Deadly boxing (One piece, Law-Ace)

Capítulo 33: ¡Un rescate explosivo!

Salió al pasillo para ver lo desierto que ahora estaba. Por lo general, siempre veía algún guardia haciendo su ronda o custodiando algunas de las más importantes habitaciones, pero ahora mismo, todos debían estar sumergidos en frenar el barco extraño que divisaron, a los revolucionarios.

Sabo debía andar por algún lado del complejo, seguramente, en dirección a la enfermería tal y como él hacía. ¡Sacar a Ace y largarse! Eso es lo que debían hacer, nada más. Todo el plan se había retrasado debido al embarazo y a no poder usar las bombas de humo que tenían pensadas. Ya sólo les quedaba entrar como mejor pudieran para sacarle. No era un gran plan y desde luego, demasiadas cosas podían fallar, pero se quedaban sin tiempo. Ace no podría ocultar eternamente su embarazo y Doflamingo tampoco podría cubrirlo cuando su barriga llegase a cierto tamaño.

Otra bomba estalló cerca, un cañonazo proveniente del barco en defensa al fogonazo recibido. Los muros no aguantarían demasiado con ese intenso fuego bombardeándoles, pero pese a ello, Law continuó avanzando por el pasillo, siendo empujado de vez en cuando contra una de las paredes.

Dio la vuelta a la esquina que le conduciría en la última recta a la enfermería cuando vio el agujero de la pared y los escombros cubriendo la zona. Pasar por allí sería casi imposible pero buscar otra vía le retrasaría. Debería dar demasiado rodeo. Llamó a Sabo para informarle que fuera por el otro lado mientras él buscaba una forma de llegar.

A cada segundo que transcurría y sabiendo que debía pensar un plan, se dificultaba por la preocupación que sentía por Ace y su hermana. Los dos estaban solos en esa enfermería, sin entender lo que ocurría y no podía llegar hasta ellos. ¡Necesitaba un plan! Y lo único que le venía a la cabeza eran imágenes de las dos únicas personas que le importaban en ese instante.

- ¡Law, céntrate! – se riñó a sí mismo, cerrando con fuerza los párpados y tratando de sacar las imágenes de su hermana y de Ace de la cabeza.

Desde donde estaba, se podía ver el mar. El barco de los revolucionarios respondía al fuego enemigo y los gritos de los hombres de las almenas se escuchaban alto aunque nada claro. Seguramente pedirían más bolas de cañón en un intento por hundir el barco. Quedarse allí sería una locura, por eso mismo, retrocedió y trató de llegar a la enfermería por el pasillo del otro lado.

Lo que podría ser un camino de cinco minutos, le hizo tardar casi quince entre tanta explosión y empujones contra las paredes. Sus oídos dolían, seguramente por algunas de las explosiones que estaban sonando demasiado cerca. El oído era quien controlaba el equilibrio y sentirlo de esa forma, hacía que todo su cuerpo se tambalease.

Con una de sus manos resbalando por la pared para mantener un lugar estable, con la otra se tapó el oído contrario para intentar minimizar unos ruidos que no podría silenciar. Por suerte, el fuego parecía concentrarse en el ala derecha, porque cuando llegó a la izquierda, el ruido se difuminó un poco. ¡Evitaban atacar la enfermería! Es lo único que pensó Law. Sabo debió darles los planos a los revolucionarios y lo único que les importaba a ellos, era sacar a Ace, así que sabiendo que estaría en la enfermería o en los calabozos, tendrían más cuidado en esas áreas.

Cuando abrió la puerta de la enfermería, no encontró a nadie. La luz estaba encendida y parte del instrumental por el suelo. ¡Alguien había estado allí! Se agachó sobre una de las agujas del suelo. Tenía sangre, al igual que podía ver gotas repartidas por la zona. ¡Era de una pelea! Alguien había opuesto resistencia y seguramente, habría sido Ace. El problema era... ¿dónde estaba su hermana y Ace? La enfermería sería segura, no podía decir lo mismo del resto del edificio.

- ¿Dónde está? – llegó finalmente Sabo, viendo a su amigo en el suelo contemplando unas gotas de sangre.

- No lo sé. Lami vino a hablar con él, deberían estar los dos.