ADIOS

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—Domingo veintiséis de mayo, el aniversario del fallecimiento de mi hermano, Santiago Echeverría. Muchas cosas han pasado en este año, pero especialmente muchas cosas me han pasado a mí, he tenido mucho en que pensar y le agradezco inmensamente a Santiago, por las últimas palabras que me dirigió, las cuales contrario a lo que se espera, no fueron bonitas de esas que uno termina enmarcando y colgándolas en la pared, sino que fueron retadoras, cargadas de sentimiento por un bien venidero. La verdad es que, no sabría muy bien como describir a mi hermano, muchos parecían creer que era perfecto, pero yo creo que si me viera en la obligación de hacerlo, decir que era una gran persona sería mas que suficiente, era la persona que me hacía creer en un hogar, era mi familia, pero no era toda mi familia, porque están mamá, papá y mis amigos. Santiago me dejó muchas cosas, me dejó retándome a ser mejor persona, a que renunciara a mis inseguridades a que hiciera de mi mundo, un mundo mas grande. Me gustaría que estuviera aquí para ver cuanto he crecido, cuanto nuestra pequeña familia ha mejorado comunicativamente. Pero sé que no volverá, por eso hoy, le digo adiós y muchas gracias, por mucho tiempo fuiste quien mas necesité y en quien mas me apoyaba, pero hoy día no tienes de que preocuparte porque puedo pararme por mí mismo, tu pequeño e irritable hermano se despide de ti, a quien recordaré por siempre como el mejor hermano que podría haber tenido— Cuando terminé mi discurso, en ese podio enfrente de todas esas personas con caras familiares me sentí liberado, mas liviano y hasta optimista, cruce miradas con mis padres, luego Marina y me quede en Matías quien me sonreía orgulloso, tal como los demás también lo hacían. El marco de la foto de Santiago que estaba enfrente del podio pareció brillar por un segundo, y para mi esa era la manera de Santiago de decir que había escuchado mi despedida, me fui seguro a sentarme al lado de Matías para ver el cierre de la ceremonia.

En mi cabeza, se reproducía la parte final de "Oveja Blanca", esa que había escrito, pero había desechado rápidamente, porque para mí era un final muy usado, muy alegre y claro, muy poco realista, en ese final Titán eventualmente deja de llorar por su oveja, se pone de pie, se despide de su fiel acompañante, junta una mochila con sus pertenecías y se decide a recorrer el mundo. El libro terminaba con un hermoso atardecer y con Titán encontrando al fin más personas, dejando así de una vez por todas, de estar solo.







FIN

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