amargo - ❝ milo manheim ❞

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Había pasado exactamente un mes de aquella pelea que Kaelyn y Milo habían tenido, ambos sin decir más se fueron por distintos camino.

Milo a los días después termino con ella, Kaelyn no mostró ninguna expresión alguna.

Sólo acepto las cosas, no derramó ninguna lágrima por él cuando estaban juntos, ella no quería hacerlo. Al terminar hablar sin más se fue dw aquél lugar, con el corazón herido y con lágrimas que había retenido.

Estuvo dos semanas sin comer algo y sólo lloraba al recordar todos los momentos lindos que habían pasado juntos y como era costumbre, lo extrañaba cada vez más.

Hoy nuevamente estaba esperando el metro-bus, sentada con la mirada pérdida, tenía unas ojeras enormes mientras que el sol quemaba cada vez que uno estaba bajo de el.
Era una señal de que el verano se acercaba.

- ¡Meg! Basta. - Se escucho la voz masculina mientras que la femenina soltaba una risa.

- Te ves guapo hoy, Milo.

Al ver al castaño y a la rubia juntos, solo tenía una idea, y era espantosa en todos los sentidos.
En cuanto se dieron cuenta de la presencia de la pelinegra ambos dejaron de reír y se callaron de inmediato, sobre todo la rubia.

Al llegar el metro-bus, se puso de pie y se adentro a este estaba lleno como siempre, se puso ambos audífonos para no escuchar la conversación de ambos.

De fondo sonaba Moonlight.

Mientras que miraba al chico coquetear con la rubia, se sentía fatal.
Sus ojos llorosos cada vez se hacían más presentes, soltó unos pequeños sollozos.

Toco el timbre para bajarse rápidamente, quería caminar no quería estar ahí.

Se bajo del metro-bus y sin darse cuenta lloraba sin poder parar.

Odiaba verse débil y más si era al frente de él.

Odiaba llorar por él.

Odiaba no tenerlo con ella y que sus sonrisas sean solo para ellas.

Odiaba que esos lindos ojos cafés miraran a alguien más.