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Me sentía mal.

De inmediato al verlo me baje la sudadera, ocultando mi estómago delgado mientras que soltaba unas cuantas lágrimas sentí que este me tomaba en sus brazos y yo comenzaba a gritar que me dejará en paz, pero no fue así. 

En cuanto llegamos sentí como me dejaba acostada en la cómoda cama mientras que este me miraba me sentía observada para ver como sus lindos ojos mieles se apagaban poco a poco, comenzó a llorar mientras que sus manos se aferraban  a su cabello, soltaba pequeños sollozos. 

—¿Yo provoque eso? —Preguntó, angustiado. 

Negué y este se puso de pie. 

—¡NO ME VENGAS CON MENTIRAS, KAELYN! —Gritó. 

—Sí, fuiste tú. 

—¿Ves? ¡Te hago daño! —Caminaba de un lado a otro. —Sólo quería protegerte, y mira estás tan delgada, Kaelyn. 

Se notaba angustiado y sentía mi corazón en cualquier momento romperse, me dolía tanto verlo así que simplemente quería abrazarlo, se veía como un pequeño perrito que lo tiran a la calle, me puse de pie para ver como este se acercaba a mi, se tiro encima mío y aspiró mi cabello mientras que soltaba varias lágrimas que sentía en mi cuello. Me pedía una y otra vez perdón, quería tenerme de vuelta, quería cuidarme, quería hacer las cosas bien. Aún que se tuviera que ir, él buscaría un tiempo para mi. 

—Dame otra oportunidad para hacerte feliz, por favor. 

Mi respuesta estaba más que clara era lo que más quería, volver a tener a Milo conmigo pero aún no podía no me sentía lista, todavía me sentía vacía, me sentía como si fuera otra persona y necesitaba amarme a mi misma antes de volver a amarlo como lo hice en un momento, sin más comencé a llorar por pena, no podía a hacerlo, las palabras no salían de mi boca. 

—No puedo. —Dije, dolida.

Este sin más se aferro más a mi, y yo más a él. 

Pero no podía amarlo, tenía que encontrarme a mi misma, amarme a mi misma,  antes de amarlo a él. 

Sentí sus lágrimas mientras que le miraba, sin más tome su cara para hacer que esté me mirase una vez más, juntamos nuestros labios en un lindo beso, mientras que estos suplicaban por más de mi, la música se escuchaba cada vez más intensa mientras que nosotros estábamos en nuestro propio mundo. Sin más se alejo de mi, para acariciar mi cabello nuevamente corto su mirada me decía tantas cosas, que ni yo podía explicar. 

—Pasa la noche conmigo, por favor. —Pidió. Y simplemente acepte. 

( . . . ) 

—¿Segura que te vas a quedar? —Preguntó Kaiyo por quinta vez. 

—Sí, tranquila estaré bien. 

—Está bien, cuídate. 

Kaiyo salió mientras que Milo hacía algo para comer a las 3:34am, le ayude un poco con la limpieza para después ir a la cocina en donde estaba él, me senté encima de la barra para ver como cocinaba se veía tan lindo, me sentía nuevamente feliz de estar con él. Se acercó a mi, besándome nuevamente , fue un beso intenso como si nunca más nos volviéramos a vernos, y así lo sentí como el último adiós de ambos, paso sus manos por debajo de mi sudadera mientras que me apretaba contra de él, solté un pequeño quejido.

Me sonrió mientras que yo acariciaba su cara, tratando de recordar sus lindas pecas y sus ojos más brillantes que nunca, comí se podría decir que un poco, luego subimos a la segunda plana para ambos acostarnos, me estiré en su pecho para escuchar las latidos fuertes de su corazón.

Te amo, Kaelyn. 

Dicho eso se subió encima mío, para comenzar a besarme nuevamente, poco a poco iba sacando mis prendas mientras que el apagado arcoiris que se había apagado con su ausencia iba llenándose de color, ella se sentía una obra de artes mientras que la pintaba con las lindas palabras que le decía cada vez que la tocaba, poco a poco el sol iba saliendo, al igual que el arcoiris con colores radiantes, se estaban amándose, uno al otro. 

El lindo arcoiris estaba brillando. 

amargo - ❝ milo manheim ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora