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El metro bus a las seis de la tarde iba llenisimo.
La verdad es que le daba lo misma a la chica de cabello corto y pálida, iba con los audífonos puestos. Mientras que esperaba el metro bus, mucha gente llegaba a su lado.
Era un día nublado y había comenzado a caer unas cuantas gotas.

A Kaelyn por otro lado le encantaba la lluvia, le gusta pasar por los charcos de agua y mojar sus pies. En cuanto el metrobus había llegado un montón de gente salió de ahí y un montón de gente entro.

La multitud la hizo chocar con un completo desconocido de ojos mieles y cabello medio castaño, le miro para pedirle una disculpa.

-Disculpa, no fue mi intención.

-Tranquila, lo sé. -Sonrió.

Kaelyn se deterrio con esa sonrisa encantadora que el chico tenía. Sin más siguió con su recorrido.

La gente baja y subía, al ver el uniforme de este al parecer estudiaba en el liceo de al frente, el mixto.

Sí, Kaelyn iba a un liceo de niñas.
El metrobus había frenado fuertemente haciendo que Kaelyn quedará muy cerca del pálido.

Sentía su respiración, avergonzada bajo la mirada.
Estaba muy roja, miro y estaba a punto de llegar a su destino.

-P-permiso. . . -Pidió amablemente.

El chico se corrió a un lado dándole el puesto a Kaelyn para que pudiera bajar.

La pelicorta, aún avergonzada con sus mejillas aún rojizas tocó el timbre para poder bajar. A llegar a su destino dio la última mirada al chico para bajar del metrobus, ya estaba lloviendo a cántaros.

Salió corriendo a un lugar con techo, para ver cómo se iría. Nuevamente alguien llego a su lado ofreciéndole un paraguas.

Era el chico del metrobus, al recibir el paraguas este salió corriendo para subirse nuevamente al metrobus, Kaelyn sonrió.

Quería saber más sobre él, y ojalá verlo nuevamente.

Pensó Kaelyn.

amargo - ❝ milo manheim ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora