y yo pensamos ir a la playa para pasar el día y gran parte del domingo, volvería a la noche del domingo, como el lunes es feriado, todo funcionaría perfectamente pero el asunto es que madre no quiere que salga, porque nuestros tíos vienen el domingo y ya sabes hay que presumir a tus hijos, por eso por única vez, te pido por favor que me cubras, di que estoy enfermo, en cama y que quise que tú me cuidaras, no dejes que se acerquen a mi habitación y eso sería, no es mucho, ¿cierto? Inclusive puedes dormir en mi habitación — Cuando Santiago me presentó su plan, recuerdo haber pensado que no debía meterme en tantos problemas, por eso negué su petición, aunque él nunca me había pedido algo así antes.

—¿Ya convenciste a tu hermanito? ­—De repente un idiota amigo de Santiago entró a mi habitación con cara de burla, porque puede que Santiago fuese amable, pero eso no quitaba que sus amigos no lo fueran. Definitivamente ese amigo, Nicolás, no me agradaba en lo mas mínimo.

—Vamos Tomasito, deja ir a tu hermano que la María José también va, y tú sabes que a tu hermano es la única chica que le ha parecido interesante— Nicolás es un idiota, se burla de mi hablándome como le hablaría a un bebé siendo que soy menor que él por un año y por más que lo intento no puedo obviar el intento de bullying que me hizo en quinto básico, por eso lo sigo odiando.

—No me parece buena idea— Mis palabras suenan un poco ahogadas, me reproché eso, quería sonar mas seguro.

—Tom— Escucho la decepción en la voz de Santiago y como sus suplicantes ojos se tornan tristes, eso definitivamente es nuevo, de verdad le debe de gustar esa chica.

"Sabía que no podíamos contar con el rarito, siempre ha sido así de aburrido y egoísta, no sé cómo comparte genes con Santiago"

Las palabras que cruzan la mente de Nicolás no son diferentes a las que he escuchado muchas otras veces, diría orgullosamente que no me afectan.

—Nunca te he pedido nada — Es la primera vez que Santiago suena tan demandante y recriminatorio, yo lo amerito a las malas juntas que suponen tener como amigo el abusivo de Nicolás.

—Pero, si este viaje no está autorizado, ¿quién los llevará a la playa? — Mi pregunta no está salida de contexto, es sumamente acertada, lo es mas cuando las dos personas que invaden mi habitación intercambian miradas nerviosas, de seguro, la explicación que viene es una decisión estúpida, hecha a la rápida.

"Si se lo digo, de seguro el rarito boicotea el viaje, sé que le dije a Santiago que la idea que mi primo nos llevase era segura, pero él tipo lleva conduciendo hace una semana, si lo divulgo a nadie le parecería una buena idea"

De seguro ahora muestro una mueca de sorpresa mezclada con disgusto y es que no puede ser que sean así de irresponsables.

—Eso no es relevante— Nicolás ni siquiera puede decir en voz alta la estupidez que se la ha cruzado por la mente.

—Ojalá no sea el primo de diecinueve años de Nicolás que apenas sabe conducir y que solo conduce porque le regalaron un mercedes solo porque a duras penas terminó cuarto medio— Me he pasado de pesado, pero alguien tiene que decirle al payaso amigo de Santiago que está decidiendo estupideces.

—¿Qué estás diciendo de mi primo? — Nicolás se enoja, Santiago me toma de los hombros con angustia reflejada en su rostro.

—Por favor, Tom— Lo pide sinceramente, y a mí el asunto no termina por convencerme, por eso hago lo que hago mejor—No te puedo apoyar en una estupidez así— Digo lo que pasa por mi cabeza, nunca me he preocupado por caerle bien a los demás, ¿por qué comenzar ahora?

—¡Viste, te dije que tu hermano no iba a ayudar! — Nicolás mete su cuchara, Santiago suspira y su entrecejo se frunce.

—¡Vamos es primera vez que te pido algo así! No tienes que ser así de egoísta— La llamada de atención de Santiago me molesta mucho más de lo que pensé —¿Qué? — Mi voz deja ver mucho mas de lo que quisiera de nuevo. Nicolás se sorprende y hasta él se da cuenta que el asunto está escalando demasiado rápido.

—Siempre se trata de ti, es la primera vez que necesito algo, y tú ni siquiera lo dudas— Habla rápido, está enojado y yo también, ¡porque lo que dice es mentira! ¡Es injusto! ¡Siempre se trata de él, no de mí!

—¿En serio para ti es tan importante tener una mínima oportunidad de acostarte con la María José que armas todo este show? — Soy hiriente sin siquiera esforzarme en serlo, Santiago me mira disgustado, una expresión que no había visto tan vívidamente en él desde el asunto de racismo de la editorial.

—Retráctate, no sé porque te comportas así, pero ya entiendo, para ti es fácil, ¿no? Fingir que no puedes acercarte a los demás por tu maldición, siendo que sabes bien que lo haces por tu cobardía. Tom, la vida no va a venir a buscarte tienes que ir tú hacia ella— Y eso es todo, me he quedado sin habla, me siento invadido y humillado, porque ni siquiera ha esperado que Nicolás se fuera de la habitación para hablar de cosas privadas. Miro a Nicolás quien decide hacerse el que no escucha revisando su celular con esmero.

"¿En serio tomó licor a esta hora? No puedo creer que él y yo estemos relacionados, espero que pueda llevarnos hasta la playa a salvo... Y lo de Santiago y el rarito está difícil"

—Ándate— Es lo único que digo luego de un rato, y es la última palabra que termino por decirle a Santiago para siempre. Un "ándate" dicho con rabia, con la garganta apretada con la quijada tensada.

"Como quieras, necesitas crecer tanto Tomás, tanto que ni siquiera tienes idea"

Lo próximo que llego a saber es que el auto en donde iba Santiago y compañía ha chocado, que todos están heridos, pero que solo hay un herido de gravedad y ese es nadie mas que Santiago.

Finalmente, ni María José, ni su amiga, ni Nicolás ni su primo tienen secuelas mayores, es solo Santiago quien no tiene otra oportunidad y días después se encuentra en un cajón carísimo de madera con fondo aterciopelado, es el único al que le llevan arreglos florales inmensos, el único al que lloran y al único al que se refieren con la frase de "era tan joven". Es tan rápido que al principio ni siquiera soy capaz de llorar, y al final termino llorando en mi pieza sin que nadie me vea, mi boca repite las últimas palabras que le dije y no puedo evitar llorar amargamente sabiendo que el cumplió mi orden para siempre. 

SUPERHÉROEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora