Deadly boxing (One piece, Law-Ace)

Capítulo 29: Instinto de padre

En su jaula pensaba en los errores cometidos. ¿Eran errores o casualidades? La cuestión era que allí estaba y todo parecía ir de mal en peor. Desde que ayudó a Lami en aquel incendio, todo había ido mal en su vida. Allí fue capturado, llevado donde hoy estaba, obligado a pelear en la jaula, conoció a Law, a Doflamingo, estaba embarazado... había estado al borde de la muerte un par de veces y allí seguía. Era un infierno en vida.

En breve tendría otra pelea y en estos casos, se mentalizaría para ella, para ganar, por Luffy, pero hoy ya no sentía la necesidad de hacerlo. Luffy era libre al fin y él... bueno, no quería estar embarazado, no quería tener que traer a un niño a este miserable mundo, así que pelear hoy tampoco era demasiado malo. Quizá un mal golpe en su abdomen y su problema se acababa. Un aborto natural, nadie se enteraría de su problema.

- Soltadle de la pared – escuchó el ruido de la reja de su celda abrirse y cómo dos guardias entraban para desatar las gruesas cadenas de la pared.

Le obligaron a levantarse del suelo y caminó hacia el pasillo. Marco le miraba con preocupación, pero Ace sólo escuchaba el ruido de las gruesas cadenas arrastrando por el suelo.

¿Law iría a ver esa pelea? Ni siquiera fue capaz de contarle la verdad. Iba a hacerlo, estaba dispuesto a ello pero... al final, simplemente las palabras no salieron. Tenía miedo de contárselo, de que creyera que intentaba alejarle de Sabo con esa excusa barata, quizá que pensase que era un monstruo o incluso que no le creyese. Demasiadas dudas le asaltaban y eso le ponía nervioso.

El resto de celdas empezaron a abrirse también, una a una mientras los guardias conducían a todos hacia la ducha. Pocas veces les dejaban asearse, quizá una vez al mes, pero hoy había tocado, justo poco antes de su pelea. Al echar la vista atrás, observó a Marco tras él pero también a Doflamingo y su séquito, así que mantuvo el silencio.

Contarle a Marco sus dudas ahora respecto al embarazo sería todo un caos. Doflamingo podría escucharle y no se fiaba de lo que él pudiera hacer. Era posible que pensase que era suyo, ¡y era una posibilidad! No podría estar seguro hasta que el embarazo avanzase.

Al llegar a las duchas, los guardias abrieron las esposas y dejaron caer las grandes cadenas al suelo. El agua caía ya de la multitud de duchas y el vaho cálido desentumeció un poco su cuerpo. Le gustaba el calor y con lo frías que eran esas celdas, realmente se alegró de poder limpiarse y quitarse el frío del cuerpo.

Una mano sobre su omóplato le empujó para que continuase caminando. Lo hizo, entró un poco en la sala y se dirigió a las viejas taquillas donde dejaría su ropa. Empezó a desvestirse y miró su vientre con temor a que alguien descubriera su condición. ¡Era absurdo! Porque con un mes o mes y poco, no se notaba absolutamente nada. Respiró un poco aliviado y más al sentir que Marco se ponía a su lado, desvistiéndose también para ir a la ducha.

- ¿Hablaste con Law? – susurró en un intento de que nadie escuchase su conversación.

Ace negó con la cabeza y Marco resopló frustrado. Le había recomendado hablar con el médico, pero Ace tenía la cabeza en otro lado. Últimamente estaba ausente o más bien, pensativo. Daba demasiadas vueltas a la idea de su embarazo y le invadía el miedo de lo que ese niño viviría cuando saliera. El futuro le aterraba.

Caminaron a las duchas completamente desnudos y se metieron bajo el agua. Sintió alivio cuando las cálidas gotas recorriendo su piel. Su cabello se humedeció al instante y alzó el rostro para dejar que el agua golpease en él. Law le había dejado ducharse en la enfermería algunas veces y lo agradecía, pero la verdad era que por lo menos transcurrieron un par de semanas desde la última vez que tomó una.

- Me han dicho que tienes una batalla en breve, Ace.

La voz de Doflamingo hizo que ambos se tensasen. Más Ace por todo lo que vivió con él pese a no recordar el final. Él ya llegó inconsciente a la camilla de Law.