CAPITULO 4: PUCK

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Dos meses. Dos meses han pasado desde que empece a aprendí a utilizar mis misteriosos poderes. La mayoría del tiempo lo paso en mi forma diminuta, pero prefiero mi forma grande. Mis poderes son ilimitados, puedo meterme en los sueños de alguien, puedo hacer lo mismo que Natsu o Gajeel, pero lo mas hermoso e increíble es que puedo hacer con la magia, puedo controlar las cosas a mi antojo, puedo lanzar ataques con la magia misma.

Y lo mejor es que aun me falta por aprender, si ya se controlar todas las magias que uno puedo imaginar, no me puedo ni creer lo que pasaría si tuviera todo mi poder al cien por cien.

Titania al ver que ha mejorado mucho en tan poco tiempo, me ha concedido una semana de reposo. Por lo que he pensado en ir a investigar a los alrededores. No solo eso, mi aspecto a cambiado un poco, mi pelo ahora me llega a mitad espalda, y lo llevo recogido muchas veces en una trenza de lado como ahora, aun en forma grande tengo el circulo dorado alrededor de la pupila ahora un poco mas notable, por lo que me tengo que poner gafas de sol para que los otros magos no lo detecten. Para el resto soy igual, es posible que mas delgada pero ya esta. Bueno también he cambiado mi forma de vestir.

Como hace un poco de frío he decidido poderme unos baqueros desgastados negros, unas botas militares negras, y una camiseta corta de manga corta con un hombro destapado y un hada dorada dibujada en ella.

-En serio Sting a quien coño se le ocurrió de ir a esta estúpida misión? -escuche a lo lejos. Personas? Tan cerca de la aldea? Mierda.

Me escondí detrás de unos arbustos y me dedique a espiar.

-Fue la maldita idea de Rufus, el al ver que la paga era muy buena nos envió a nosotros. Pero esta misión es imposible! Llevamos una maldita semana buscando a las malditas hadas y nada! Simple y llanamente porque no existen!

Mierda están hablando de las hadas. Empece a sacar una daga que tenia guardada en la bota, pero una mano en la boca me para, saco la daga mas rápidamente y apunto con ella al cuello del la persona que tengo al lado y que me ha tapado la boca, que por cierto la mano sigue allí.

Era un chico de pelo negro como el carbón y ojos oscuros, todo vestido de negro. El chico se puso el dedo indice en la boca, en señal de silencio. Poco a poco me fue quitando la mano de la boca y me sonrió, lo fulmine con la mirada y volví a mirar a los dos chicos de Saberthoot pero ya no estaban.

-Tu eres idiota? Ahora los he perdido! -le dije al chico misterioso.

-Tranquila princesita, lo que intentaba era que no te secuestraran -dijo el con una radiante sonrisa.

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