22. DESEOS

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Las puertas del ascensor se abrieron. Avanzó arrastrando los pies, ni siquiera le importaba molestar a sus compañeros. Los cuales le esperaban sentados a la mesa.

Aquel descubrimiento término por arrancarle un largo suspiro, sabía que algo no iba bien, así que considero que lo mejor era terminarlo todo de manera rápida y no tan dolorosa.

Recorrió una de las sillas y tomo asiento. El silencio en el lugar era denso, si se lo permitieran apostaría que podría atravesarlo con un pequeño alfiler.

—¿Qué tanto le contaste de nosotros? —preguntó de pronto Andrew con voz dura y sin misericordia. Oliver no apartó la mirada, no tenía nada de qué avergonzarse, así que le mantuvo la mirada a su líder.

—No mucho —respondió, se llevó una mano al alborotado cabello a la vez que cerraba los ojos. Comprendía que esa no era la respuesta que su líder quería escuchar—. Ella era alguien muy cercana a mí —un sabor amargo le embargo la boca—. Les aseguro que es de confianza, ella jamás le dirá a nadie lo que sabe.

—Creo en tus palabras Oliver, créeme que lo hago —coloco ambos brazos sobre la mesa y entrelazo sus manos, fijando aquellos ojos color azul oscuro en su persona, era como si buscara descubrir una mentira en todas sus palabras—. Pero quiero que veas esto, y me digas tú opinión. Muéstrale Charles.

La pantalla comenzó su descenso, permaneció unos segundos en total oscuridad hasta que de pronto comenzó a reproducirse un video. En él aparecía Janet, ella permanecía sentada en el suelo, su cuerpo estaba sudoroso y su cabello amarrado en una cola de caballo. De solo verla, su corazón comenzó a bailar de la emoción. Tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad, para mantener un rostro inexpresivo.

—¿Sabes? Lo he estado meditando por mucho tiempo —Janet guardo silencio, como si buscara que un aura de misterio la envolviera, y en su pensar, Oliver sabía que había logrado atraer la atención de Finn el Glorioso—. Por una razón desconocida obtuve estas habilidades, y he pensado que puedo usarlas para un bien mayor. No sé qué pienses tú, pero si logro controlar mis habilidades: ¿Crees que podría entrar al equipo de la Nación?

El corazón se le detuvo, al mismo tiempo que la trasmisión se cortaba.

—¿Qué sabes sobre sus habilidades? ¿Sus ideologías? ¿O su manera de pensar? —busco dar una respuesta con rapidez, para su mala suerte, su mente se había quedado en blanco, así que sus labios solo se abrieron y cerraron tal cual haría un pescado, entorno los ojos y los fijo en su líder. En su interior sabía que este le estaba haciendo aquellas preguntas por una simple razón...

—No pensaran en aceptarla en el equipo, ¿Cierto? —interrogó con nerviosismo, al tiempo que le fue inevitable que se le formara una sonrisa sarcástica.

—No podemos rechazar la petición de una persona para unírsenos —sentenció Andrew con voz implacable—. Pero no podemos aceptar a todos, no sin antes conocer algo de ellos. Y bien, ¿Qué sabes sobre ella?

Mantuvo aquella sonrisa burlona por algunos segundos, hasta que comenzó a desvanecerse al entender que su líder verdaderamente no estaba bromeando, sino hablando con seriedad. Busco apoyo en sus compañeros, Stan y Allison mostraban rostros inexpresivos y que parecían tallados en piedra. Jay aparto la mirada en cuanto le volteo a ver buscando su apoyo.

—¿En serio? —preguntó incrédulo. Al ver que la expresión no mudada en su líder, dejo escapar un suspiro.

—Si no quieres darnos la información, no habrá ningún problema —agregó de pronto Andrew. Solo de escuchar aquellas palabras acabaron provocando que un terrible escalofrió le ascendiera por su espina dorsal—. Y si no quieres colaborar con nosotros, bien, creo que ya conoces la salida.

Choque de Maestros (Crónicas de un Inesperado Héroe II)Where stories live. Discover now