Capítulo 3: Lami

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Gracias a todos los lectores y sobre todo a los que habéis comentado. La verdad es que hacía años que aunque recibo muchos comentarios en otros fandoms, no esperé que en este tuviera tanta acogida. Realmente me siento muy a gusto escribiendo en el fandom de One piece, así que muchas gracias, pero como sé que las palabras se las lleva el viento, he preferido subir este capítulo antes de la fecha para agradeceros a todos el apoyo dado. Muchas gracias y espero disfrutéis del capítulo.

Capítulo 3: Lami

Corría por las calles, con los ojos cerrados hacia el final de la calle. El fuego se extendía con rapidez de casa en casa, toda la ciudad acabaría convertida en cenizas. Los almirantes habían decidido poner fin a la epidemia del plomo ámbar. Había vuelto con rapidez a casa, quería recoger a su hermana a quien le había pedido que se escondiera en el armario de su habitación y no saliera... pero al regresar, se había encontrado su casa en llamas.

Lloró desconsoladamente frente a la reja del patio. Su intento por salvarla... la había condenado y ya no había solución. El dolor de su pecho era demasiado intenso para asumirlo, pero no podía quedarse allí. Deseaba entrar, comprobar que su hermana realmente no estaría muerta, pero al ver la casa... no había otra opción. Todo estaba destrozado, las llamas eran intensas y nada dentro del recinto sobreviviría.

Abrió los ojos con rapidez tras aquella pesadilla, justo a tiempo para ver cómo un cuchillo se dirigía hacia él. Pese a que la sorpresa paralizó su mente, su cuerpo reaccionó al instante, tomando la muñeca de su enemigo y deteniendo el cuchillo que ya bajaba hacia él.

¡Era muy liviano! Su enemigo apenas pesaba y cuando lo tiró sobre la cama para subirse encima y bloquear con su rodilla el brazo con el arma, se dio cuenta de que los quejidos y gruñidos tenían un tono femenino. ¡Era una niña! De apenas unos catorce o quince años. Encendió la lámpara a su lado con rapidez para poder ver el rostro de su atacante, esa niña tan parecida a su hermana que se revolvía con violencia bajo su cuerpo.

¡Se había sorprendido! Ni siquiera sabía cómo esa niña se había podido colar en su habitación. Daba gracias ahora mismo de todo el entrenamiento que había realizado de pequeño, esas malas situaciones que le llevaron al borde de la muerte muchas veces, que le dejaron cicatrices profundas pero que ahora... le salvaban la vida. Su cuerpo reaccionaba a los estímulos externos incluso cuando su mente cedía ligeramente al sueño. Él no tenía un sueño profundo, apenas podía dormir bien, siempre temeroso de que alguien quisiera matarle. ¡Como ahora!

La niña seguía revolviéndose y finalmente, entre gruñidos, gritó un nombre conocido... ¡Ace! Estaba buscando a ese chico que hacía horas los guardias se habían llevado de vuelta a su celda. ¡Él ni siquiera le había tocado! Al menos no a nivel sexual como todos esperaban que hiciera cuando le mandó llamar a su dormitorio.

- ¿Dónde está Ace? – gritó la niña con un brillo en sus ojos como si fuera a llorar - ¿Qué le has hecho?

- Se lo han llevado hace horas.

- Voy a matarte – dijo la niña – te mataré...

- ¡No le he tocado! – confesó Law, lo que hizo que la niña se calmase, abriera los ojos ante aquella revelación y se confundiera.

- No te creo – dijo finalmente.

- Créete lo que quieras, no le he hecho nada. Se desmayó por el dolor.

- Mientes – gritó la niña – tú le mandaste llamar como recompensa, sé lo que ocurre cuando eso pasa.

- ¿Ah, sí? ¿Qué ocurre? ¿Él no te llamaba como su recompensa? – sonrió Law.

Deadly boxing (One piece, Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora